Elecciones, encrucijadas, sueños e incertidumbres

Elecciones, encrucijadas, sueños e incertidumbres
Mientras hoy se inicia la segunda mitad de un año impar, no es verdad aún que la elección primaria, abierta, simultánea y obligatoria esté siendo la protagonista del tiempo electoral de Jujuy.
Mientras hoy se inicia la segunda mitad de un año impar, no es verdad aún que la elección primaria, abierta, simultánea y obligatoria esté siendo la protagonista del tiempo electoral de Jujuy. O al menos, es una verdad a medias. Lo verdaderamente cierto es que en nuestra Provincia las que están lanzadas son ya las elecciones generales, con su enorme carga de negociaciones, especulaciones, y sobre todo de riesgos para los actores que en ella se desenvuelven. Convengamos que las listas de diputados nacionales no tendrán competidores internos en ninguno de los frentes que participan de la contienda, así que las Paso serán un mero trámite que servirá -sin embargo- para probar la capacidad de movilización de los partidos y aportarán un dato importante sobre la respuesta de los electores que, de cara a octubre, tendrán que contabilizar los ingenieros electorales para ajustar los rumbos finales de las campañas. Sólo unas breves reflexiones sirven para bucear en las estrategias y los targets de cada sector con posibilidades.

No miden, pero ganan...

“¡No miden...no miden bien!” decía el viernes un quejoso militante histórico del justicialismo sosteniendo en sus manos papeles con datos de una encuesta de inconfesables orígenes, donde los nombres de Oli Tentor, Silvina Sadir y Juan Miguel Cardozo aparecían como levemente conocidos por el grueso de los encuestados. Enervado hasta la irritación, sacudía la información para justificar su rechazo a la elección de los candidatos del FPV. Más sereno, un dirigente de edad intermedia recogió el guante: “El Oli es un peronista inteligente y leal, con años de trayectoria en el partido y en la función pública” replicó rápidamente, “y si en su juventud pasó por filas del radicalismo, ya hizo uso de su derecho a evolucionar”, profundizó con un dejo de rampante ironía. Terció otro contertulio para afirmar: “La joven Sadir y el abogado Cardozo son expresiones de la nueva generación”, dijo, “y es un síntoma del recambio que se ordena desde la Casa Rosada”. Es cierto que en el centro del poder, giran las preferencias hacia la gente de La Cámpora, pero no es menos cierto que en Jujuy, esa agrupación no ha alumbrado aún dirigencia que por peso específico propio pueda disputar espacios principalísimos dentro del FPV, ni ha logrado consolidar amistades políticas que les abran sus puertas. “Dos acotaciones”, agregó alguien: “no me gustó que la candidata Sadir haya salido a despegarse del grupo Gestar. No se debe renegar del grupo de pertenencia, sobre todo cuando decenas de mujeres peronistas -con todo derecho- todavía están en llamas por haber sido dejadas de lado en la elección”, y subrayó: “será falta de rodaje, pero no mala fe”. Y remató con otro dato: “Yo también conozco encuestas que dicen claramente que aunque algunos candidatos no midan bien en lo personal, el sólo hecho de que vayan cabalgando el caballo del comisario del Frente para la Victoria, les asegura el triunfo”. Claro, después deberán justificar esta circunstancia favorable con trabajo y resultados.

Soñar...cuesta bastante...

“Este primer paso será un ensayo. Si sale bien, el segundo paso será arrebatarle el triunfo al oficialismo”, decía un sobresaliente peronista disidente, hoy enrolado en la persistente segunda línea del Frente Primero Jujuy. Se lo decía en voz baja pero firme a un importante referente de la Unión Cívica Radical, en una de las reuniones que vienen manteniendo con los ojos puestos en octubre, y que negarán sistemáticamente, a pesar de que las noticias se escapan por las enormes grietas que sus esperanzas abren en la cáscara del embrionario emprendimiento. Si en agosto suman buenos votos, para octubre sueñan con fusionar los frentes Primero Jujuy y Frente Jujeño. Así, el primer paso -robarle un diputado nacional al oficialismo, para lo que necesitan juntar cerca de cuarenta mil sufragios cada frente- los llevaría automáticamente a ir por una victoria que los posicione gananciosos en la Legislatura y de allí, salir a la caza de la Provincia en el 2015. Obviamente, ese camino no sería cuesta abajo: en primer lugar el FPV es demasiado poderoso, en segundo lugar deberían sortear terribles barreras de sus referencias nacionales. El Frente que lleva a Isolda Calsina forma parte de las huestes del peronismo disidente que alienó el gobernador cordobés José Manuel de la Sota. Los que voten por Mario Fiad, saben que les será difícil conseguir autorización para sacar los pies del plato nacional. Y en tercer lugar, tendrían que deponer algunos fuertes posicionamientos personales, que hasta ahora les han permitido a un puñado de dirigentes vivir holgada y tranquilamente del ejercicio profesional de la política. En otras palabras, tendrían que resignar intereses y extinguir la hoguera de las vanidades. Paradójicamente, este tercer punto, aparece como más irreductible que los dos primeros, donde sólo campean los principios y los ideales. Pero como todo sueño, tiene el valor de las utopías, que al decir de Eduardo Galeano, sirven para seguir caminando.

No descuidarse

En el núcleo duro del oficialismo, nada es desconocido ni está librado al azar. El Gobierno y el Partido Justicialista, base primordial del FPV, han comenzado a caminar en paralelo unificando discursos y líneas de acción. Tampoco se escapa a la mirada de los diseñadores de campañas, encuestas y objetivos, que la situación nacional del FPV no es hoy la mejor. Con los distritos mas grandes rodeados de presagios sombríos, reconocen que si bien las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, son los pasos claves para cualquier aspiración de retener y aumentar el poder, también saben que el aporte de cada rincón del país, esta vez, contará, y mucho. Los datos que arroja la información estadística dicen que de cada 100 votos nacionales positivos el 38,1 se genera en la provincia de Buenos Aires, y sólo el 1,3 en Jujuy. “Pero como están las cosas, hasta el pelo más delgado hace su sombra en el suelo” sentenciaba el sábado un jactancioso diputado de extracción gremial (MC) del PJ evocando los sabios versos de la Vuelta de Martín Fierro.

Por encima de este marco general, el oficialismo local, saca punta al lápiz. Sabe que al estar obligado a reponer sus dos diputados nacionales. Y que para ello, remedando el ejemplo nacional con la propia Presidente de la Nación al frente de la campaña, Eduardo Fellner tendrá que ponerse en el hombro derecho el Gobierno y en el izquierdo la campaña para respaldar y asegurar el tránsito feliz de sus candidatos en cada rincón de Jujuy. Así podrá contrarrestar la fuerte ofensiva que la oposición le tiende en los caminos, y el desgranamiento que le auguran al oficialismo el desgaste normal de toda gestión, los temas que surgen del mal humor social (seguridad, inflación, etc.). En aquella ocasión -octubre- también dividirá su electorado con el flamante partido de la Soberanía Popular de la señora Milagro Sala, a quien absurdamente pretendieron hacer aparecer como distanciada de la Presidente Cristina en estos días, en una operación política de patas cortas. Sala no abjurará de su apoyo al modelo ni dejará ser considerada como una de sus expresiones más sólidas, aún con las fuertes discrepancias con las que no deja de azotar el lomo del Gobierno local. Y en menor medida, aunque siempre dignos de ser tenidos en cuenta, restarán votos los descontentos de siempre, el alejamiento de dirigentes como Miguel Morales (que algo hará para hacer sentir su ausencia), algunos conflictos en intendencias importantes con rebeldías irreductibles en su seno, entre otros. No será sencillo salir a seducir votantes. Y tal vez, en este panorama haya llegado el momento de la reconciliación y el perdón para el “moisesísmo”, que si bien asienta sus bases en San Pedro, exhibe además de sus tradicionales votos cautivos, cabeceras de playa en todas las ciudades de la provincia, y una capacidad de trabajo que más de uno envidia. Tal vez lo que hasta ahora fue imposible, se haga realidad aunque ese parto necesite de fórceps y muchos deban repetir la instancia amarga del tragado de sapos. Para Julio Moisés y su hija Carolina, que aún conservan lazos con despachos importantes en Buenos Aires, desde su partido Arriba Jujuy, sería un abandono elegante de la soledad de hoy, y para el FPV un aporte de votos que se vería con razonable agrado, porque un movimiento de pinzas bien armado, puede ser letal.

Final abierto

Lo que tuvo buen final fue el conflicto entre Gobierno y gremios estatales. Persuadidos de la imposibilidad de que se responda a la totalidad de los reclamos planteados, los gremios más poderosos optaron por aceptar bajo protesta un aumento de 8 % inmediato y 6 % a mediano plazo, una ayuda especial que significará $ 13 millones que se volcarán a los trabajadores, y que el piso salarial alcance poco mas de $ 3.200. Si se aborda el tema con seriedad, no se puede afirmar que el frente sindical se haya quebrado, ni que esto haya sido un triunfo del Gobierno. Vale decir en cambio que triunfó la racionalidad y en todo caso, ganó toda la gente de Jujuy. Los bolsones irreductibles están planteados en el sector de Apuap y ATE. A ellos, los negociadores del Gobierno los encuadran en un universo político antes que sindical. De todos modos, la segunda mitad del año renovará las discusiones y ojalá siga siendo más importante el sentido común, que la dureza, y como se dijo muchas veces, que las partes no sean duras entre sí, sino que ejerzan dureza contra los problemas, sin perder de vista que muchas de cuyas variables de origen, no son resortes que pueda manipular un Gobierno de provincia.

La decisión

Hoy a las 14.10 se cumplirán 39 años del paso a la inmortalidad del general Juan Perón, cuya valiosa herencia sigue siendo zarandeada desde diversos los ángulos. Por curiosa coincidencia, este 1 de julio también es un punto de inflexión desde el cual los días comienzan a correr más de prisa. Y los jefes políticos ya están en la durísima tarea que cada elección les plantea de manera inexorable: más que elegir los amigos con quienes compartirán las trincheras, deben elegir rápidamente quienes serán sus enemigos, dicho ésto como adversarios políticos. Servirán para la ocasión dos máximas que la ciencia política aún no termina de ponderar: la primera es una pregunta atribuida a Jhamirley E. Marín

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