Eliminar basurales y avanzar en el reciclado, los puntos en común de los candidatos a intendente

Eliminar basurales y avanzar en el reciclado, los puntos en común de los candidatos a intendente

La Voz le pidió a los 13 candidatos a intendente de la ciudad de Córdoba definiciones y metas concretas sobre el problema de la basura. El predio de enterramiento divide posturas. Y al Esop le reclaman cambios y control.

La ciudad de Córdoba recicla menos del 1 por ciento de la basura que genera. Tiene entre 78 y 123 basurales a cielo abierto, según lo cuente la Municipalidad de Córdoba o la Secretaría de Ambiente de la Provincia. El predio donde entierra 720 mil toneladas por año va a cumplir el tercer año en el que se diagnostica que le queda un año de vida útil y el que sería su reemplazo, el complejo ambiental de Cormecor, en Villa Parque Santa Ana sigue esperando una decisión judicial que lo habilite, ante la objeción de vecinos y ambientalistas a su emplazamiento.

Con estos datos de la realidad, La Voz le planteó una serie de preguntas con definiciones y metas con indicadores medibles a los candidatos a intendente que competirán el 12 de mayo por la ciudad.

Basurales a cielo abierto

Luis Juez (Córdoba Cambia) dice que erradicará los basurales a cielo abierto en 30 días y para que duren limpios se consultará a los vecinos qué uso darle a ese lugar. Rodrigo de Loredo (UCR) también prometió terminar con ellos, pero en un año, en un plan con varias etapas que insumiría 393 millones de pesos en 2020 y que incluye la transformación de carros en motocarros. Sin plazos precisos, Martín Llaryora (Hacemos por Córdoba) también va por la eliminación. “Hay más de 200 basurales a cielo abierto y no puede haber más basurales en Córdoba”, dice.

Laura Vilches (FIT) plantea que “los basurales deben ser erradicados de inmediato, para garantizar un ambiente sano para las barriadas populares que es donde se encuentran”. La clave, para ella, es “mejorar el servicio de recolección de podas y levantamiento de escombros, porque por allí comienza un basural”. Y para eso, propone que este servicio pase al Estado y que se habilite la expropiación de baldíos.

Olga Riutort prefiere hablar de una meta de reducción de basurales: a 1 año, el 25 por ciento y a 4 años, el 90 por ciento. “El problema de los basurales se resuelve con una gestión integral de los residuos, que comienza con un servicio de recolección diferenciada eficiente, con alternativas concretas y eficaces de recolección de residuos especiales y centros verdes distribuidos en distintas zonas de la ciudad”, señala.

También lo piensa en etapas Juan Pablo Quinteros (Encuentro Vecinal), quien se fija como meta eliminar el 70 por ciento y remediar el 100 por ciento de ellos en un año y llegar en los 4 años de mandato a terminar con todos. José Lomuoio, por su parte, piensa en llegar a 11 basurales en la ciudad, controlados cada uno de ellos por su CPC.

Dónde se entierra

“Hoy se entierra el 99,5 por ciento del total lo cual es sumamente nocivo para las personas y el ambiente. Tampoco tienen intenciones de reducir la producción de basura porque cobran por tonelada. Por eso proponemos estatizar el servicio e implementar un plan integral y progresivo de tratamiento de la basura que permita una gestión sustentable ambiental y socialmente”, diagnostica y plantea Maru Acosta (MST).

Luis Juez dice que hay que seguir en Piedras Blancas, mientras se avanza en una década hacia el enterramiento 0, su propuesta más ambiciosa en materia de Residuos Sólidos Urbanos (RSU). Su antigua compañera de fórmula, Olga Riutort, acuerda en este punto: “Continuaremos utilizando el predio de Piedras Blancas y expropiaremos 200 hectáreas colindantes”, propone.

“Próximamente se darán las definiciones judiciales que determinarán si se puede habilitar el Complejo Ambiental Cormecor. Entendemos que en cualquier caso, el predio que resulte definido debe priorizar el camino del diálogo con las localidades que se ubiquen próximas. Estas localidades deben tener compensaciones socio-ambientales y formar parte del monitoreo”, plantea, por su parte, De Loredo.

Sin decir dónde, Vilches postula condiciones: “Hay que reducir al mínimo el enterramiento de basura, cuya ubicación debe incluir una seria evaluación del impacto ambiental y llevar al mínimo la contaminación, siendo condición sine qua non que sea instalado alejado de zonas urbanas, inundables y fuentes de agua, entre otras condiciones necesarias (en zonas aptas y dentro del ejido municipal)”.

La disminución en la generación es también clave para Quinteros, quien plantea que hay que “dejar de excusarse con que ‘la gente no quiere hablar de compostaje domiciliario’”.

Abelardo Losano (Córdoba en Valores) entiende que hay que avanzar, también, hacia el enterramiento 0: “Cormecor tiene que transformarse. Nuestra basura tiene que servir para producir gas y electricidad”, postula.

Contenedores

Rodrigo de Loredo apuesta a la concientización para mejorar su uso. “Educación y capacitación en cada barrio”, plantea Martín Llaryora. Laura Vilches también quiere campañas masivas de educación, que incluyan enseñar el “ funcionamiento de composteras en todos los hogares para residuos orgánicos producto de las comidas”.

Luis Juez quiere contenedores diferentes, según la zona: de carga trasera, otros con cargalateral automatizada y con bocas angostas para la recolección diferenciada en fracciones seca y húmeda.Juan Pablo Quinteros no los quiere de material inflamable.

Para evitar la vandalización, Olga Riutort plantea que “los contenedores estarán fijos en los lugares predeterminados y sólo podrán ser movilizados por los operarios para su respectiva descarga en los camiones, evitando así su desplazamiento por la vía pública por causas relacionadas con las lluvias o con los vándalos”. También Losano los quiere fijos.

Qué se hace con el Esop

El Ente de Servicios y Obras Públicas (Esop) tiene que seguir, pero con más controles. Esta es la posición mayoritaria entre los candidatos.

Martín Llaryora dice que “debe reconvertirse en un organismo eficaz y moderno, dotándolo de nuevas tecnologías y equipamiento”. “El Esop tiene que continuar para limpiar las calles, pero hay que transformarlo en una empresa eficiente. Actualmente hay 1.200 empleados de los que sólo trabajan 700, pero todos cobran”, entiende Losano. Luis Juez lo considera “una herramienta que ofrece alternativas de gestión” y plantea como meta incrementar el barrido automático de calles.

De Loredo, por su parte, apunta al control cuando propone “incorporar el control de presentismo por medio de la huella digital y a los CPC en la certificación de las prestaciones, a través de puntaje que darán los centros vecinales”.

Riutort mantiene y amplía el Esop: “Pienso continuar con el Esop y dar de baja a Crese y a Cormecor ya que será este ente el que se encargue del barrido y limpieza de las calles, del predio de disposición final, de los basurales, de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) y de los residuos patógenos”.

Quinteros imagina una subordinación del Esop al Ente de Control de Servicios Públicos Municipales (Encosep), que describe como “una entidad netamente profesional que sea la que controle, regule y sancione, a cada prestador de servicio público del municipio”. En ese marco, le plantea tareas de auditoría y control de los servicios al Esop.

Desde la izquierda, Vilches quiere que “estos servicios estatizados estén bajo gestión de los trabajadores y con control de los propios vecinos y usuarios, con colaboración de las universidades públicas y organizaciones especializadas”. Casi lo mismo plantea Maru Acosta: control de trabajadores y usuarios, aunque se diferencia con el planteo de incorporación a la planta municipal de los empleados del Esop.

Mateo Contreras (MAS) también apuesta a terminar con el Esop, pero con el fin de pasar a “un sistema igualitario de recolección diaria y limpieza de las calles, controlado por los vecinos de los barrios”.

También quiere su desaparición el libertario Andrés Peralta: “El Esop no debe continuar funcionando, se ha transformado en una guarida para sindicalistas y amigos del poder. Ha sido público que se desempeñan la comisión directiva del Surrbac y sus familiares. Las tareas que realiza este ente deben ser licitadas de manera transparente a empresas privadas”, reclama.

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