Fueron allí para recordar a los seres queridos. Y también para demostrar que hay gente en alerta permanente, que no descansará hasta ver perfectamente esclarecidas todas las responsabilidades en el caso. Fueron para decir que en este país las cosas no se olvidan, que en esta provincia también habrá memoria, y que las tragedias no se originan en la nada, sino en la responsabilidad concreta de alguien que hizo mal las cosas.

La emoción se vivió intensamente en la marcha.

Fueron siete las vidas que se perdieron hace un mes en el derrumbe del supermercado Cooperativa Obrera. Fedra, Thiago y Juan Martín Yáñez, Carlos Arrigoni, Lorena Ockier, Evan Aguilar Quinteros e Ida Martínez.Por el “estrago doloso”, calificación judicial para la tragedia, están procesados y presos el empresario Néstor Guerrero, el arquitecto Alberto Diez, y el capataz de la obra, José Silva. La justicia hasta ahora ha actuado rápido. Los elementos de prueba que se han reunido son muchos y pueden ser determinantes.

Los ciudadanos que marcharon este domingo lo hicieron con respeto, con el dolor todavía fresco, con el recuerdo muy vigente de quienes ya no están.

“Pese al dolor, estamos de pie”, se dijo.

Es de esperar que el hecho quede totalmente esclarecido. Y, si es posible tal cosa, que se aprenda también del dolor, de la tristeza, para que en lo posible no haya que repetir marchas por inocentes que han muerto injustamente.