Dolor, un profesor detenido y muchas dudas por el crimen de Anahí Benítez

Dolor, un profesor detenido y muchas dudas por el crimen de Anahí Benítez

La chica de 16 años habría tenido relación -al menos, virtual- con un hombre de 40 que fue su docente de Matemáticas en 2015. Hoy lo indagarán, mientras investigan si estuvo cautiva.

La historia de los últimos días de Anahí Benítez (16) es tan breve como desconcertante. Pasó menos de una semana entre el sábado 29 de julio -el día en que desapareció- y el viernes 4, día en que fue encontrada asesinada y enterrada en una reserva natural de Lomas de Zamora. Incluso el territorio de esos últimos días tampoco pareciera ser demasiado extenso: hay apenas 1.500 metros entre el punto de partida y donde fue encontrada. Pero esa trayectoria y lo que pasó en esos días tienen todavía más enigmas que certezas.

Un hecho de la investigación tiene que ver con la detención de Leonardo Agostino (40), un profesor de matemáticas con el que la adolescente intercambiaba mensajes en persona y a través de las redes sociales. Fue detenido en la madrugada de ayer y será indagado hoy.

Pero no se sabe si la chica estuvo secuestrada o si estuvo en algún lugar por su propia voluntad. Si la mató alguien que la conocía o fue una persona que se le cruzó azarosamente en el camino. No está claro si hubo uno o más asesinos. Quizás lo único verdaderamente concreto que hay en esta historia es el dolor infinito de sus familiares y amigos, que ayer marcharon al Congreso.

“Fue el honor más grande que Dios pudo darme tenerte como mi hija. Sos amor infinito”. Así despidió en su Facebook Silvia Pérez Vilor a su hija. Las muestras de amor se repetían al cierre de esta edición en el velatorio, en Lomas de Zamora.

La vida virtual y la vida íntima de Anahí estaban bajo la mira de los investigadores aún antes de la aparición del cuerpo. Para las fiscales de la causa, Verónica Pérez y Fabiola Juanatey -de una fiscalía especializada en Violencia de Género-, esto era clave para tratar de reconstruir qué había pasado con ella. En esos mundos virtuales figuraba Leonardo Agostino, el profesor de matemática que fue detenido en la madrugada del sábado. Son los propios investigadores los que hablan de una “obsesión” de la chica con el profesor, que la tuvo en su clase cuando tenía 14 años.

Además de los mensajes públicos que intercambiaban (“uno de los tesoros de la ENAM”, le escribió él, y ella respondió “Gracias, el otro es usted”), en la intervención de la computadora de la chica se encontraron mensajes privados que podrían tener que ver con una relación entre ambos. Y también en el diario íntimo de la chica había textos y fotos que daban cuenta de esta relación: ella escribió que el docente le gustaba, luego que él la habría besado y, recientemente, que él la habría tocado.

 

Pero más allá de esa potencial relación que venía siendo investigada -que sólo puede enmarcarse como presunto abuso, dada la edad de la chica-, también es cierto que no trascendieron otros hechos que lo vinculen directamente con la muerte de la chica. Ayer, la mujer de Agostino habló con los medios. Contó que no tenía “nada para declarar” y simplemente confirmó que Leonardo había sido profesor de la nena y que ambos habían aportado su ayuda en la búsqueda: “En todo momento estuvimos cooperando”, aseguró. Su marido, en Facebook, publicaba los volantes que exigían la aparición de Anahí.

 

La detención se produjo cuando las fiscales encontraron un audio en el allanamiento que se hizo en lo de Anahí, justo el día de la aparición del cuerpo. “A las pruebas que ya teníamos, anoche se agregaron algunos testimonios de comunicación de la víctima con una compañerita que apuntaba la sospecha que veníamos teniendo sobre este profesor, de una relación obsesiva que tendría la nena”, afirmó la fiscal Verónica Pérez a América24. En esa misma entrevista informó confirmó que la adolescente murió por asfixia (le habrían tapado boca y nariz), que no tenía signos de haberse defendido y que “no sufrió abuso sexual”.

De la autopsia surgen dos datos que son muy llamativos: por un lado, el cuerpo no presentaba signos de haber estado cautiva, aunque sí un corte en la mejilla izquierda y algunas contusiones menores. Pero al mismo tiempo tenía restos de comida (arroz con verduras) consumida 2 horas antes del crimen, que habría ocurrido entre miércoles o jueves. ¿Dónde estuvo esos cuatro o cinco días? Durante la madrugada del sábado se hicieron más de 25 allanamientos para tratar de ubicar un lugar de cautiverio.

Uno de los apuntados de la investigación era el profesor de matemáticas. Pero también estaban en la mira el novio de Anahí y un amigo, con quien habría estado en la hamaca de una plaza, según un testigo.

El teléfono de la joven no tenía chip y solo funcionaba con Wi-Fi, por lo que no se puede rastrear su recorrido. Las fiscales habían pedido la intervención de esas líneas, así como también las de la familia y otras personas apuntadas. Porque en esta historia ni siquiera está claro lo que pasó el sábado en que desapareció Anahí. Hay versiones contradictorias.

Ayer se supo que la Policía ya había pasado el miércoles por el lugar donde el viernes apareció el cuerpo, todo desnudo. “Todavía no la habían dejado ahí, estamos seguros de eso porque estaba enterrada de una manera muy precaria y la hubiéramos visto”, contó una fuente. Esa misma fuente confió que en algún momento barajaron la hipótesis de un suicidio. Por eso sus amigos en Facebook la “invitaban” a volver a su casa. Esos mismos muros virtuales ahora replican la imagen de Anahí. La muestran meses atrás en una marcha, junto a otras miles de mujeres que piden un punto final para los femicidios.

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