Fueron por faltas que incluyen incumplimiento de horarios hasta mal estado de las unidades. En un caso se retiró el colectivo de circulación.
La campaña de control instrumentada por el municipio derivó de algún modo en una mejor conducta de las prestadoras, ya que en agosto las faltas fueron 62 y al mes siguiente bajaron a 48.
El subsecretario de Tránsito y Transporte, Francisco Pego, dijo que con anterioridad el municipio mantenía una actitud menos severa y sólo fiscalizaba la aptitud de los colectivos para circular, pero no el cumplimiento de frecuencias y recorridos.
"Con el mismo personal y una organización distinta pudimos mejorar los operativos, que ahora se cumplen con los inspectores a bordo y en distintos puntos de los recorridos", explicó.
El monto de las sanciones todavía no está definido porque Tránsito y Transporte sólo efectuó las actas de infracción, que ahora deben tramitar en el juzgado de Faltas II, a cargo de Debora Bietti.
La empresa Tres de Mayo -que es concesionaria del 70% del servicio- recibió 18 infracciones por incumplimientos en agosto y 10 en septiembre. Mientras que Codao tuvo 5 faltas en agosto y subió a 11 en septiembre.
Pego dijo que la mayor parte fueron por no respetar los horarios establecidos. Explicó que cuando un colectivo se retrasa aplican cierta tolerancia, debido al intenso tránsito y al estado de las calles.
"Pero también hemos detectado varios casos de adelantamiento y de alteración de recorridos, lo cual no tiene excusa, porque dejan pasajeros de a pie", sostuvo el funcionario.
Otro rubro es el de las "actas con plazo", cuando hay observaciones "leves" sobre el estado de las unidades y se intima la reparación con una fecha a término. Tres de Mayo tuvo 40 en el bimestre, mientras que Codao llegó 24, lo cual es "preocupante" -según Pego- porque tiene muchos menos coches.
Si la irregularidad es grave el vehículo es retirado de la circulación. De esta clase hubo sólo una infracción para cada una de las empresas.
El responsable de Tránsito y Transporte dijo que en alguna medida la fiscalización constante actuó como "un correctivo", aunque admitió que "la resultante es una incomodidad de las empresas".
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