La echaron de la UNLaR y cortó el ingreso a la sede universitaria

Se trata de María Celeste Arias, de 35 años, quien era una ex empleada administrativa de la Casa de Altos Estudios que denunció un supuesto despido sin causa. Hace 17 años que era contratada. Según le manifestaron desde la universidad a la damnificada, su cesantía se enmarcó en un exceso de faltas, cosa que ella niega. La versión oficial de la UNLaR.
Una empleada contratada con 17 años de antiguedad fue cesanteada en la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR), por lo que decidió cortar el acceso a su principal sede de la Capital, ubicada en la intersección de las avenidas Carlos Menem y Luis De la Fuente.

Se trata de María Celeste Arias, tiene 35 años, quien dijo tener cinco hijos. En ese marco, la damnificada dijo que las autoridades de la universidad en el telegrama de despido le señalaron que el mismo responde a un exceso de faltas al trabajo sin justificar, cuestión que ella niega de plano.

Por el caso Arias, la Asociación de Trabajadores Universitarios Riojanos (ATUR) ya planteó un amparo judicial ante el juzgado federal de La Rioja porque considera irregular el despido, según informó su titular, Alicia Luna.

La protesta obligó a los encargados de la seguridad de la UNLaR a abrir otro acceso ubicado en uno de sus laterales, mientras que la mujer despedida pide por los medios de prensa al rector Enrique Tello Roldán ser reincorporada en sus funciones.

La posición de la UNLaR

El secretario del Concejo Superior, Hugo Campos, explicó a la prensa que durante el 2012, aparte de las ausencias justificadas por carpeta médica y licencia, la codocente María Celeste Árias sumó 28 inasistencias injustificadas.

Detalló en este sentido que según el convenio de trabajo vigente autorizado por Ministerio de Trabajo de la Nación con el sindicato FATUN (Federacion Argentina De Trabajadores Universitarios Nacionales) del que la codocente forma parte, establece un límite de 12 faltas injustificadas.

Por ello, el tener en cuenta que el convenio está homologado, en vigencia y teniendo en cuenta que fue notificada y nunca compareció a dar las explicaciones correspondientes, en diciembre del 2012 el concejo “se vio en la obligación” de cesantear a la codocente.

Campos, lamentó que se haya llegado a la instancia de dejar sin trabajo a la codocente, pero explicó la misma ni siquiera se acercó a retirar la copia de la resolución y no tuvieron novedad de la ex trabajadora hasta la este miércoles, cuando Arias decidió encadenarse en el ingreso de la UNLaR.

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