Durán Barba, el corazón del relato M

Por: Pablo Sirvén. El corazón del consultor externo en comunicación del Gobierno, Jaime Durán Barba , marcó un contraste brusco con las trepadas del muy estresado mercado cambiario argentino y hubo que colocarle un marcapasos para devolverlo a la normalidad. Sufrió un imprevisto bloqueo ventricular total que casi lo manda para el otro lado. Sus pulsaciones habían bajado a 37 por minuto. Venía de tres viajes a México, dos a Bogotá y tres a Buenos Aires. Su médico no entiende cómo sigue vivo.

 

Cuando, en su estilo entre campechano y cáustico, se refiere a que "el temblorcito no es tan grave" no se sabe si se refiere a la montaña rusa del dólar, el Merval y el Riesgo País o a sus imprevistos sustos cardíacos. O tal vez hay un inesperado y secreto vaso comunicante entre unos y otros sacudones. En ese caso, la recuperación de Durán Barba sería doblemente auspiciosa. De hecho, ya está en su casa reponiéndose.

Ocurre que el "círculo rojo" -como le gusta al presidente Mauricio Macri llamar a los influyentes y líderes de opinión de cualquier ideología- tiende a sobredimensionar el papel del consultor, que no está en el día a día de la gestión de Cambiemos, sino más en la visión estratégica a mediano y largo plazo y, fundamentalmente, adquiere mayor peso en tiempos electorales. Por eso no percibe un sueldo del gobierno nacional, sino que trabaja para Pro, en el marco de un convenio firmado entre ese partido y la Universidad George Washington (GWU), de la que Durán Barba es profesor, para capacitar dirigentes en materia de comunicación. Y mantiene conversaciones asiduas con la mesa chica del poder (Macri/Peña/Vidal/Rodríguez Larreta). Sus líneas motrices siguen teniendo gran peso: mayor cercanía con la gente que política.

En estas últimas semanas estuvo en boca de muchos, y no precisamente bien, porque le suelen achacar un rol más preponderante en la construcción diaria del "relato" macrista de la que realmente tiene.

Lo cierto es que cuanto más culpa se le endilgaba al asesor estrella del Gobierno, más lejos estaba del foco de la tormenta.

Si alguien le pregunta cuánto tiempo concreto pasa en la Argentina su respuesta parece un chiste pero no lo es: "De rato en rato". Como en la canción de María Elena Walsh, Durán Barba va "del sillón al avión, del avión al sillón" ya que cada mes visita por lo menos tres países y las sucesivas elecciones en Colombia y en México lo han tenido como privilegiado observador in situ de esos respectivos procesos electorales. En el caso del electo presidente Iván Duque está especialmente orgulloso porque se trata del primero de sus alumnos en la GWU que llega al poder. Precisamente fue a esa prestigiosa casa de estudios hasta donde fueron a buscar a Durán Barba dirigentes de Pro, en 2004, para que les diera una mano en su entonces todavía muy incipiente proyecto de poder.

Cuando lo conoció a Macri, Durán Barba no le vio grandes posibilidades de progresar. "Yo con tu plata le pego una bofetada al presidente y al obispo, y sería feliz", le habría aconsejado como para sacárselo de encima. No solo no lo logró sino que Macri hizo todos los deberes para, por fin, a fines de 2015 plantar bandera en la Casa Rosada.

La lealtad de Durán Barba hacia la nave madre de Cambiemos no le impide, no obstante, tener encuentros heterodoxos que van de Sergio Massa a Horacio Verbitsky y hasta tiene curiosidad de departir un rato con Aníbal Fernández, pero no particularmente con Cristina Kirchner, aunque reconoce que todo expresidente siempre tiene algo especial para evaluar. En cambio prefiere seguir a distancia del papa Bergoglio. "Que me deteste -suele enorgullecerse- me parece buenísimo."

Gran charlista, lector voraz, Durán Barba tiene una obsesión bien marcada: medir todo con métodos científicos y lo hace constantemente en Uruguay, Brasil, México, Ecuador y, por supuesto, en la Argentina. Hay diferencias lógicamente entre un país y otro, pero encuentra similitudes y diferencias interesantes en esos estudios comparados. Su dieta cotidiana incluye la prensa local, pero también la brasileña, mexicana, ecuatoriana y paraguaya. No le cae bien Chile, y por eso lo ignora. Prefiere llevar su prédica a España y a otros países. La prestigiosa revista Veja le pidió que impartiera en San Pablo un seminario sobre fake news.

Ahora, además, está entusiasmado porque su hit editorial, La política en el siglo XXI, que escribió con su socio Santiago Nieto, tendrá una "pequeña" edición en China. Aclaremos que "pequeña" en esa enorme potencia asiática implica en este caso una tirada inicial de 500.000 ejemplares. Las posibilidades de que un Macri oriental quede cautivado con su lectura implica altas chances de que requieran sus servicios desde el otro extremo del mundo. Que tengan un partido único no implica que no deban enfrentar disputas internas.

¿Perderemos a Durán Barba para alegría del Papa, Elisa Carrió y Mirtha Legrand?

En tal caso, ¿qué requisitos pone el consultor para tomar a un nuevo cliente? Básicamente tres: 1) que acepte un primer diagnóstico y sea capaz de superar su ego; 2) que deje de lado sus prejuicios y se resigne al veredicto de permanentes encuestas planificadas y 3) -tal vez el punto más importante- que el candidato cuente con una billetera poderosa para pagar sus altísimos honorarios.

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