El nuevo equipo directivo de la Colonia Domingo Cabred expuso los lineamientos que pretende imprimirle a su gestión. El diagnóstico de situación, los desafíos que plantea la Ley de Salud Mental y los proyectos de reformas edilicias.
A poco más de seis meses de asumir su mandato, el nuevo equipo directivo de la Colonia Domingo Cabred expuso los lineamientos que pretende imprimirle a su gestión en el neuropsiquiátrico de la localidad de Open Door. La directora ejecutiva, María José Danda, la directora asociada del Área de Salud Mental, María Irene Valle, y el director asociado del Área Médica, Juan Pablo Aimale, trazaron un diagnóstico de situación, caracterizaron los principales desafíos que enfrentan para avanzar en la adecuación del centro sanitario a la Ley de Salud Mental y se entusiasmaron con la posibilidad de encarar reformas edilicias de envergadura, una de las mayores deudas pendientes de la institución.
-¿Cómo encontraron la Colonia cuando comenzaron a trabajar?
-M.J.D.: Encontramos un hospital funcionando pero con graves falencias estructurales y operativas, con muchos servicios desorganizados. En primer lugar hicimos un diagnóstico de situación. Durante cuatro meses estuvimos estudiando el funcionamiento de lo que estaba y en base a esos resultados tomamos algunas decisiones.
-La propia ministra de Salud, Zulma Ortiz, calificó su estado edilicio como “hipercrítico” e incluso anunció inversiones. ¿Qué novedades hay sobre esto?
-M.J.D.: Ediliciamente el hospital está mal. El Ministerio de Salud de la Provincia envió un equipo del área de Infraestructura, recorrieron las instalaciones y determinaron una serie de obras para realizar. Estamos dentro de los 4 hospitales calificados como hipercríticos entre los 38 existentes en toda la provincia. Ya había pedidos de reparación edilicia, especialmente relacionados con el arreglo de cubiertas, pero al ver el estado de los edificios se decidió arreglar a nuevo tres pabellones. Esperamos que las obras se inicien en diciembre.
-J.P.A: La Colonia es Patrimonio Histórico Provincial, con lo cual las estructuras no se pueden modificar y hay que respetarlas. Esto hace que los arreglos sean más caros.
-M.J.D.: Van a empezar por el Pabellón 2, que hace años que está desocupado, y lo van a hacer a nuevo. Con todos los servicios adecuados para un hospital neuropsiquiátrico, como rampas para discapacitados. Después van a arreglar el Pabellón 8, y a los pacientes se los va a mudar al 2. Y por último se va a arreglar el Pabellón 1. También se va a hacer a nuevo la usina eléctrica, se van a instalar dos equipos electrógenos y se va a construir la red cloacal de los pabellones arreglados. La idea nuestra es empezar con esto, y después empezar a gestionar otros arreglos en una segunda etapa. Estamos hablando de 640 hectáreas, 28 de ellas urbanizadas.
-M.I.V.: Nos hemos tomado como prioridad visibilizar las problemáticas del hospital. Los tres somos agentes de salud y tenemos historia de trabajo en el hospital. No llegamos acá sin saber con qué nos íbamos a encontrar. Conocíamos las problemáticas desde dentro y sabíamos cuáles eran las deficiencias. Eso nos permitió acelerar estas gestiones. El objetivo final es mejorar la calidad de vida de los usuarios. Consideramos que las personas que están acá alojadas son sujetos de derecho y por tanto deben vivir dignamente.
-¿Y en cuanto a lo terapéutico?
-M.I.V.: La Ley de Salud Mental impulsa otra mirada y otro horizonte sobre los derechos humanos. Sabemos que el camino a recorrer es largo y hay mucho por hacer, porque es una construcción social. No vamos a lograr de un día para otro la inclusión de las casi 1.000 personas que están alojadas en el hospital, pero tenemos el sentido puesto en ese objetivo. Queremos colaborar para que todos los compañeros vayamos adecuando nuestras prácticas a esta nueva mirada.
-M.J.D.: Nuestra idea es que los pacientes tengan una vida digna y logren reinsertarse en la comunidad en el menor tiempo posible. Vimos que había equipos terapéuticos que no estaban completos y pedimos esos cargos al Ministerio, que accedió.
-¿Hay planes para profundizar la externación de pacientes?
-M.I.V.: Desde hace ya 17 ó 18 años funciona el Programa de Externación Asistida (Prea). En este momento tiene alrededor de 80 usuarios externados en viviendas de autogestión (pagan el alquiler con sus pensiones) ubicadas en Open Door y en distintos barrios de Luján. Los pacientes son asistidos por un equipo del hospital conformado por psicólogos, trabajadores sociales, talleristas, entre otros. También con productos alimenticios y medicamentos, que retiran acá.
-M.J.D.: También hay viviendas dentro del Hospital, los llamados hostales, donde los pacientes dan un primer paso antes de salir afuera.
-M.I.V.: Hoy tenemos una población que oscila entre los 745 y 750 usuarios. Si existieran algunos dispositivos como centros de día y centros de noche por fuera del hospital en las zonas de residencia de cada uno, la mayoría debieran ser externados. La ley marca que deben existir esos dispositivos, pero hasta ahora solo hemos dado los primeros pasos. De haberlos, solo vendrían al hospital para internaciones breves.
-¿Cómo ven la vinculación de la Colonia con la comunidad?
-M.I.V: Como parte de la Subsecretaría de Salud Mental y Adicciones también estamos trabajando con el equipo del Centro de Prevención de Adiciones (CPA) de Luján para reorganizarlo y que empiece a funcionar como un Centro de Día donde puedan referenciarse todos los vecinos de Luján que estén pasando por una crisis. La idea es ir construyendo un espacio para toda la comunidad.
-J.P.A.: También tenemos el proyecto de armar un centro de salud polivalente, abierto a la comunidad. Hay mucha gente que ya viene a atenderse.
-Justamente los vecinos de Open Door están reclamando más servicios en el Centro de Atención Primaria, además de la situación conocida en el hospital municipal…
-M.J.D.: Ya al abrir los servicios existentes a la comunidad estamos yendo a un hospital polivalente. Pero de todos modos tenemos la idea de hacer un hospital exclusivo en algún sector del predio.
-M.I.V.: El horizonte es ese. La readecuación de las prácticas tiene que ver con esa mirada. Queremos que cada persona pueda atenderse desde su domicilio, en su lugar de residencia. Por eso estamos trabajando con la georeferenciación de los pacientes y coordinando con las regiones sanitarias para poder volver a trabajar un tendido de red entre el adentro y el afuera para que el hospital psiquiátrico vaya cambiando la mirada y empiece a generar espacios para que la gente de la comunidad pueda acercarse. Hoy por hoy, los recursos que tenemos nos permiten asistir a la población. Si empezáramos a abrir el hospital de manera compulsiva no podríamos atender bien a nuestros pacientes.
-J.P.A.: Hoy por hoy, si una persona sufre un accidente doméstico y se viene a atender, es asistido por el médico o la guardia. La idea es ir planificando para que esto se vaya incrementando.
-M.J.D.: Lo ideal sería construir el hospital polivalente en un área que ya está definida, sobre el camino que lleva a la Planta Depuradora, y que los pabellones se subdividan y se transformen en pequeños hostales, viviendas compartidas. No todos los pacientes podrán ser externados, pero la mayoría sí. Todos trabajamos en el hospital desde hace años y sabemos cuáles son los problemas y cuáles son los desafíos. Tenemos apoyo y estamos comprometidos con esta tarea.
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