Distribuidor de pirotecnia defendió su actividad y minimizó el daño a los animales

 Distribuidor de pirotecnia defendió su actividad y minimizó el daño a los animales

Gustavo Vellabrille, distribuidor de Cienfuegos en General Pico y la zona, dijo que "sólo se tira dos veces al año durante pocos minutos". Ante la posibilidad de que se dé una prohibición o restricción de la venta y el uso, adelantó que pedirá una reunión con los integrantes del Concejo Deliberante para “llegar a medidas que pudiéramos seguir trabajando todos”.

En el marco de una polémica generalizada, un distribuidor de pirotecnia salió a minimizar el daño que esta pueda causar a los animales, porque “solo se tira dos veces al año durante pocos minutos”.

Gustavo Vellabrille, distribuidor de Cienfuegos en General Pico y la zona, sostuvo que se tiró la misma cantidad que años anteriores, pero se notó menos porque la gente sola tiende a utilizar elementos con menor ruido. Dijo que es posible y está dispuesto a traer artefactos sin estruendo, pero que son más caros y que gustan menos a la población. Aclaró que de darse la prohibición o restricción, se les quitará una fuente de ingreso extra a más de 80 comercios de General Pico y la zona.

En el comienzo de la entrevista con El Diario, el técnico en pirotecnia aclaró que no tiene nada contra los animales y que por el contrario cría ovejeros alemanes, por lo que “si estuviese haciendo algo que es en contra de mis perros no lo haría más”.

Sí señaló que está “en contra de la gente que por ahí con esto le quita una fuente de trabajo a la gente, yo defiendo mi trabajo nada más”.

Contó que es el representante de la firma Cienfuegos en General Pico y la zona, contando con habilitación del RENAR y el municipio, además de instalaciones adecuadas para el acopio. También dijo que en 2010 hizo un seminario intensivo para hacer eventos, los cuales “hago por todos lados menos en Pico, porque la Municipalidad por esta cuestión del sector canino no me contrata”.

Ante la posibilidad de que se dé una prohibición o restricción de la venta y el uso, adelantó que “en marzo me quiero juntar con la gente del Concejo Deliberante, para llegar a medidas que pudiéramos seguir trabajando todos”.

“Tengo un montón de laburo, pero no quisiera levantarme un día y que me digan ’se terminó’, ¿qué hago con toda la inversión que la propia Municipalidad me hizo hacer?”, se preguntó.

Sin ruido

Vellabrille sostuvo que la movida que realizaron vecinos y las declaraciones de los concejales anticipando una resolución de la problemática le generaron pérdidas. “Yo voy a clientes que me dicen que no me compran porque no saben qué va a pasar, si lo van a prohibir. Yo quiero que esto se termine, o sea, que mediemos entre las partes, ver qué es lo que reclama el sector de los perros, si quieren que bajemos el estruendo lo podemos charlar, porque yo siempre estoy dispuesto”, dijo.

Aclaró que la posibilidad de traer pirotecnia sin estruendo ya existe, inclusive recientemente se reunió con un importador que le comunicó que “está viajando después de febrero a China, donde ya están produciendo productos sin ruidos”.

Sobre dicha pirotecnia remarcó que “es un poco más cara, pero no es tan llamativa”, algo que comprobó este verano, cuando realizó el show de fuegos artificiales en dos eventos diferentes. En una de esas fiestas “yo le armé un producto sin ruido, con un efecto sonoro muy bajo, pero eso lo tiene que elegir el cliente. Igual tengo que decir que fue mucho mejor y más llamativa la otra, fue impresionante, todo el mundo lo comentó”.

Esto se debe, a su parecer, a que “a la gente le gusta el estruendo, más que todo la ’bomba cebolla’, que es la que compran ellos”, pero de todas formas “se podría no trabajar el estruendo”.

Desmentida

Vellabrille comentó que por su habilitación ante el RENAR puede “traer bombas de cuatro pulgadas, que son de titanio”, las cuales no se venden a público pero se utilizan en fiestas por parte de profesionales. Aclaró en tal sentido que “traigo solo de luces para estar más acorde y no tener problemas. Si a mí no me interesara mi negocio, las traigo y no queda un perro en Pico”.

Por otro lado desmintió que este año se hubiera tirado una menor cantidad de pirotecnia. “No se tiró menos, hay una tendencia de los últimos años, y que se la comenté a uno de los concejales, que la gente se junta, se compra una ’tortita’, que son de colores y duran entre quince y treinta segundos, tiran eso y se terminó, no es como antes. Los disparos duran treinta minutos, dos veces al año. Sola la gente se está volcando a lo que es la pirotecnia con luces”, remarcó.

En defensa de su actividad, el distribuidor de Cienfuegos comentó que “por respeto” no trabaja durante la semana, pese a que hay muchos que lo quieren contratar.

Extra

El técnico en pirotecnia admitió que “los pequeños negocios de la ciudad no viven de la venta de este tipo de elementos pero el comercio está muy vapuleado por la inflación y vender la pirotecnia es un ingreso extra a fin de año, no tienen pérdida, porque a mí Cienfuegos me da la pirotecnia en consignación y yo se la doy en consignación a los comerciantes, así que si no la venden la devuelven. Si bien no es un negocio muy rentable, es un ingreso extra que tienen”.

“Yo más o menos acá en Pico tengo 80 clientes, ellos venden lo que es el cotillón infantil, las estrellitas y los chasquibunes que les compran a los chiquitos”, precisó y recordó que cuando se sancionó la ordenanza que regula la actividad, en el año 2011, se aprobó que los quioscos “pudieran vender lo mínimo y se inscribieran en la Municipalidad, como habilitación”, añadió.

Agregó que “a todos les doy la factura y con eso se inscriben, la mayoría creo que lo hace, así no tienen problemas”. Además de los pequeños comercios, que en ocasiones venden algo más que “pirotecnia de cotillón”, El Diario pudo confirmar que para las pasadas fiestas hubo cuatro personas que obtuvieron habilitaciones para seis locales específicos que únicamente venden estas cosas.

Vellabrille también dijo que “como soy el puente de Cienfuegos tengo viajantes que levantan pedidos y tienen un ingreso”, algo que se vería afectado con la prohibición.

Por último, agradeció al municipio por permitirle realizar su actividad, que definió como “pasión”. Contó que fue contratado para hacer su espectáculo en la Fiesta del Trigo de Eduardo Castex, mientras que está en tratativas para hacer lo mismo en el Festival de Doma de Intendente Alvear -ya lo hizo dos años-, el Pamperito, el centenario de Winifreda y el cumpleaños de Realicó. Además, “el año pasado hice el centenario de Ceballos, si esto no le gustara a tanta gente no se haría”, afirmó a modo de cierre.

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