Uso eficiente del agua

El agua potable es un recurso caro, cuesta mucho trabajo obetenerla, tecnología, y no estamos usándola de una manera correcta.

En las antiguas ciudades, los efluentes cloacales y los pluviales eran transportados por el mismo sistema y en todas pasaba lo mismo, terminaban en el río. Es muy común en Buenos Aires encontrar casas viejas, en barrios como San Telmo, donde todo confluye a la misma red cloacal, venga del baño o de las canaletas del techo.

En la actualidad esto ya no es así, aunque todo sigue terminando en el río, el agua de lluvia va al cordón de la vereda, y los efluentes cloacales van a una planta de tratamiento previo.

Pero vayamos un paso anterior a los desagües.

En todas las casas convencionales hay una sola red de distribución de agua y según qué parte de la vivienda sea, también tenemos la posibilidad de agua caliente. Pero lo que nos deberíamos preguntar es si realmente toda la casa necesita de esta agua potable.

En Mendoza -por ejemplo- todo el sistema para regar los viñedos y los olivares proviene del agua que se escurre desde las altas cumbres andinas hacia el valle. Se canalizan en acequias y con eso se riegan los campos, no es ni siquiera agua de lluvia porque casi nunca llueve, pero tampoco es agua tratada en una planta potabilizadora.

Según la Opad, en Posadas contamos con más de 1700 milímetros de lluvia por año. Lo que se propone desde un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, es dejar de tirar el agua de lluvia a la zanja de la calle. Es agua limpia, no está testeada y no la vamos a tomar, pero podemos usarla de una manera diferente, o mejor dicho: podemos usarla.

Una vivienda sustentable es aquella que realmente aspira a hacer un uso eficiente del agua.

En primer lugar, hay que diferenciar las tareas. Hay cuestiones sensibles como lavar los alimentos, o propiamente el agua que vamos a beber. Y por otro lado tenemos el agua que usamos para regar las plantas, para lavar el auto, para baldear la vereda.

Para las primeras, sin duda, necesitamos agua apta para el consumo humano, es parte de nuestra salud y de nuestra calidad de vida.

Pero para las otras actividades podríamos usar agua de lluvia o agua limpia de cualquier arroyo, sin que eso afecte nuestro bienestar.

Por ejemplo, en el centro de cualquier ciudad, en los edificios en altura, la condensación de los equipos de refrigeración puede llegar a producir 600 litros diarios de agua que no se están aprovechando.

Lo que se propone es hacer lo que se llama una cosecha de agua de lluvia.

Tendríamos que tener en nuestra casa un segundo tanque, al que llegan todas las canaletas y la zinguería de los techos. Son instalaciones muy interesantes, que tienen redes para frenar alguna hoja que arrastre. En definitiva, aunque los dueños de casa, seguramente van a mirar con desconfianza el gasto que esto implica, cuando comprenden toda el agua que se puede usar de este sistema, para tantas cosas de la casa y todo con agua que no va a tener ningún costo, es una cuenta que se paga sola varias veces.

Las posibilidades de potabilizar este cultivo no son complejas y teniendo en cuenta que en el supermerado 1 litro de agua cuesta 20 pesos, tampoco son caros. Se pueden usar por ejemplo, filtros domiciliarios de carbón activo.

Es necesario que empecemos a pensar en un uso eficiente del agua. Esperemos en los próximos años dejar de ver a vecinos con la manguera en la vereda, usando para limpiar la misma agua que podemos darle de beber a nuestros hijos.

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