Docentes Vs. Vidal: Empate técnico

Docentes Vs. Vidal: Empate técnico

La semana pasó otra vez en medio de protestas sindicales en la provincia que se amplificaron esta vez por el paro nacional convocado por la CGT y que consiguió importantísimos niveles de acatamiento en la provincia, que en las grandes ciudades exhibió claramente la "contundencia" de la que hablaron los dirigentes que conforman el triunvirato de conducción de la central obrera.

Pero en el subsuelo de los reclamos generales en contra de la política económica del gobierno de Mauricio Macri, los conflictos bonaerenses continuaron su marcha con una nueva escalada en el caso de los médicos del sector público que ya llevan más de 10 semanas de protesta, y el recrudecimiento de la lucha de los judiciales que bregan por un llamado a paritaria.

La solución del problema para estos dos sectores se ha dilatado, entre otras cosas, porque el gobierno de María Eugenia Vidal puso este año toda la atención y los esfuerzos en la paritaria docente, aún en desmedro del resto de los trabajadores del sector público bonaerense, a sabiendas de que un acuerdo con los maestros es siempre un termómetro del humor sindical general.

Hay que reconocer que esa estrategia, completamente exitosa el año pasado, en este 2017 le generó un desgaste inédito a la imagen de la gobernadora, que de todas maneras sigue siendo la dirigente con proyección nacional que mayor acompañamiento genera en territorio bonaerense.

Pero la contracara de ese pequeño desgaste, podría ser una inclinación de la balanza a favor de las necesidades del gobierno respecto de la negociación, lo que abre la puerta a que, por primera vez en más de 10 años, sean los maestros los que deban ceder ante la firmeza exhibida por Vidal.

En ninguno de los 6 gremios docentes niegan que hay dificultades para mantener la vigencia de una medida de fuerza más allá de la semana próxima.  Desde Udocba admitieron que la situación entró en un impasse, en la Feb reconocieron que existe voluntad de no seguir con los paros y hasta el Suteba reconoce, todavía en off, que la adhesión a la medida bajó en los últimos días, salvo durante el paro general.

En el equipo de gobierno sacan cuentas y hacen proyecciones de cara a las elecciones, porque mas allá de lo que diga y repita Vidal en cada oportunidad, está claro que en Cambiemos esperan poner toda la carne en el asador en el próximo turno legislativo porque como lo admitió el propio presidente hace apenas unas horas "una derrota sería un fracaso".

En los gremios también hacen números, saben que el pico de conflicto ya pasó y vino acompañado de manifestaciones de solidaridad de muchos padres que aún enojados con el conflicto en abstracto, salieron a bancar los maestros de sus propios hijos con los que tienen contacto permanente. 

Pero ahora, luego del amesetamiento, la lógica indica que el conflicto comenzará un declive que puede llegar hasta la extensión completa sin conseguir los objetivos originales, algo que los dirigentes deben evitar a rajatabla.

Está claro que ambas partes tuvieron éxitos y fracasos en el recorrido, podrán exhibir el resultado final como un triunfo gracias a la lucha o al diálogo, pero lo cierto es que ninguno de los dos tiene margen para continuar, por lo que es muy probable que antes del jueves santo se cierre un acuerdo que dictamine un empate técnico en la lucha.

Randazzo se lanza, pero sin garantías

Finalmente, esta semana en el entorno del ex ministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo, dejaron de negar las reuniones que el dirigente de Chivilcoy estaría manteniendo con referentes de diferentes espacios del peronismo bonaerense.

Si bien es cierto que el operativo clamor que se lanzó por lo menos en 3 oportunidades, nunca tuvo el efecto esperado, el ex funcionario se ganó un lugar entre los candidateables del neokirchnerismo y salvo desde el cristinismo mas fanático, que lo tilda de traidor (como a casi cualquier dirigente que haya formado parte de la gestión de CFK), nadie duda que Randazzo podría disputar un lugar desde el PJ.

El debate es si el peronismo se puede permitir jugar a perdedor pensando en las presidenciales de 2019 o si, por responsabilidad cívico-social ante la situación económica reinante o por estrategia de supervivencia política en los territorios hay que ganar a cualquier precio y entonces, una vez más, los números serán los que determinen los reordenamientos internos.

En ese sentido, si las PASO fuesen hoy la mayoría de los sondeos de opinión indican que Cristina Fernández de Kirchner mantiene un nivel de adhesión electoral que le permitiría sortear cualquier obstáculo, aunque habría que ver qué ocurre si esa situación se traslada a una campaña con todos los actores disputando o poniendo en juego su poder.

Se sabe que cuando los intendentes tienen riesgo de perder el control del Concejo Deliberante, convierten sus alineamientos y lealtades políticas en uno de los elementos más flexibles del planeta y por eso muchos jefes comunales que ideológicamente piensan en la necesidad de una renovación del peronismo y hasta estarían dispuestos a una derrota a nivel nacional y provincial para lograrlo, migran sus intenciones cuando piensan en el plano local.

Hasta algunos de los integrantes del Grupo Esmeralda, como Martín Insaurralde de Lomas de Zamora, Juan Pablo de Jesús en el Partido de la Costa y Fernando Gray de Esteban Echeverría, deben lidiar con su apoyo a la candidatura de Randazzo, mientras que en sus distritos CFK es la única que arranca la carrera con una intención de voto que araña el 30 por ciento y por eso empiezan a analizar alternativas a su posicionamiento inicial.

Por el lado del randazzismo, durante esta semana se encargaron de dejar en claro que la decisión está tomada y cueste lo que cuesto o caiga quien caiga, el ex ministro va a jugar, lo que por ahora no pueden hacer es ofrecer garantías.

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