La discusión salarial calienta motores

La discusión salarial calienta motores

La pretensión del gremio de choferes de colectivos de un ajuste salarial del 50 por ciento fue calificado de “exagerado” y “desmesurado” por el Gobierno, que volvió a desacreditar las mediciones privadas de inflación del orden del 40 por ciento.

“El reclamo de un aumento salarial del 50 por ciento es una cifra absolutamente exagerada y desmesurada”, expresó ayer el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, al referirse al monto del aumento pretendido por la cúpula de la Unión Tranviaria Automotor (UTA). La mayor parte de las negociaciones salariales se inician a lo largo del primer trimestre del año, pero algunas actividades comienzan sus paritarias entre fines de diciembre y comienzos de enero. “El año pasado, en enero, hablaban de aumentos del 60 por ciento”, advirtió el ministro de Economía, Axel Kicillof, al desestimar que se registren incrementos salariales de esa magnitud.

“El Gobierno no va a fijar un techo de paritarias. Queremos que crezcan los salarios reales en la Argentina. Pero no pueden subir 20 por ciento más que los precios cobrados por las empresas donde trabaja la gente porque si no se fundirían todas”, explicó el titular del Palacio de Hacienda al descartar que la dinámica de precios registre un alza del 40 por ciento como indican algunas mediciones privadas. Durante una entrevista radial, Kicillof también se refirió a la disputa con los fondos buitre y las potenciales negociaciones con esos tenedores de bonos que serán habilitadas a partir del 1º de enero del año próximo.

“Las decisiones salariales las toma el sector privado, no el Estado. ¿Qué hizo el Gobierno? Propició la reapertura de las paritarias, de las convenciones colectivas de trabajo para la fijación de los salarios”, indicó Kicillof al recordar que las paritarias de los trabajadores estatales suelen estar en línea con los aumentos alcanzados en promedio en el sector privado.

“Lo que el Gobierno ha propendido durante todos estos años es que los salarios en la Argentina, en términos reales, crezcan”, sostuvo el responsable de la cartera económica. Por su parte, Capitanich cuestionó los reclamos salariales que se sustentan en los aumentos de precios que miden las consultoras privadas. “Pretender una negociación de esta naturaleza no tiene que ver con los indicadores cuantitativos confiables”, expresó el ministro coordinador durante su conferencia de prensa matutina en Casa Rosada.

“Estamos acostumbrados a las profecías de catástrofes que no ocurren”, expresó Kicillof al referirse al último número de la revista británica The Economist. El funcionario calificó de “repugnante” el artículo “Esperando que se vaya Cristina”, donde la publicación ortodoxa inglesa advierte sobre un supuesto éxodo de firmas extranjeras frente a un tratamiento hostil del Gobierno (ver aparte). “Los argentinos estamos cansados de tanta mala onda y tanta mala leche”, sostuvo (ver página 7). “Tuvimos un 2014 movido en términos económicos. Trataron de armar esa tormenta perfecta de las que hacen para voltear gobiernos”, advirtió Kicillof.

“El problema no es Argentina, el problema son los buitres que no negociaron y quieren cobrar el ciento por ciento”, indicó el ministro al referirse a una hipotética solución a la prolongada disputa con los fondos encabezados por NML Capital. “Hay una situación de extorsión judicial, política y propagandística donde los fondos buitre están tratando de poner al país en una situación de sobreendeudamiento”, sostuvo el funcionario. El titular del Palacio de Hacienda aseguró que el Gobierno se mantiene abierto al diálogo a partir de la culminación de la Cláusula de Derechos Sobre Futuras Ofertas (RUFO, por sus siglas en inglés), pero afirmó que “las condiciones de negociación no cambian: deben ser justas, razonables, no de extorsión”.

“Argentina no está desesperada por conseguir dólares. No ocurre lo que pasaba en otras épocas”, expresó Kicillof al referirse a la limitada demanda que tuvo la emisión de deuda lanzada por Argentina la semana pasada. La operación que coincidió con el peor momento financiero del año contemplaba la posibilidad de emitir hasta 3000 millones de dólares, pero se recibieron ofertas por 286 millones de dólares. El funcionario ponderó en cambio que solamente hayan decidido cobrar en forma anticipada los dólares del vencimiento del Boden 2015 el 2 por ciento de los tenedores de esos papeles.

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