Emergencia en el basural: una historia de traiciones, improvisación y millones

Emergencia en el basural: una historia de traiciones, improvisación y millones

A Carlos Arroyo lo enoja que lo acusen de improvisado. Más aún que digan que no gestiona. Sin embargo, los hechos no lo ayudan a dar por tierra esa  imagen. En rigor, no lo ayuda nadie: las internas que atraviesa Cambiemos lo dejan cada vez más expuesto y sus decisiones injustificadas, tampoco.

Desde que el gobierno de la provincia de Buenos Aires intervino a principio de año para apagar el incendio de la ciudad repleta de basura en plena temporada, se sabía que una vez vencida la prórroga del contrato con Tecsan esperaba el desembarco de la Ceamse en General Pueyrredon para hacerse cargo del manejo del predio de residuos.

La empresa creada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires y el de la Ciudad de Buenos Aires pidió un presupuesto por encima de lo que el gobierno municipal está dispuesto a pagar. De hecho, Tecsan SA cobra actualmente casi 7 millones de pesos y había solicitado 9,5 millones para continuar con la tarea. La empresa, incluso, fue denunciada por el propio secretario de Hacienda municipal Hernán Mourelle, por entregar facturas con sobreprecios de entre el 100 y el 200%. También de tener un acuerdo especial con la Uocra para pagar “sueldos especiales”, es decir por encima de lo normado y a trabajadores que en realidad no cumplían ninguna función.

Con todas esas presuntas irregularidades Tecsan realiza el trabajo por un 80% menos de lo que pidió Ceamse.

En ese contexto, las negociaciones siempre estuvieron empatanadas. Las reuniones en el Ministerio de Trabajo eran inconducentes y, por fuera, el municipio realizaba gestiones con el gobierno de María Eugenia Vidal. “Quieren a la Ceamse en Mar del Plata, ayúdennos a pagarle”, les plantearon desde la comuna a las autoridades bonaerenses.

Así pasaron los días, sin definiciones y con conflictos constantes en el predio, por el estado de colapso en el que se encuentra el basural. “Así, puede aguantar dos meses más”, admitió el presidente del Emsur, Eduardo Leitao, en una conferencia de prensa convocada por el intendente Arroyo justamente para plantear lo contrario: que el municipio estaba trabajando en la situación. En ese momento, una empleada de carrera del municipio asumió el protagonismo y explicó en detalle cuál era la situación actual y qué se hará para recuperar la operatividad del lugar.

Sin avances con el aporte económico, Arroyo comenzó a evaluar otra alternativa. Una que ya había planteado a fin de año y no pudo implementar: Unitek, una empresa que se radicó en el Parque Industrial, se haría cargo del tratamiento de los líquidos lixiviados, y otra empresa, de Fernando Scarpatti –que fue durante mucho tiempo subcontratada por Tecsan-, del manejo de los residuos dentro del predio.

“Las dos empresas tienen experiencia y nos pasan un presupuesto menor”, justificaron desde el municipio. La ecuación cerraba, pero las empresas no querían tomar a todos los trabajadores que actualmente están en el predio. Otro conflicto en puerta.

Sin darse por vencido, desde el entorno del jefe comunal lo convencieron de que lo mejor era pedir una declaración de emergencia para resolver la situación a través de una contratación directa. Así, se llegó hasta el viernes último, cuando el Ejecutivo elevó el proyecto para declarar la emergencia por 360 días.

El oficialismo, así, puso en aprietos a la oposición. Sin esa herramienta, eljueves 1º de marzo Mar del Plata amanecería repleta de basura. Parecía no haber otra salida. Más allá de las desprolijidades, de no ser lo adecuado, de no haberse previsto la situación por parte del Ejecutivo, los bloques opositores se sentían obligados a acompañar un proyecto para no apagar el fuego con nafta.

El lunes comenzó el tratamiento del proyecto en las comisiones conjuntas. Fueron Mourelle y Leitao a explicar los motivos por los cuales solicitaban la emergencia. No profundizaron demasiado, y en cambio, el secretario de Hacienda cargó contra Tecsan y la Uocra y remarcó que el contrato que proponía Ceamse era caro.

Los dichos del funcionario, otra vez, fueron más estridentes de lo esperado. Mientras Mourelle lanzaba esas acusaciones, dos pisos más abajo, el intendente Arroyo estaba reunido con la cúpula de la Uocra. Estaban sellando una tregua, luego de durísimos cruces.

Algunos dirigentes de la oposición tenían resuelto abstenerse para no poner palos en la rueda. Sin embargo, la concejal de la Coalición Cívica Angélica González sorprendió al votar en contra y obligó a los opositores a pararse en la misma vereda. “Si una del oficialismo vota en contra nosotros no podemos abstenernos”, razonaron.

Arroyo bramó contra la edil y la acusó de no tener la más mínima idea del tema. Esa postura generó incertidumbre en el resultado de la votación. Todos especulaban con el desempate del presidente del cuerpo. Sin embargo, lo que pocos sabían –y anticipó 0223- es que por otros carriles la situación se estaba resolviendo.

Las gestiones para que el gobierno provincial aporte fondos para firmar un contrato con Ceamse estaban avanzadas. Solo faltaba algo de tiempo. ¿Entonces? “Prorroguemos el contrato de Tecsan y preparamos el desembarco”, se resolvió.

Así, mientras los concejales esperaban el inicio de la sesión y el oficialismo penaba por el reemplazo de Ariel Martínez Bordaisco (Florencia Ranellucci no podía ir, Juan Tonto no ocupó la banca porque es el secretario del Concejo y finalmente asumió la edil del bloque vidalista de Crear Romina Martínez), a pocas cuadras de allí se resolvía el conflicto. En el Ministerio de Trabajo se firmó un acuerdo con los trabajadores para que Tecsan (¿y las acusaciones de Mourelle?) siga hasta el 9 de marzo, pues “la comuna se encuentra en vía de formalización de un convenio con Ceamse a los fines de que dicho organismo opere de forma integral el centro de disposición final de residuos del Partido de General Pueyrredon”, según consta en el acta.

Ese acuerdo implica que la declaración de emergencia solicitada al único fin de realizar una contratación directa para evitar que estalle el conflicto caía en abstracto. En criollo: no sirve para nada. “Ya se sabía que iba a terminar así, pero Arroyo estaba obsesionado con contratar a las dos empresas de Mar del Plata y por eso siguió con esto”, se sinceraron fuentes del oficialismo.

Y así se cerró otro capítulo más de idas y venidas del intendente Arroyo, marcado por la improvisación y con internas y millones como condimentos.

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