Los elegidos y avalados por el acuerdo del Senado empiezan a asumir en sus cargos de rango constitucional. Ayer fue el turno de Ricardo Pettignano como vocal del Tribunal de Cuentas; el lunes será el turno de Fernando Simón en la Fiscalía de Estado. Después de la tormentosa sesión de acuerdo de la Cámara alta, todo empieza a volver a la normalidad. A tal punto es así que en el acto de asunción de Pettignano, hasta el impetuoso gobernador Francisco Pérez lució relajado cuando aseguró que es el dirigente mendocino con mejor imagen.

La frase del mandatario no es casual. El martes se hizo pública una encuesta de la consultora Reale-Dalla Torre en la que se indica que la imagen positiva de Pérez es del 31,75%; la regular, del 33,55%; y el índice de imagen negativa, de un 33,14%, guarismos que dejarían al Gobernador en el dudoso honor de ser el gobernador en ejercicio de imagen positiva más baja desde el retorno a la democracia.

Desde 1983 los gobernadores de Mendoza han gozado de la aprobación de los mendocinos hasta el último día de sus mandatos. Solía suceder que esas imágenes públicas de los mandatarios cayera al otro día de dejar la Casa de Gobierno, pero durante los cuatro años, con mayor fervor o cierta dosis de indiferencia, los gobernadores gozaban de cierto beneplácito popular.

Quizá esas primaveras conocieron momentos difíciles como Roberto Iglesias en la crisis de 2001. El que peor la pasó fue Celso Jaque cuando fue chiflado en la Vendimia 2009 y terminó su mandato con una imagen similar a la que hoy ostenta Pérez.

Por eso la encuesta de Reale-Dalla Torre tuvo respuesta del Gobernador. “Todas las encuestadoras que no nos quieren”, decía Pérez ayer en el acto de asunción de Pettignano.

Además, los guarismos de Reale-Dalla Torre no dejan bien parado al Gobernador en la carrera por una banca en el Congreso nacional, carrera en la que él mismo se ha anotado, pero cuya nominación no parece tener apoyo de la Casa Rosada: “No quiero pecar de soberbia pero soy el dirigente político con mejor imagen de la provincia dentro del FpV”; luego indicaba que su imagen positiva llegaba al 50% y reconocía que la presidenta Cristina Fernández lo superaba.

La consultora respondió al Gobernador vía redes sociales, diciendo que trabajan en Mendoza hace 15 años “con absoluta responsabilidad y transparencia. No tenemos animosidad en contra suya. Por ende, jamás difundiremos un dato que no se ajuste al fiel reflejo de la realidad”.

Supuestamente, lo importante era el acto de asunción de Pettignano en el Tribunal de Cuentas. El flamante vocal del ente de control de las cuentas fue propuesto por Pérez en un paquete de nominados para cubrir tres vacantes en organismos clave del Estado: Simón a la Fiscalía de Estado y Miriam Gallardo a la Suprema Corte. Sólo lograron pasar el cedazo del Senado Simón y Pettignano; Gallardo quedó en el camino en medio de una votación que casi termina en escándalo institucional.

Atrás quedó esa tormentosa sesión de acuerdo. Nadie mencionó aquellos episodios. Sólo Pettignano hizo una referencia a las críticas que arreciaron sobre él cuando se debatían sus antecedentes para ocupar la vacante en el Tribunal: “Quiero destacar que en este acto no hay presencia de personas de la política ya que voy a tener que ir a controlar a la política, a quienes son funcionarios o fueron compañeros de la política. Se terminó mi carrera política”.

Luego, Pérez dijo que aún no ha pensado otro nombre para ocupar la vacante en la Suprema Corte y confirmó que “la idea es consensuarlo”, dejando entrever un cambio de estrategia después del fracaso con Gallardo.

El lunes por la mañana, Fernando Simón se hará cargo de la Fiscalía de Estado, terminando para siempre aquel martes para el olvido.