Si no se educa al vecino, no se podrá erradicar la basura

Si no se educa al vecino, no se podrá erradicar la basura

Así lo sostiene la licenciada en Biotecnología Rocío Dip, quien trabajó en Brasil junto a otros especialistas sobre la temática de residuos explicó que lo importante es la educación para tener menos basura.

“Ninguna política ambiental va a tener posibilidades de éxito sin un fuerte compromiso de la sociedad hacia la cual está dirigida, para ello una de las herramientas más poderosa en la Educación Ambiental que tiene como objetivo la construcción de un compromiso ciudadano”, explicó a primerafuente Dip.

La especialista es oriunda de Concepción y está radicada hace varios años en San Miguel de Tucumán donde actualmente es docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y está finalizando una Maestría en Gestión Ambiental. Durante el 2015 trabajó 6 meses en la Universidad do Río Grande do Sur en Brasil participando de encuentros científicos internacionales sobre la temática de residuos y del desarrollo del Plan de Gestión Ambiental de Residuos Sólidos Urbanos.

“Hace poco regresé de Brasil luego de una estancia educativa y realmente al menos en Porto Alegre, que es donde yo estuve, hay un trabajo serio desde lo social en concientizar a las personas en que hay que generar la menor cantidad de basura y para ello hay que trabajar mucho. En esta parte del país estamos lejos de esa realidad somos muy sucios”, aclaró la docente.

La actividad humana, el crecimiento de la población y del consumo son algunos de los factores generadores de residuos a nivel mundial, y para que esto genere mayor o menor impacto de contaminación en la sociedad debe existir una planificación adecuada por parte del estado. Dicha problemática está instalada no sólo en Tucumán sino en todo Latinoamérica.

“El origen de muchos problemas ambientales está relacionado con las pautas de comportamiento humano y la organización social. Si bien la situación desbordada de los residuos es una realidad de toda America Latina, en Argentina y el Tucumán específicamente uno de los motivos tiene que ver con el crecimiento exponencial de la urbanización con superposiciones de usos del suelo que no ha encontrado correspondencia con el aumento de infraestructura, lo cual deja al descubierto una falta de planificación urbana a las necesidades sociales”, advirtió.

En la actualidad, las municipalidades y comunas tucumanas no poseen ningún tipo de tratamiento de los residuos sólidos urbanos, ni controles sanitarios, generando basurales a cielo abierto que son un verdadero riesgo en la salud de la población. Además se conforman dentro de los mismos vaciaderos “precarios barrios” que viven sin ningún servicio básico.

“Los municipios medianos y pequeños predominan los basurales a cielo abierto que son sitios en donde los residuos sólidos urbanos se abandonan sin separación ni tratamiento alguno; allí no existen ningún tipo de control sanitario ni se impide la contaminación del ambiente; el aire, el agua y el suelo, representado un alto riesgo sanitario para la población. La situación se agrava aún más con el hecho de que allí existen asentamientos de gran heterogeneidad social: familias temporales y familias asentadas dejando al descubierto las desigualdades sociales”, explicó la licenciada.

El problema que se desarrolla con la basura generada por su volumen y por la reducción de los espacios de depósito, lleva a muchas personas a quemar los desechos para aminorar su volumen contaminando aún más el planeta con los gases y humos tóxicos que se desprenden de este tipo de materiales. Uno de los materiales de basura más comunes en todo el mundo son las botellas plásticas PET y las bolsas plásticas.

“Lo primero que observas cuando llegas a la capital tucumana es la gran contaminación de humo por la quema de basura y las botellas y bolsas plásticas diseminadas por todas partes. Esa postal causa un impacto terrible sobre todo al turista que llega por primera vez nuestra provincia. Tengo amigos que vinieron de Europa y pasaron por Tucumán y se llevaron una mala impresión y eso que somos “El Jardín de la República”. Tener una ciudad limpia y ordenada no sólo genera un lugar óptimo para vivir sino también genera entra de dinero por parte del turismo y nos beneficiamos todos. Hay que trabajar y mucho en reducir, reutilizar y reciclar, repensando políticas ambientales, hábitos de consumos y las conductos sociales frente a la problemática”, concluyó.

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