El edificio concentrador de oficinas públicas

El edificio concentrador de oficinas públicas

En su corto mandato, interrumpido por el Golpe de Estado de la llamada Revolución Argentina, el Intendente Valerio De Iraola nos dejó obras de gran trascendencia para nuestro pueblo. Una de ellas fue el Edificio Concentrador de Oficinas Públicas.

Con un sentido práctico, se buscó facilitarle los trámites a la gente, reuniendo en un solo lugar las principales oficinas públicas, en las que se perdía mucho tiempo yendo de un lugar a otro, haciendo largas colas y soportando engorrosos trámites burocráticos. La obra fue iniciada en mayo de 1966 e inaugurada en diciembre de 1968.

 

El edificio concentrador de oficinas públicas

En su corto mandato, interrumpido por el Golpe de Estado de la llamada Revolución Argentina, el Intendente Valerio De Iraola nos dejó obras de gran trascendencia para nuestro pueblo. Una de ellas fue el Edificio Concentrador de Oficinas Públicas.

Con un sentido práctico, se buscó facilitarle los trámites a la gente, reuniendo en un solo lugar las principales oficinas públicas, en las que se perdía mucho tiempo yendo de un lugar a otro, haciendo largas colas y soportando engorrosos trámites burocráticos. La obra fue iniciada en mayo de 1966 e inaugurada en diciembre de 1968.

 

 

Inicialmente fue pensado para que allí funcionen el Juzgado de Paz; la Dirección de Rentas; el Telégrafo de la Provincia; el Registro Provincial de las Personas; Sanidad Vegetal; Obras Sanitarias; el Consejo Escolar; Inspección de Enseñanza y la Sub Secretaría de Trabajo.

 

Ubicado en la calle Sarmiento, entre Ministro Sojo y Moreno, fue diseñado por la arquitecta Ede Nora Pontano de Basili y levantado por la firma constructora de José Giacoia. El capataz de la obra fue el señor Juan Clerici y fue supervisada por el ingeniero Mario Michelini.

 

Emplazado en un terreno de 23,4 por 43,3 metros de fondo, consta de la planta baja y cuatro pisos en los que se distribuyen las oficinas. Se trata de una estructura de hormigón armado, de 25 metros de alto, con divisiones realizadas en ladrillos prensados.

 

Cada piso cuenta con una cocina para uso del personal y sanitarios para hombres y mujeres. El ascensor fue toda una novedad para el Saladillo de entonces, al igual que los pisos cerámicos por primera vez utilizados en la localidad.

 

En la parte posterior se construyeron cuatro viviendas, de dos plantas cada una, destinadas a los jefes de reparticiones que las requirieran. En la planta baja cuentan con living, cocina y lavadero, ubicándose en la superior el baño y tres dormitorios.

 

En la inauguración se ofreció una cena en el mismo edificio, en la que estuvieron presentes entre otros, el Ingeniero Giacoia, el ex Intendente Valerio De Iraola, el Cura Párroco Antonio Gradoazzo, el Doctor Alejandro Armendáriz, el Jefe de Bomberos Pedro J. Greco y alrededor de 150 comensales.

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