Encontraron otro cuerpo ayer en el Lago Musters

Encontraron otro cuerpo ayer en el Lago Musters

Tal como sucedió el último 9 de enero, fue Paulo Quiliñán -hermano del sarmientino Hugo Urriategui, quien desapareció el 26 de abril de 2014 junto al comodorense Alberto Cañete-, quien encontró un cuerpo en la orilla del Lago Muster. Se presume que sería el de su familiar. Sin embargo, ello lo determinarán los estudios de ADN que tardarían unos 40 días.

 

Perseverancia, sacrificio, amor y sobre todo esperanza. Ese fue el motor de Paulo Quiliñán, hermano del sarmientino Hugo Urriategui, quien desapareció el 26 de abril del año pasado en la costa del Lago Muster, adonde había ido a pescar junto a su amigo, el comodorense Alberto Cañete.

Es que desde ese día nada se supo de ellos, hasta el último 9 de enero, cuando Paulo encontró un cuerpo flotando en la orilla. Su hallazgo acrecentó su esperanza, con la certeza de que pertenecía a Cañete. Pero aún faltaba encontrar el de su hermanastro, por lo que no bajó los brazos y ayer encontró un segundo cuerpo, a unos 5 kilómetros de donde se produjo el primer hallazgo.

Por el momento resta confirmar a través de estudios de ADN si ambos cuerpos pertenecen a los pescadores desaparecidos. Sin embargo, todo indica que ello sería así.

Según pudo confirmar Diario Patagónico, el hallazgo de ayer se produjo alrededor de las 11:15 en el sector este del lago, a unos 7 kilómetros de la toma de agua, y al otro lado de donde fue encontrada la camioneta Chevrolet S10 y las pertenencias de los dos pescadores.

A esa hora, Paulo rastreaba la zona montado en un cuatriciclo. Como todos los días miraba entre las piedras y el sector de la orilla, en una zona de acantilados que siempre recorría, hasta que vio algo que le llamó la atención. Enseguida se acercó al lugar y advirtió que se trataba de un cuerpo. Igual que el 9 de enero, comenzó a salir de la zona para poder tener señal y dar aviso a su mujer.

Eran alrededor de las 11:30 cuando Lucía Cárdenas, su esposa, atendió el celular. La notica la sorprendió, pero no le impidió avisar a Fiscalía para iniciar el operativo de rescate del cuerpo.

CREEN QUE SE TRATA

DE URRIATEGUI

Hasta después de las 15:30 se extendió el operativo. La geografía de la zona y la imposibilidad del ingreso de vehículos fue la principal causa de la demora. Personal policial y el fiscal general Herminio Gonzales Meneses caminaron hasta el lugar para ver el cuerpo en la costa. El mismo no tenía el cráneo ni brazos. Tampoco restos de ropa.

Durante un rato se esperó la llegada de los Bomberos Voluntarios, pero fue en vano, por lo que se decidió sacar el cuerpo hasta el camino con ayuda de un baqueano, para luego trasladarlo al Hospital Rural de la ciudad.

Finalmente, ayer por la tarde el cuerpo fue trasladado a la morgue del Hospital Regional de Comodoro Rivadavia, donde hoy se le realizará la autopsia y se tomarán las muestras que permitirán saber si se trata de Urriategui o Cañete, más allá de que su familia no duda de que se trata del primero. Es que pese a no contar con el cráneo, creen que se trata de él ya que el cuerpo descubierto en enero tenía puesto un traje de neoprene tal como usaba Cañete, mientras el wader de su familiar había sido encontrado por personal militar dos días después de la desaparición de los pescadores. También la dentadura fue determinante al momento de sacar esta conclusión. Sin embargo, todo esto lo confirmarán los estudios de ADN que se realizarán en el CENPAT de Puerto Madryn, los cuales podrían conocerse en unos 40 días.

ALIVIO

Se presume que el viento de la jornada permitió que el lago expulsara el cuerpo. Al momento de encontrarlo, la fuerte correntada lo golpeaba contra la orilla, lo que habría ocasionado la pérdida del cráneo, según explicó Lucía en diálogo con este medio. “Hubo que sacarlo del agua golpeando contra la piedra. Tanto viento que hacía, lo desarmó. Ya sabemos que el cráneo quedó en la orilla; el tema es que quedó abajo”, explicó a Diario Patagónico dejando entrever el consuelo que representaba haber encontrado el cuerpo.

“Eran las esperanzas que teníamos. Pasaba el tiempo, bajaban las temperaturas y este tiempo era decisivo. Pero mi marido no perdió la esperanza nunca, siempre estuvo convencido y lo encontró. Es un alivio para la familia y para todos, para la señora de mi cuñado y mi marido porque todo este tiempo vivieron en la orilla prácticamente, y podemos decir que todo esto no fue en vano”, señaló, esperando que los resultados de ADN se den a conocer antes de estos 40 días y se puedan despedir los restos de estos hombres que habían ido a pasar una tarde de diversión cuando los arrastró la corriente.

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