Previendo un triunfo casi seguro de su candidata en el ballotage, los partidos que componen Nueva Mayoría comenzaron una interna que amenaza a la alianza
Pero el triunfo de la candidata de Nueva Mayoría por más de 20 puntos sobre la oficialista Evelyn Matthei precipitó las discusiones.
Bachelet ya salió a poner paños fríos. En una entrevista concedida a la Revista Caras dijo que no tenía sentido "ponerse a pensar en quién podría hacer qué mientras no haya ganado las elecciones". Pero aclaró: "Obviamente, en el transcurso de la campaña uno va conociendo gente y creo que siempre tiene que haber una mezcla entre rostros nuevos y los mismos de siempre".
El pasado 10 de noviembre, cuando todavía no se había realizado la primera vuelta electoral, los principales dirigentes de la Democracia Cristiana se reunieron a discutir cómo debería estar integrado el futuro gabinete ministerial, según informa La Tercera.
El histórico partido, uno de los dos estandartes de la Concertación que gobernó Chile durante 18 años, pretende quedarse con los ministerios de Desarrollo Social, Vivienda, Obras Públicas y Economía. O al menos con alguno de ellos. Claudio Orrego es uno de los referentes partidarios a los que busca apuntalar para llegar al gabinete.
Esto será indudablemente motivo de disputa, ya que se trata de ministerios altamente codiciados, por ser los que manejan mayores partidas presupuestarias.
Por el momento, en el único punto en el que hay acuerdo entre los miembros de la coalición es que el ministro del Interior debe ser designado por Bachelet sin presiones externas, ya que se trata de quien más la acompañará en la gestión cotidiana.
Uno de los factores que propiciaron el aumento de la incertidumbre es que, desde el comienzo de la campaña, la ex presidente no dio ninguna señal de cómo quiere que sea su futuro gabinete.
De todos modos, hay indicios de cómo podría ser si se toma como referencia el criterio utilizado para conformar su equipo de campaña: mucha gente joven de elevada formación técnica y académica, con mirada progresista y, aunque cercanos a los partidos, formalmente independientes. Esto promete generar conflicto con las viejas guardias partidarias.
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