Economía electoral: el Gobierno le pone todas las fichas al segundo trimestre

Economía electoral: el Gobierno le pone todas las fichas al segundo trimestre

Los meses previos a los comicios estarán marcados por una fuerte reactivación. Apuntan a que la economía borre los errores políticos

Casi por arte de magia, o más bien de las estadísticas, la economía se encamina directo a un repunte notable. De la recesión a la recuperación casi sin escalas. Estos primeros meses de 2017 serán una transición entre los números negativos del primer año de gestión de Mauricio Macri y lo que vendrá. El dato es esperado por ansiedad por todo el (numeroso) gabinete económico: de no ocurrir alguna catástrofe, la Argentina crecerá el segundo trimestre a un ritmo de 4%.

Por supuesto que luego de la fallida promesa de recuperación (el "segundo semestre" que nunca llegó), el Presidente no hará alusiones al calendario ni le pondrá fecha a la recuperación. El antecedente de gurú económico le juega en contra y el freno de mano que tuvo que accionar esta semana a la negociación con el Correo y el recálculo jubilatorio lo obliga a manejarse aún con más cautela.

Pero por lo bajo el Gobierno sabe que se juegan mucho en los meses por venir. Y que la economía una vez más es lo que inclinaría la balanza para un lado o para el otro en las elecciones de octubre. La buena noticia para la Casa Rosada es que esta vez la recuperación va en serio y los brotes verdes no se marchitarán antes de florecer. Será la economía, confían, la que permitirá archivar los groseros errores políticos que se acumularon en esta primera parte del 2017.

Para los más incrédulos, el economista Fausto Spotorno aporta un dato relevante: "La economía tocó fondo después de mediados de 2016 y desde entonces la actividad ya recuperó la mitad de todo lo que había perdido en el arranque de la gestión de Macri". Las comparaciones mes contra mes, que son las más convenientes para detectar un repunte, arrojan tres períodos consecutivos de mejora y enero aportaría el cuarto.

Pero mientras se espera la llegada de abril, todavía restan algunos tragos amargos. El viernes próximo el INDEC divulgará el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) correspondiente a diciembre. El organismo estadístico revelará oficialmente una caída de 2,4% del PBI en el 2016. La buena noticia, de vuelta, pasará por las mejoras del mes en relación al anterior.

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, junto a su par de Finanzas, Luis Caputo.

El desempeño económico entre abril y junio de 2017 saldará con bastante demora la promesa de Macri que nunca llegó el año pasado. El campo –una vez más- será el gran motor de la actividad a partir de la cosecha récord, derramando sobre otros sectores como transporte, agroquímicos y combustible.

Pensando en las elecciones, el calendario le juega todavía más a favor al Gobierno. En parte por un repunte genuino pero también por el hecho de comparar contra un período de baja actividad, el tercer trimestre apunta a ser todavía más impresionante en términos de mejora.

Las estimaciones preliminares indican que para la fecha de las legislativas, la economía estará creciendo a un ritmo del 6% interanual. La gran duda es hasta qué punto esta reactivación se sentirá plenamente entre la gente, por ejemplo a través de una mejora en los bolsillos o con más creación de empleo.

 La economía llegaría al tercer trimestre con una recuperación del 6%, la más alta desde el 2011. Justo antes de las elecciones.

La evolución de la inflación es un capítulo aparte. En febrero y marzo ya está jugado el repunte y se calcula un piso de 2% en los próximos dos meses, lo que aumentará las dudas respecto a la posibilidad de cumplir con el 17% que estableció como techo el Banco Central para este año. "El segundo trimestre es cuando realmente sabremos si los precios se comportan como espera el gobierno, ya que estaremos en un contexto de recuperación de la actividad y del consumo", advierte el economista Rodolfo Santángelo.

El titular del Central, Federico Sturzenegger, salió fortalecido luego de los cambios de gobierno y eso le permite sostener su programa monetario a pesar de las presiones que llegan desde distintos sectores. Esta semana, por ejemplo, resistió la intervención en el mercado cambiario a pesar de la sostenida caída del dólar. Pero el viernes la cotización rebotó fuerte sin la necesidad de emitir pesos para ponerle un piso a la cotización.

Federico Sturzenegger (Reuters)

Pero el BCRA también está haciendo lo suyo para que repunte la economía. La circulación monetaria, es decir la cantidad de dinero en poder de la gente, saltó de un aumento del 18% a fin de año a más de 26%. En la entidad dan su justificación: "La baja de la inflación y la recuperación de la actividad provocan que la gente quiera tener más pesos". Pero en concreto el aumento de la cantidad de pesos en circulación también aporta lo suyo para favorecer la recuperación de la demanda, luego del "apretón monetario" del 2016.

Las principales novedades de la semana económica sucederán fuera de la Argentina, con misiones simultáneas en Estados Unidos y Europa. Mauricio Macri realizará su primera visita oficial a España, acompañado por los ministros Susana Malcorra y Francisco Cabrera junto a prácticamente todos los secretarios del ministerio de Producción. Los presidentes de las multinacionales españolas con presencia en la Argentina (Telefónica, Santander y BBVA, por ejemplo) tienen pedidos encuentros bilaterales con Macri.

Pero una de las señales más fuertes de este viaje es que irán los principales representantes de la cadena automotriz. Desde los sindicatos (UOM y Smata) pasando por los autopartistas y las terminales. Analizarán el modelo español para firmar un acuerdo, que incluirá al Estado, para mejorar la competitividad del sector sin necesidad de pedirle todo al tipo de cambio.

En forma paralela, otros dos ministros, Rogelio Frigerio y Luis Caputo, viajarán a Washington junto a cinco gobernadores. El objetivo central es  buscar financiamiento de organismos multilaterales (como el BID y el Banco Mundial) para las provincias y no abusar de las emisiones de deuda en los mercados.

Más allá de las dudas que subsisten entre los propios argentinos por el rumbo económico y la firmeza política de Cambiemos, está claro que en el exterior no bajó para nada el entusiasmo con esta nueva etapa del país. El objetivo del gobierno es que no se corte, aunque en el fondo saben que se trata de una apuesta condicionada al resultado de octubre.

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