Un dirigente del peronismo, con llegada al gobernador, susurraba mitad en broma mitad en serio que el escenario que se generó en la ciudad de Tandil representaba la verdadera “rosca” de Pascuas. En clave política, aunque bajo el amparo de un acto institucional, desembarcaron en la vecina ciudad serrana el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli (precandidato presidencial), el titular de la ANSES, Diego Bossio (precandidato a gobernador), y el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez (otro aspirante a suceder a Scioli en el territorio bonaerense). A la cumbre asistieron varios intendentes de la zona, entre ellos el de Balcarce José Echeverría quien fue especialmente invitado por la gobernación. Tal es su característica el gobernador evitó dar definiciones políticas, aunque sí trató de cerrar filas. El intendente Echeverría mantiene una buena relación con Scioli, de hecho será el candidato por ese espacio en Balcarce, y también la tiene con Bossio quien se ha expresado siempre de manera elogiosa sobre la gestión del jefe comunal. Pero según parece la ocasión fue propicia para que Echeverría mantenga un diálogo –cuentan las fuentes bastante extenso- con Julián Domínguez, el hombre que puede tener la llave para destrabar el conflicto interno que se generó en el peronismo tras la noticia –anticipada por La Vanguardia hace siete días- de la posible precandidatura del ex intendente José Luis Pérez, funcionario del Ministerio de Agricultura de la Nación y hombre de confianza justamente de Domínguez. Si bien no trascendieron los detalles de la conversación entre Echeverría y Domínguez  trascendió que el ex ministro no soltó prenda ni dio precisiones de su armado en la Provincia, cuestión que definirá en los próximos días, aunque se llevó la impresión de Echeverría, por el momento el único candidato que tendrá el Frente para la Victoria en Balcarce.