Dos ancianos, un hombre y una mujer, fueron víctimas de un asalto cometido de parte de delincuentes encapuchados que ingresaron a una vivienda de la zona rural de la localidad de Esquina, donde sustrajeron 190 mil pesos, alhajas y armas de fuego.

El atraco se produjo el domingo a la noche en una casa de la Primera Sección, conocido como paraje “Campaña”, donde habitan dos hermanos de 72 y 78 años.

Alrededor de las 21:30, los malvivientes con sus rostros cubiertos entraron a través de una ventana y amenazaron a los septuagenarios a punta de cuchillo y revólver.

La anciana, en su denuncia ante la Policía, explicó que estaba cenando y mirando televisión en compañía de su hermano cuando de pronto aparecieron los extraños.

Por medio de intimidaciones, ambos asaltantes colocaron a las víctimas una al lado de la otra para inmovilizarlas con ataduras.

Sin impedimentos, los delincuentes comenzaron a revisar cada una de las dependencias del domicilio buscando el dinero que en todo momento demostraron saber su existencia.

Después de provocar un desparramo los ladrones hallaron una caja en la cual estaba guardada la abultada cifra de dinero en efectivo, que ambos hermanos jubilados percibieron de un litigio judicial.

Además de apoderarse de los fajos de billetes robaron una escopeta calibre 16; dos rifles calibre 22; dos revólveres calibre 22 y 38; dos relojes y dos bombillas de plata.

Con todo el botín, que aparentemente colocaron adentro de un bolso, los encapuchados salieron por la puerta. Luego, de acuerdo a los dichos de los ancianos, habrían ascendido a un vehículo para escapar. “Dijeron que apenas salieron los delincuentes de la casa escucharon el ruido de un motor, presuntamente de una moto”, indicó a época una fuente policial sobre el testimonio de los ancianos.

Dada las características del asalto, los investigadores presumen que los malvivientes tenían datos concretos acerca de la presencia de dinero en la casa.

El hecho de que hayan tenido tanta cautela en que no se les vea la cara puede dejar en evidencia dos cosas: una que cuenten con antecedentes penales y estén registrados con fotos de la Policía; y otra que hasta pudieran ser conocidos de las víctimas, estiman los encargados pesquisas. Otro dato llamativo es que no golpearon a los jubilados y emitieron pocas palabras. Estaban seguros de que iban a llevarse lo que fueron a buscar.

Policías de la comisaría Primera trabajan en el caso con la colaboración del grupo de Investigaciones dependientes de la Unidad Regional II con asiento en la ciudad de Goya.