Habría que preguntar a los viejos veteranos del fútbol de Mar del Plata, si recuerdan que un club de la ciudad haya homenajeado con un partido a un jugador suyo. Y eso que el fútbol marplatense ha tenido nombres más que importantes. Sin embargo, esos detalles habitualmente quedan en el olvido, inclusive en el ámbito nacional, de primera. Quilmes tuvo esa cortesía con Nicolás Uzquiano, el delantero que tantas veces vistió la casaca del "Tricolor", con un partido despedida este sábado por la tarde, en la Villa Deportiva de Colón y 196.

Uzquiano decidió "colgar los botines" a causa de una lesión en la espalda que lo tiene a maltraer desde el 2013. Intentó a comienzos de este año recuperarse, pero el esfuerzo fue en vano. Así deja atrás una carrera de nada menos que 19 años en el fútbol. Siempre jugó en Quilmes en el torneo local. Entre 2004 y 2007 probó suerte en el ascenso del fútbol italiano, en donde pasó muchas dificultades al comienzo, con historias "para escribir un libro". Solo por torneos regionales, también vistió las camisetas de Aldosivi, San Lorenzo, Banfield (aquel de extraordinaria campaña con "Cacho" Moreno y que perdió la final del Torneo Argention "B") y San Vicente de Pinamar.

En Quilmes se dio el gusto de gritar dos veces campeón: en 1999, tras vencer a Kimberley en la final del año en el Minella, con triunfo 4 a 0 y una tarea destacada de su parte; al año siguiente, con 25 goles, el equipo de Luro y Guido se quedó con el Apertura pero cayó ante el "Dragón" en la final del año; en 2002, obtuvo el Apertura ante Racing y en 2008 también volvió a festejar, en el último título de Quilmes hasta entonces.

Con la organización de su amigo Alexis "Picky" Mateo, la colaboración del histórico Rubén Paglione, Quilmes homenajeó a Uzquiano esta tarde de sábado. "Nico" anotó dos goles en el primer partido, y otro en el final. Entre tantísimos excompañeros y amigos, participaron del homenaje Javier Gómez, Rubén Ratto, Santiago Giuntini, Pablo Corti, Cristian Castagnino, Leonardo Serfaty, y más.

A las 15 comenzó todo. Tres equipos, partidos, emotividad pero también mucha alegría e informalidad. En el final, el saludo de todos, en una jornada inolvidable para este buen goleador que superó la barrera de los 100 goles en la ciudad. Las felicitaciones por su carrera, y a la familia de Quilmes por la iniciativa que debería repetirse en cada disciplina y en cada club de la ciudad.