Luego de asumir su segundo período al frente del Servicio Penitenciario Federal (SPF) –después de una escandalosa fuga masiva en el penal de Ezeiza–, Alejandro Marambio sólo se había permitido hacer unas pocas declaraciones de ocasión. Pero ayer el funcionario se metió con un tema que ya llenó de ruido su actual gestión: los presos muertos en las cárceles.

“Hubo once muertos por hechos violentos en el año, un número muy alto, y ya había como cinco suicidios por ahorcamiento”, admitió Marambio en declaraciones a radio Del Plata. Enseguida aseguró que, a causa de los fallecimientos de reclusos, “se han incrementado los controles” en los penales en los últimos meses.

La última de esas muertes que admitió Marambio ocurrió en el pabellón D del Módulo 4 del penal de Ezeiza, Mario Ortiz, de 23 años, apareció ahorcado en su celda la madrugada del viernes de la semana pasada. “Me quieren hacer creer que fue un suicidio, pero sus compañeros me dijeron que lo mataron los guardias”, le aseguró a Clarín al día siguiente Silvia Peralta, madre del recluso muerto.

La mujer participó el miércoles junto con su marido, la esposa de su hijo y la nena de 4 años de Ortiz, de una manifestación organizada por familiares de los detenidos del penal de Ezeiza en contra de la nueva gestión de Marambio. Marcela, la mujer de uno de los detenidos del pabellón D del Módulo 4, fue la encargada de reunir firmas para exigir su renuncia.

El grupo pegó volantes en las paredes del penal pidiendo por el esclarecimiento del caso de Ortiz, que luego quitaron los penitenciarios.

Y Peralta se acercó a la oficina administrativa del Complejo: “Fui a decirles que si es verdad que mi hijo dejó una carta, que me la den, mi nuera y yo podríamos reconocer la letra de Mario.

Si está, como dicen, ¿por qué no la muestran?”.

La muerte de Ortiz desató una revuelta que fue duramente reprimida. Según denunciaron los familiares de detenidos del pabellón D del Módulo 4, hay 24 heridos que están en celdas individuales conocidas como “buzones” y algunos en el HPC, el hospital del penal.

“Están en huelga de hambre desde el viernes, porque quieren que se sepa la verdad de lo que ocurrió con Mario. Ellos compartieron la última cena con él y dicen que estaba contento, que es imposible que se haya suicidado”, dijo a Clarín una mujer que evitó dar su nombre por temor a represalias.

“Les están diciendo que van a tener que hacerse cargo del homicidio de Mario.

En 10 días los citarían a declarar, ¿pero quién va a contar lo que pasó? Si Mario denunció la muerte de Matías (Cejas, también apareció colgado en su celda el 27 de agosto: fue el primer muerto en esta nueva etapa de Marambio en el SPF) y apareció ahorcado”, agregó la madre de otro detenido.