Oriundo de Bell Ville, Córdoba, Malharro nació en octubre de 1952 y fue parte de las generaciones de estudiantes de la antigua Escuela de Periodismo que, en contextos de gran compromiso político y militancia juvenil, sentaron las bases de una perspectiva de estudios en comunicación superadora del paradigma aséptico y liberal del periodismo.

Licenciado en Ciencias de la Información y Doctor en Comunicación, Malharro fue, en nuestra Facultad, profesor Titular de la Cátedra de Taller de Producción Gráfica III, director Titular de la Cátedra Libre de Periodismo de Investigación “Rodolfo Walsh” y director del taller de maestría sobre Investigación de Periodismo Político.

En su prolífica trayectoria como periodista, fue parte del diario Nuevo Sur y de las revistas El Porteño, Siete Días, Los Periodistas, Página 30 y Humor Registrado.

Acerca de libros sobre Periodismo de Investigación y publicaciones de reconstrucciones históricas, se destacan “Historia del Periodismo de Denuncia y de Investigación en la Argentina. De La Gazeta a Operación Masacre (1810-1957)”, en coautoría con Diana López Gijsberts; “La Tipografía del Plomo. La Prensa gráfica de 1976 a 1983”; “La Marca de Caín. Historia de la Triple A”; Operación Cóndor: La Toma Olvidada de Malvinas.

También es autor de la tesis “Los grandes medios gráficos y los derechos humanos en la Argentina (1976-1983)”, sobre el comportamiento de los diarios La Nación, La Opinión, La Prensa y Clarín durante la última dictadura.

De su incursión en el policial negro surgió la reconocida trilogía “La balada del Británico”, compuesta por las novelas “Banco de Niebla” (2007), con prólogo de Juan Sasturain; “Calibre.45” (2010), con prólogo de Ricardo Ragendorfer, y “Carne Seca” (2012).

Al conocer la noticia, la Facultad de Periodismo emitió un comunicado, en donde se resaltó que “el querido profesor Martín Arturo Malharro no sólo es considerado un continuador de las mejores tradiciones del periodismo sino también una clara referencia para la formación de futuros periodistas comprometidos con la búsqueda de la verdad y la construcción de un mundo mejor”.

Por su parte, utilizando la red social Twitter, cientos de periodistas, muchos de ellos ex alumnos del célebre escritor, manifestaron su conmoción al enterarse de la triste noticia de su deceso.

“Martín Malharro tenía esa capacidad única de transmitir y contagiar su pasión por lo que enseñaba. Eso hace grande a un docente. Lo fue para mí”, sintetizó el periodista del Grupo Cielo Albino Aguirre a través de su cuenta de Twitter.

En igual sintonía se expresó la periodista del diario Diagonales, Micaela Ciancio, quien subrayó que “con Malharro tuve más periodismo que en casi todo mi paso por la facultad. Con sus mañas y locuras, fue un año único”.

En tanto que Pablo Morosi, ex corresponsal del diario La Nación en La Plata y reconocido escritor, sostuvo que “Malharro era, sin dudarlo, un gran docente, querido y admirado por sus alumnos. Nunca le perdone el enorme dolor que le causo a una gran amiga.”

Por su parte, José Gimenez de la Agencia DIB, recordó con humorada una anécdota de su paso por la clase de Malharro: “Un septiembre, agobiado por el trabajo y otras materias, decidí dejar Gráfica III. Cuando le dije a Malharro, me dio un consejo: “no sea pelotudo”.

La Licenciada en Comunicación Social, Ana Cossani, dijo en tanto, “Leo que murió Malharro y me acuerdo de sus clases. Eran los lunes, a esta hora. Ojalá esté brindando con Chandler, Hemingway y Capote”.

Santiago Albarracin, periodista y docente de la Facultad de Periodismo de La Plata, escribió: “¡Qué pena que no habrá más alumnos y alumnas de Martín Malharro! Adiós maestro, buen viaje.”

Quien también se expresó fue Martín Daher, periodista y productor de FM La Redonda, quien recordó con nostalgia al profesor y periodista: “Martín Malharro uno de los mejores profesores en la Facultad de Periodismo. Te enseñaba todo, y te hacía descubrir lo hermoso del policial negro”, dijo.

Y siguen los mensajes para recordar a este brillante periodista que enseñó a varias generaciones a entender y adorar el ejercicio de la profesión.