Donald Arroyo, ¿se quedó corto con el morfi? y sorrentinos a la Trump

Donald Arroyo, ¿se quedó corto con el morfi? y sorrentinos a la Trump

Un muchacho como yo. A pesar de las críticas de las que fue blanco la semana anterior por su gestión y que desde diversos sectores salieron a reclamar su salida, cuentan varios funcionarios que el intendente Carlos Arroyo que por estas horas siente que está en su mejor momento desde que asumió en diciembre pasado. 

Pagó los sueldos municipales en tiempo y en forma con un jugoso ATN que envió Nación, el operativo de guardavidas arrancó sin conflicto, hace rato que no se paraliza el servicio de recolección de residuos, y logró victorias legislativas en la última sesión del HCD

Por otra parte, mantuvo una larga y positiva reunión con María Eugenia Vidal, quien anunciará esta semana millonarias obras para la ciudad y vendría durante todo el mes de enero a Mar del Plata para seguir de cerca la temporada. A pedido de la gobernadora, el jefe comunal asistió con su familia al encuentro.

Además, el triunfo de Donald Trump lo tiene extasiado al intendente. Funcionarios con llegada directa al principal despacho de Luro e Yrigoyen aseguran que Arroyo ve reflejado en las desafortunadas y explosivas declaraciones de campaña del millonario presidente electo de los Estados Unidos, su propia personalidad.

Mientras Donald Trump ya va reculando en chancletas con mucha de su pirotecnia de campaña, de la que gran parte del electorado norteamericano quería oír, el jefe comunal redobla la apuesta y parece andar entonando una canción del exgobernador tucumano Ramón “Palito” Ortega: “Un muchacho como yo, que vive simplemente, que confía en los demás, Y dice lo que siente”.

Carbón Blanco, carbón

Con parrilla a gas, escasa provisión de carne, un servicial cocinero invitado y algunos ausentes que viene pasando factura, así fue la minicumbre gastronómica de gabinete comunal el pasado viernes.

El encuentro, que duró hasta casi las 2 de la mañana, fue organizado por WhatsApp por el doctor Gustavo Blanco, secretario de Salud municipal, quien puso a disposición su quincho en el barrio El Grosellar. Dicen que la falta de morfi fue atribuida con humor a su condición de miembro de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial.

La reunión fue muy distendida y algunos gestos del momento de relax parecían la gestión misma. Crovetto y Rojas ni se movieron, como es habitual. El secretario de Hacienda hizo gala de su habilidad con los números, no llevó ni una gaseosa Manaos. La licenciada Gabriela Magnoler sumó algunos pasitos en el improvisado karaoke con la misma fuerza que las topadoras que desmontaron el balneario Horizonte. Blanco casi no cocinó pero el delantal verde quedó muy bien en la foto.

El momento estelar obviamente lo brindó el dueño de casa con su ya reconocida e histriónica personalidad. Entonó varios temas, emuló a Frank Sinatra e imitó a Julio Iglesias, pero le recordaron que “Julio es amigo del enemigo”.

Esas balas no le entran a Blanco porque “tiene excelente llegada al Principado del Hermitage y al igual que el buen Julio le gusta mostrar solo un perfil de sus dos caras”, chicaneó un integrante del Ejecutivo.

Hubo algunas ausencias que llamaron la atención. Habrá más novedades en este boletín.

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