"Encontramos pacientes de primera y otros totalmente olvidados"

Rosana Granato dialogó con EL CIVISMO tras haber asumido como directora de la Colonia Montes de Oca en marzo pasado. Su diagnóstico sobre el nosocomio, las líneas políticas de gestión y el futuro del Centro de Salud, entre otros temas.

Tras haber asumido la Dirección General de la Colonia Montes de Oca en marzo pasado, Rosana Granato brindó una rueda de prensa con los medios locales para explicar las líneas centrales de la gestión que pretende llevar adelante en el nosocomio. Acompañada por los directores de Rehabilitación, Gustavo García, y de Auditoría Interna, Daniel Pereira, la flamante funcionaria trazó un panorama acerca de cómo encontró el sanatorio al asumir su función, la orientación que buscará darle a su mandato y los cambios previstos en el Centro de Salud que se construye en cercanías de la localidad de Torres, entre otros temas.   

-¿Cómo encontró la Colonia cuando asumió el nuevo cargo?

-R.G.: Asumimos en marzo y no tuvimos tiempo de hacer una transición de una gestión a otra como para tener en cuenta cuáles son los proyectos que habían quedado a medio camino. Empezamos de cero tratando de hacer un diagnóstico propio, recabando información de cada área. Ha sido una tarea complicada porque encontramos que gran parte del personal, con muy buena voluntad pero sin una guía clara, ha hecho lo que consideraban que se debía hacer por sentido común. Pero no han trabajado con un proyecto claro. El denominador común era una gran desorganización. 

-¿En qué se expresaba?

-R.G.: El primer dato que nos llamó la atención fue la cantidad de pacientes que tenía la Colonia. Se contaban solamente los pacientes que estaban internados, pero no los que estaban en los dispositivos residenciales de Torres y Luján. Es decir que no se conocía cuál era la población exacta de la Colonia. Tampoco entendíamos cuál era la lógica de distribución de los pacientes, tanto en la Colonia como en los dispositivos. No estaba claro cuál era el criterio para determinar la externación de un paciente.  

-G.G.: Cuando se planifican dispositivos o talleres hay un criterio claro de admisión. Esto evita la externación compulsiva y caprichosa, en la cual el objetivo real -la reinserción y la inclusión social-, no alcanza a cumplirse. Si sacamos a los pacientes sin ningún criterio de admisión y además les tengo que crear un centro de día propio para que hagan actividades, en realidad estoy reproduciendo lo mismo, no estoy generando con las instituciones intermedias de Luján una real política de inclusión.

-¿Esto significa que se va a revisar la política de externación?

-R.G.: No vamos a ir para atrás, pero sí vamos a hacer una reevaluación de los diagnósticos, de los criterios, porque si no preparamos a los pacientes y les damos las herramientas básicas para que puedan vivir en los dispositivos, realmente los estamos expulsando, acelerando un proceso de descompensación que lo único que va a generar es que vuelvan a la Colonia. Esto tampoco quiere decir que los que están dentro de la Colonia no merezcan el máximo de los apoyos para que no haya diferencias entre los pacientes de la Colonia y los de los dispositivos. Todos tienen el mismo derecho a vivir mejor. Y lo que hemos visto, con mucha tristeza, son pacientes de primera -los de los dispositivos- y pacientes totalmente ignorados, que son los de la Colonia.

-G.G: Vimos una Colonia paralela a otra, una internada y otra externada que nunca iban a poder tocarse, como dos líneas paralelas. Para ser exitoso afuera, primero hay que tener ciertas condiciones creadas hacia el interior de la Colonia. Ahí es cuando se puede hacer una inserción real en la comunidad.

-R.G.: Inserción e inclusión en la comunidad. Nuestros pacientes de las casas de externación están insertos, pero no están incluidos. Muchos pacientes van del dispositivo al centro de día creado por la Colonia. Lo que tenemos que fomentar, dentro de las posibilidades de cada uno, es que vayan incluyéndose en las instituciones de la comunidad.

-G.G.: Mandamos un equipo de investigación de la universidad de La Matanza para que hagan un relevamiento de lo que opinan los vecinos de las personas de los dispositivos, y la mirada que se tiene es muy acotada del fenómeno de la discapacidad. Es una mirada paternalista, condescendiente, pero no los ven con capacidad de hacer un trabajo con la sociedad.

-Entonces, se va a mantener la política de externación bajo otros parámetros…

-G.G: Se va a mantener la política de externación con parámetros claros, con una clara acción profesional que va a llevar a la externación real con posibilidades de interacción social.

-D.P.: Una cosa que llama la atención es que no hay procedimientos en la Colonia: asistenciales, médicos, administrativos. No hay un solo procedimiento escrito. A eso estamos tendiendo, a normatizar un montón de cosas.

-R.G.: Hay un proceso de redistribución. No se trata de sostenerlos por sostener. La primera semana de gestión empezamos a recorrerlos y la primera casa que fuimos a ver hacía seis días que estaba sin agua caliente. Después habrá que determinar por qué. No es nuestra intención mirar para atrás sino empezar un nuevo trabajo de acá para adelante y que todo el personal entienda que estamos para trabajar por los pacientes. Si logramos, además, mejorar el clima laboral vamos a mejorar la atención de los pacientes. Queremos mejorar la comunicación y que la comunidad conozca lo que estamos haciendo. 

-¿Y hacia el interior de la Colonia?

-R.G.: Acá no había actividades y uno lamentablemente veía cierto olvido de los 500 pacientes que viven en la institución. Ellos también merecen una vida digna y atención no solo desde lo médico sino también desde lo ocioso, lo cultural, lo deportivo. La idea nuestra es trabajar de la mejor manera acá para favorecer la inclusión afuera, pero también aguantar la frustración de los casos en que aún poniendo todo no lo logremos. En esos casos tendremos que hacer los mayores esfuerzos para traer expresiones recreativas y culturales acá.

G.G.: El punto es mejorar la calidad de vida de las personas que no eligieron estar acá. Estas personas dependen de la responsabilidad nuestra.

-Distintas fuentes señalan que hay cambios en el proyecto original del futuro Centro de Salud, que pasaría a abocarse al tratamiento de pacientes con discapacidades psicomotrices…

-G.G.: La idea no es cerrar el centro y dejar de brindar un servicio a la comunidad ni mucho menos. La reformulación parte de la especialidad que nosotros tenemos: somos un efector nacional que atiende salud mental y discapacidad intelectual puntualmente. La OMS dice que el 18 por ciento de la población padece algún tipo de discapacidad, con el agravante de que no hay centros especializados que atiendan desde el paradigma nuevo, que es el social. Entonces, tenemos que apuntar no solo a la parte asistencial y terapéutica, sino que tenemos que hacer una reformulación de acuerdo a los tiempos que corren: tener ciertas cuestiones de prevención y atención real a las personas con discapacidad. Hay especialidades que si vos necesitás para tu hijo y vivís en Luján, tenés que contar con muchos recursos e irlas a buscar a Escobar, o hacer la recorrida por los cien barrios porteños. Especialidades como psicopedagogía, psicomotricidad, estimulación cognitiva. Entonces, estaríamos hablando de avanzar hacia un Centro Educativo Terapéutico. Apuntamos a partir de la detección temprana de la problemática y hacer todo un seguimiento durante todo el tiempo y dar a toda la comunidad esta posibilidad de atenderse. 

-Entre los beneficios que se destacaban del viejo proyecto, se contaba la posibilidad de que descomprimiera parte de la demanda del Hospital Municipal, que justamente está recortando servicios a los no residentes…

-R.G.: Estamos cumpliendo con una gran demanda para toda comunidad, que es la atención a la discapacidad intelectual. Hoy un chiquito con retraso mental se tiene que ir a sacar una muela a un Hospital General probablemente tenga muchos problemas para ser asistido porque no hay una preparación especial de los profesionales. Ellos son la comunidad. No estamos cerrando el centro, no estamos acotando la atención, sí la estamos focalizando en una problemática para la que no hay respuesta. Acá vamos a hacer una atención integral, facilitando la atención, los controles y el seguimiento. Este es el cambio. No es un centro polivalente porque la atención primaria no es la función específica de la Colonia Montes de Oca. Además, hoy también están abarrotados los servicios de psicopatologías en los municipios.

-¿Se mantendrá algún servicio para el vecino de Torres?

-R.G.: Luego de una reunión con el intendente y con el secretario de Salud, se acordó que en un sector del nuevo edificio funcione el Centro de Atención Primaria de la localidad. Nosotros pondremos las instalaciones y la Municipalidad el recurso humano. 

Comentá la nota