Ellas, los comodines electorales

Por Gabriela Baigorrí

Las mujeres del oficialismo serán nuevamente el comodín. Una vez más, la dirigencia alperovichista apelará al recurso de encontrar candidatos en la mesa familiar. La diferencia estará en que ellas no sólo cumplirán con el obligatorio “cupo femenino” en listas legislativas, sino que intentarán retener, principalmente, el poder en intendencias y comunas.

El “de” acompañado de un apellido de la gestión se convirtió en un capital político, sobre todo, durante la última década.

Resta un año y medio para las elecciones de 2015 y, aunque los dirigentes se empecinen en repetir que falta mucho, se tejen posibles postulaciones desde hace rato con vistas a los próximos tiempos electorales. La imposibilidad de una “re reelección” dictaminada públicamente a principios de año por el gobernador, José Alperovich, ha puesto en jaque a la mitad de los 49 legisladores, a 18 de los 19 intendentes, al 40% de los concejales y a la mayoría de los 93 comisionados comunales. El peronismo, sin embargo, ha dado cátedra históricamente sobre como reciclarse y reacomodarse. Prometen que esta no será la excepción.

Génesis

Desde los tiempos del génesis del alperovichismo, las esposas han tenido espacios privilegiados. En municipios y comunas ya se sabe que las señoras poblarán como nunca las listas en reemplazo de sus -políticamente- vetados esposos. Algunos ya lo dicen a viva voz. Otros prefieren el off the record. En las administraciones municipales, al menos nueve intendentes optarían por familiares. Si bien prevalecerían las cónyuges, hijos y hermanos serían las otras alternativas.

En el interior, gran parte de las primeras damas municipales ya ocupan cargos. También son “embajadoras” de la Red de Mujeres Solidarias, la organización política que encabeza la senadora nacional y esposa del Gobernador, Beatriz Rojkés de Alperovich. Si no están en los ejecutivos de sus ciudades, hicieron pie en la Legislatura. Sólo basta con revisar las bancas: nueve de las 10 mujeres que las ocupan actualmente están emparentadas con intendentes, legisladores o funcionarios. Son los casos de Sara Correa (esposa del legislador Rolando Alfaro), Adriana Najar (esposa del intendente de Las Talitas, Luis Morghenstein), Susana Díaz (esposa del intendente de La Cocha, Leopoldo Rodríguez), Beatriz Ávila (esposa del secretario de Gobierno de la capital, Germán Alfaro), Nancy Bulacio (esposa del ex legislador Roberto Palina), Alejandra Cejas (esposa del intendente de Graneros, Ramón Graneros), Graciela Suárez (esposa del concejal capitalino Ramón Cano), Beatriz Bordinaro (consuegra del intendente de Concepción, Osvaldo Morelli) y Camila Khoder (hermana del intendente de Banda del Río Salí, Zacarías Khoder). Las excepciones son Marta Zurita y Carolina Vargas Aignasse (de licencia para desempeñarse como secretaria General de la Gobernación).

“Bettismo”

La mención de las virtudes de la Red en el discurso anual de Alperovich podría leerse como un desembarco político de Rojkés en el territorio local. Coincidió -¿casualmente?- con que fuera reemplazada como presidenta provisional del Senado. Si bien desde 2005 ha ocupado bancas en Diputados y Senadores, en Tucumán sólo ha presidido el Partido Justicialista local. La Red bien podría convertirse en su estructura política. La juventud de esa agrupación, denominada “Ateneo de la Militancia” y coordinada por su hija Sara, también da cuenta de la intención de fortalecer el denominado “bettismo”. Aunque apenas se diferencia del alperovichismo, tiene sus propios dirigentes y méritos nacionales. La esposa del Gobernador sigue siendo, sin embargo, el paradigma del rol de las mujeres en el oficialismo. Quizás, necesiten también usarla como comodín.

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