Diputados: Un legislador K entorpece el pacto Vidal-Massa y podría no haber cambio de autoridades

Diputados: Un legislador K entorpece el pacto Vidal-Massa y podría no haber cambio de autoridades

A pesar del optimismo de Cambiemos, el recambio de autoridades en la Cámara de Diputados que coronaría con el máximo sillón al vidalista Manuel Mosca, podría no efectivizarse. Es que el “pacto de gobernabilidad” rubricado entre el oficialismo y el massismo podría quedar sin efecto por el reglamento interno y porque el peronismo, que hoy tiene la primera vicepresidencia, resiste su renuncia a ese cargo.

En 2015 Jorge Sarghini asumió la conducción de la Cámara baja en el marco de un acuerdo que el Frente Renovador tejió con Cambiemos. Ese pacto, que ubicó a Manuel Mosca como vicepresidente, fue renovado hace unas semanas y se tradujo en un enroque que le entregaría al oficialismo el principal sillón de Diputados. El designado para ese lugar es el propio Mosca, que asumiría tras la renuncia de Sarghini.

En ese marco, mientras el massismo se cruza en un debate interno para ver qué diputado se queda con la vicepresidencia que hasta ahora ocupa el vidalista representante de la séptima sección; el oficialismo se apura en modificar el reglamento interno de la Cámara para habilitar, antes de tiempo, nuevas juras y tironea con el peronismo para que abandone la vicepresidencia primera.

Es que en principio ese acuerdo de palabra poco tiene que ver con la normativa interna de la Cámara de Diputados, en cuyo reglamento se establece que “el presidente, vicepresidente, vicepresidente primero, vicepresidente segundo y vicepresidente tercero designados con arreglo al artículo 14, ejercerán sus funciones por el término de dos años computados a partir del 10 de diciembre del año de su designación, pudiendo ser reelectos”. Para efectivizar la extensión del acuerdo y que sea Mosca el nuevo presidente, se debe modificar este artículo, porque recién pasó un año desde que Sarghini juró como máxima autoridad.

El camino para modificar el artículo 32 que establece estas pautas podría avanzar puesto que el massismo y Cambiemos suman 48 manos alzadas, respetando las condiciones establecidas por el artículo 237 que establece que “las modificaciones al reglamento deberán ser dispuestas por el voto de la mayoría absoluta de los miembros integrantes de la Cámara”.

Sin embargo, llama la atención que la raíz del conflicto haya tenido que ver con la absurda ingenuidad del gobierno de María Eugenia Vidal: los firmantes del “acuerdo de gobernabilidad” no tuvieron en cuenta el rol de peronismo en la designación de autoridades. Y si bien lo han dejado fuera de las negociaciones, los peronistas reclamarán la vicepresidencia independientemente de las modificaciones que se le hagan al reglamento.

Es que el bloque Frente para la Victoria – Partido Justicialista tiene la vicepresidencia primera en manos del randazzista Marcelo Feliú. La renuncia de Sarghini significa el ascenso de Mosca a la presidencia pero también el del propio Feliú a la vicepresidencia (es decir, contaría con firma para hacer y deshacer a su antojo), dejando al massismo sin nada. Entre otros argumentos, el peronismo se resiste a abandonar su lugar aduciendo que las eventuales modificaciones al reglamento recién podrían aplicarse a partir del 2017.

Según fuentes reservadas, Feliú habría pedido al gobierno de Vidal una cifra de dinero exorbitante para renunciar a ese puesto.

Pese a que los ánimos están caldeados, Mosca asegura a propios y ajenos que el acuerdo se cumplirá según lo acordado y que el peronismo se acomodará a las circunstancias. Es que si el massismo no se asegura la vicepresidencia, difícilmente abandone la presidencia hasta que no se cumplan los dos años.

Habrá que esperar el minuto a minuto de las negociaciones, observando no sólo quién forma parte de las mismas, sino también qué posición tiene más peso y cuál será la fuerza que finalmente se quedará con las manos vacías.

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