Embocado

Embocado

River no pudo sostener el juego intenso que había tenido contra Boca y Cruzeiro le dio un golpe bárbaro en el Monumental con el gol de Marquinhos. El equipo de Gallardo ahora debe ir a buscar la gloria a Belo Horizonte. Tiene que ganar sí o sí. Con el 1-0 irá a penales. Cualquier otro triunfo lo mete en semi.

River dejó todo en la Bombonera. La cabeza, también. Tan grande fue el desgaste, tanta energía le demandó la serie de octavos, tanto se concentró por jugar ese duelo histórico, que lo terminó pagando esta noche contra el Cruzeiro. El Monumental estuvo lleno, pero el resultado dejó una sensación de vacío. Un vacío que aún no es definitivo. La Copa se puede llenar si es que el equipo de Gallardo recupera la épica en Belo Horizonte. River tiene que ganar. Con el 1-0 va a penales. Todos los demás triunfos lo clasifican.

Desde el escandaloso ataque en la manga hasta esta otra noche de Libertadores pareció haber pasado más de una semana. Pero no pasó lo que pedía el Muñeco: cambiar el foco, pensar solamente en Cruzeiro, volver a transmitir esa intensa imagen de equipo bravo.

River atacó mal. Y defendió, ídem. La serie de rebotes y desatenciones en el gol de Marquinhos fueron apenas una muestra gratis de los déficit en la organización que experimentó ante el Cruzeiro. Nunca se acomodó en la cancha. Y el doble cinco, que tan bien le funcionó en el clásico, esta vez fue estéril. Porque dejaba espacios tras la pérdida y le faltaba toque en el medio para desarmar al rival.

También faltaron a la cita esos jugadores que a veces pueden cambiar un partido. Teo falló las tres que tuvo. El Pity Martínez cambió los botines entre un tiempo y otro, pero se no cambió sus malas decisiones. Mora sintió la molestia en su rodilla... Unas de las pocas luces de la noche se vieron en dos lujos de Mammana. Tampoco Ponzio fue un león. Ni el doble cinco se multiplicó por cuatro -como ocurrió contra el equipo de Arruabarrena-. En fin, muy poco.

Los retoques en la segunda parte no redundaron en la propuesta. No salió casi nada. Es decir, River no puede jugar peor que en esta ida de cuartos. Eso puede tomarse como positivo pensando en la revancha. En esta Copa ya superó varias batallas. Fortaleza le sobra...

Comentá la nota