Las 464 víctimas fatales anotadas en los 12 meses de 2014 terminaron por conformar el registro menos peor de los últimos ocho años en materia de seguridad vial en la provincia de Córdoba.

Si se compara con 2013, cuando hubo 533 fallecidos por choques de tránsito, surge que el año que acaba de concluir tuvo una merma del 13 por ciento con respecto a su antecesor.

Se trata del tercer calendario que finaliza por debajo de las 500 muertos: en 2011 hubo 479 y en 2012 fueron 495.

Como se advierte, no se puede indicar, aún, que estemos en presencia de una merca gradual y sostenida en el tiempo, ya que año tras año la estadística continúa dando saltos en los que sólo se observa una tendencia: un promedio altísimo de víctimas fatales en las rutas y calles cordobesas.

El registro de 2014 no es sólo menor a 2013, sino que también figura por debajo del promedio histórico de estos ocho años relevados, que es de 512 fallecidos.

No obstante, aunque las 464 muertes constituyan el registro más bajo en ocho años, aún se está muy lejos de poder indicar una buena noticia en ese sentido.

El anhelo de poder lograr una cifra por debajo de los 400 fallecidos para iniciar, a partir de entonces, un punto de partida en esta disminución, continúa siendo sólo un deseo.

Razones para el análisis

Sobre cuáles han sido las causas que existen por detrás de esta disminución del 13 por ciento de la cantidad de muertos en tránsito, los factores son varios y no responden de manera directa a una política pública y sostenida para disminuir la siniestralidad vial en la provincia.

Por un lado, según indicaron los médicos del Hospital de Urgencias, los megacontroles que la Policía dispuso en 2014 para contrarrestar a los “motochorros” derivó en que varios motociclistas dejaran de circular por las principales avenidas de la ciudad al no tener casco o los papeles en regla.

Esto trajo aparejado una disminución en la estadística de motociclistas que ingresaron, por choques, en el principal centro de emergencias de la provincia, que en 2014 también tuvo una disminución de este tipo de pacientes tras dos picos históricos registrados en 2012 y 2013.

Además, con la implementación de la tasa vial a los combustibles, lo que encareció el precio de la nafta en la provincia, se supone que esto derivó en una menor circulación de automotores, a lo que se agrega la inflación económica a nivel país que también redujo el flujo del tránsito por las principales rutas nacionales.

Sí se advierte que la implementación del programa “Alcohol Cero” en las rutas tuvo efectos positivos en la disminución de choques en las carreteras cordobesas. Hoy, a la fuerza de las multas, los automovilistas saben que con sólo tomar un vaso de cerveza corren el riesgo de recibir una severa sanción económica si son controlados por la Policía Caminera.

De todos modos, se trata de un análisis parcial que sólo a través del tiempo se podrá observar si se trata, de manera efectiva, de una mayor conciencia de los automovilistas, o se sólo fue consecuencia de un efecto inmediato que no se proyectó a otros años.

Operativos todo el año

Al igual que lo detectado desde el primer balance mensual, en 2007, en 2014 otra vez los meses más trágicos no coincidieron necesariamente con aquellos períodos en los que el tránsito aumenta en la provincia a raíz de las temporadas de turismo.

Si bien enero fue el mes que tuvo más víctimas fatales, en marzo, julio y octubre también se anotaron cifran muy elevadas de fallecidos, lo que vuelve a poner en discusión la política de implementar operativos especiales de control en las rutas sólo durante los períodos estivales. 

La estadística indica que la inseguridad vial es una problemática que no responde a temporadas específicas, sino que se trata de un drama que se repite a lo largo de loas 12 meses.