A las 8 de la mañana del viernes culminó en Junín una campaña electoral que tuvo algunas diferencias en relación a otras instancias similares del pasado.

Esos contrastes no tuvieron que ver con los temas abordados, sino con la distinta jerarquía que se les dio respecto de lo que venían siendo las demandas de los vecinos, y la escasez de propuestas concretas para ejecutar en la gestión.

De esta manera, el proceso que habían arrancado con las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias del 9 de agosto pasado, tendrá su corolario hoy, con la elección que determinará quién administrará el municipio durante los próximos cuatro años.

Se sabe que para alcanzar ese cargo son seis los competidores, que provienen de extracciones distintas y exhiben posiciones ideológicas diversas.

Ellos son: el actual jefe comunal, Mario Meoni (Una Nueva Alternativa - UNA), Pablo Petrecca (Cambiemos), Gustavo Traverso (Frente para la Victoria - FpV), Gustavo Ferrari (Progresistas), Marcelo García (Compromiso Federal - CF), y Sonia Rodríguez (Frente de Izquierda y los Trabajadores - FIT).

Un análisis sobre el panorama que se abre en esta votación, permite sacar algunas conclusiones.

Temas prioritarios

Hace años que cualquier encuesta sobre las principales preocupaciones de los juninenses es encabezada por la inseguridad.

Sin embargo, esta campaña estuvo dominada por otros dos temas: la prioridad pasó por la falta de transporte público y el déficit de viviendas.

Se trata de temáticas en las que hubo prácticamente unanimidad. Nadie obvió la importancia de contar con un sistema de transporte público de pasajeros que, planteado como necesidad o como derecho, se convirtió en una promesa repetida desde los más diversos sectores.

A partir de estas coincidencias, entonces, se abre una esperanza de que la ciudad tenga –esta vez sí– en un futuro inmediato, un conjunto de micros que circulen por todos los barrios transportando a los juninenses.

Asimismo, el caos del tránsito también fue un tema omnipresente en la campaña, aun cuando en algunos casos fuera “disfrazado” con frases más amables, como seguridad vial o movilidad urbana.

En tal sentido, las propuestas se basaron en algunas líneas comunes, fundamentalmente apostando a la prevención y la educación por sobre la sanción, pero también con el refuerzo del control y el fomento de medios de transportes alternativos.

El otro eje que apareció como prioritario fue el del acceso a la vivienda, motorizado, en parte, por la polémica desatada a partir del intento del Ejecutivo de cederle lotes al diario La Verdad.

En este aspecto también hubo ideas convergentes que se relacionan con la necesidad de solucionar el déficit habitacional, plantes de facilidades para la compra de lotes y urbanización de sectores donde hay terrenos que puedan ser utilizados para este fin.

Seguridad

Como quedó dicho, la seguridad esta vez no fue el tema central.

No obstante, hubo abundantes referencias a esta problemática en la campaña y en ese contexto, si bien se admitió el control del delito no es una facultad del municipio, sí se plantearon estrategias que podría desarrollar un jefe comunal.

Entre ellas, se destacó: hacer un aporte mediante la participación ciudadana a través de los foros de seguridad, redoblar los esfuerzos en el combate contra el narcotráfico, trabajar sobre la exclusión social y la marginalidad, y coordinar las acciones de las diferentes fuerzas de seguridad que actúan en la ciudad, además de sumar más cámaras de videovigilancia y mejorar y ampliar el centro de monitoreo.

Pocas propuestas

Una de las características del período preelectoral fue la escasez de propuestas concretas para llevar adelante en una eventual gestión de gobierno.

Aun cuando esta no fue una característica privativa de la ciudad, sino que también se advirtió (y tal vez en mayor grado) en los postulantes a los más altos cargos de la república, resultó una lógica que no escapó a la campaña local.

La idea de perseverar en lo que está bien, cambiar lo que está mal y hacer lo que no se hizo, como se planteó desde diferentes sectores, aparece como un concepto de madurez política e institucional, pero se queda sólo en eso si no se marca concretamente qué es lo que debe tener continuidad, cuáles son las cosas que requieren modificaciones y, sobre todo, de qué manera se van a poner en práctica esos cambios.

Abundaron, en definitiva, las frases edulcoradas que apuntaron a conceptos vagos y un tanto abstractos, como la participación ciudadana, la cercanía con el vecino, el crecimiento y el desarrollo de la ciudad, el trabajo en conjunto, recorrer los barrios y escuchar a la gente.

¿En qué derivará, entonces, ese cúmulo de propuestas light?

La respuesta a este interrogante empezará a develarse esta noche.