Empresas en terapia intensiva: otra cara de la herencia M para Alberto Fernández

Empresas en terapia intensiva: otra cara de la herencia M para Alberto Fernández

Un correlato de la recesión que dejó Macri fue la gran cantidad de compañías de primera línea que se ajustaron para sobrevivir: convocatoria de acreedores, procedimiento de crisis, cierre de locales, renegociación de deudas, fueron las principales recetas.

Durante los cuatro años de gestión de Mauricio Macri cerraron casi 20.000 empresas, según un informe que difundió en agosto pasado la consultora Radar, en base a datos de la AFIP. Más allá de la precisión de estas cifras, lo cierto es que la crisis no pegó sólo en las pymes sino también entre grandes jugadores del mundo empresarial: conglomerados industriales, multinacionales de distinto origen, y cadenas comerciales, entre otros.

Aunque están lejos de cerrar o desaparecer del mercado, esas grandes empresas tuvieron que esforzarse para sobrevivir a una de las crisis económicas más profundas de la historia nacional, comparable al período 2001-2002 tras la salida de la convertibilidad.

En esta nota, Ámbito Financiero recopiló algunos de los casos más resonantes de compañías que aplicaron diversas recetas para hacer frente a la caída de ventas, la inflación y la devaluación.

Arcor

Cerraría este año perdiendo plata por tercera vez en su historia desde 1951. La primera fue en la crisis de 2001/2002, y luego en 2018, ya en la era Macri, perdió $1.010 millones. Además, cerró dos fábricas en Mendoza y Río Negro y despidió 130 operarios.

Molinos Río de la Plata

Este año, hasta septiembre, informó pérdidas de $1.356 millones y una caída de ventas del 1,5%. En 2018 había perdido $1.700 millones y en 2017 otros $754 millones.

Molino Cañuelas

La principal empresa procesadora de trigo del país hizo una reestructuración de su deuda de u$s760 millones. Hace más de un año busca vender alguna de sus 21 plantas productivas pero por el momento no encontró interesados.

SanCor

Entre 2018 y 2019 la láctea vendió en total ocho de sus plantas industriales y cerró varios centros de distribución. Actualmente tiene seis plantas, aunque todas ellas mantienen el cartel de venta.

Mastellone

Aunque logró una mejora en el primer semestre, con ganancia después de impuestos de $1.169 millones, sigue muy complicada ante la caída de las ventas. No logró recuperarse del 2018 cuando tuvo pérdidas de $1.995 millones.

Danone

La multinacional de origen francés es una de las líderes locales en el segmento yogures, postres y aguas. Dijo que atravesó los dos peores años desde que está en el país desde 1994. Este año la casa matriz tuvo que inyectar 110 de millones de euros para financiar el déficit.

Mondelez

La alimenticia pidió el Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC). Alegó que acumula tres años con resultados negativos por la caída de ventas. Finalmente, a cambio de no concretar despidos, obtuvo una exención impositiva hasta mayo del 2020.

Pepsico

En junio de 2017 cerró su planta industrial de Vicente López y despidió en forma inmediata a 600 personas. En aquel momento la multinacional explicó que la decisión se tomó ante una necesidad de reestructuración de su operatoria.

Coca-Cola (FEMSA)

En febrero de este año pidió un PPC con el objetivo de despedir a 600 empleados, de un total de 2.500, de su planta embotelladora en Pompeya. La empresa de capitales mexicanos se basó en la caída del consumo local. Finalmente intervino el Gobierno y la empresa desistió del PPC y acordó despedir solamente a 32 empleados.

Grupo Techint

Siat-Tenaris, la fábrica que produce tubos con costura para la industria de gas en la planta de Valentin Alsina, acordó un plan de suspensiones rotativas de 140 empleados que rige hasta el 31 de enero de 2020. Paga 85% del salario. La empresa adecúa su operatoria ante la demanda “inestable” de producción. En marzo pasado, Tecpetrol anunció el despido de 249 trabajadores en Chubut. A principios de noviembre Techint paralizó las obras del reactor Carem 25 en Zárate y suspendió a 500 trabajadores.

Loma Negra

La caída en el consumo de cemento y el aumento de los costos en dólares llevó a la tradicional cementera a ajustar su estructura con el cierre de plantas en Barker y Sierras Bayas, para concentrar su inversión en Olavarría. Ahora busca refinanciar vencimientos de deuda por u$s40 millones que vencen en enero.

Vicentin

Uno de los principales grupos agroindustriales del país anunció la semana pasada “un proceso de reestructuración de pagos a partir de una situación de estrés financiero”. La medida involucra una deuda de $23.340 millones. Su principal acreedor es la banca pública. Dijo que fue afectada por las altas tasas de interés y “las crisis recurrentes”.

Celulosa

La tradicional fábrica de papel y derivados que preside José Urtubey se declaró en default frente al vencimiento de una ON por un monto original de u$s60 millones. Había logrado canjear el 98% de la emisión pero no pudo hacer frente al saldo.

Longvie

La empresa fabricante de línea blanca está en crisis financiera y productiva desde hace dos años por la caída de ventas. Tras un severo ajuste llegó a un acuerdo con acreedores para reestructurar una deuda estimada en $200 millones.

Alpargatas

En menos de un año la empresa pasó de 7 plantas de producción y más de 3.000 empleados a quedarse sólo con una fábrica de calzado localizada en Tucumán y 700 personas. Se desprendió de todo el negocio textil por caída de ventas y pérdida de rentabilidad.

Musimundo

Carsa, uno de sus dos licenciatarios, entró en concurso de acreedores en 2018 y en pocos meses cerró más de 30 locales. Logró reestructurar su deuda con acreedores bancarios y proveedores pero ante la nula reactivación del consumo está nuevamente en problemas atrasando el pago de salarios, vencimientos de ON y facturas de proveedores.

Ribeiro

Este año pidió la apertura de un preventivo de crisis y cerró sucursales y despidió empleados. Actualmente busca renegociar parte de sus deudas con bancos y proveedores. Además busca acordar con los gremios la extensión del PPC.

Carrefour

La cadena francesa ajustó su estructura local en 2018, argumentando “una situación compleja tras tres años de pérdidas” por la caída del consumo interno. En pocos meses cerró 6 locales y convirtió en mayoristas otros 16. Antes había pedido al Gobierno acogerse al procedimiento preventivo de crisis. Llegó a acuerdos bilaterales con el sindicato e implementó el ajuste sin el paraguas estatal.

La Anónima

La cadena de supermercados de la familia del exjefe de Gabinete Marcos Peña cerró en junio último el peor ejercicio económico en su historia con pérdidas de más de $846 millones. En 2018 volvió a mostrar números en rojo por primera vez en 17 años. Reorientó sus negocios hacia las exportaciones pesqueras para compensar.

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