"Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo", le dice a LA NACION Francisco Echarren, para explicar los motivos de su renuncia al gabinete de María Eugenia Vidal y su regreso a la intendencia de Castelli. El joven dirigente peronista planeaba iniciar con esa cita de Albert Einstein la carta de renuncia que hoy presentará a la gobernadora bonaerense de Cambiemos.

La misiva de Echarren tendrá agradecimientos a Vidal y un resumen de su gestión frente a la Subsecretaría de Tierra, Vivienda y Urbanismo. En particular, la creación del fideicomiso urbano. Pero insistirá sobre el concepto inicial: "Desde hace 30 años giramos en una lógica perversa: un sistema político que persigue y demoniza al que se va del poder para legitimar el nuevo proceso. Si seguimos haciendo lo mismo, tendremos los mismos lamentables resultados", subrayó a LA NACION.

Lo que no dirá la carta es lo que Echarren les explicó en estos días a los funcionarios de Vidal que quisieron convencerlo de no renunciar: que en diciembre pasado él se sumó al equipo de una gobernadora que anunciaba que no iba a cargar más culpas a la "pesada herencia" y que se mostraba más abierta y conciliadora que Mauricio Macri. Y que ahora renuncia con una Vidal que vuelve a hablar de una provincia "fundida" y que radicaliza, como el Presidente, su discurso ante la oposición o los maestros, por ejemplo.

"En la Argentina ya no impera la lógica «amigo-enemigo», sino una peor, de "esclavo-enemigo": los funcionarios de los gobiernos deben cumplir como esclavos la orden de poner a los opositores en la categoría de enemigos", agregó Echarren, en diálogo con este diario.

También negó que su salida responda a tensiones con el ministro de Infraestructura, Roberto Gigante, o a la supuesta promesa de que iba a encabezar una agencia de tierras provincial. Pese a repetir agradecimientos a Vidal y datar su salida del gabinete para el 20 de abril, envió un mensaje enroscado a la gobernadora: "Espero que no castigue a mi pueblo por esta decisión".