Un dilema en Massa

Un dilema en Massa

Ante un escenario cada más polarizado a nivel nacional y bonaerense, el candidato presidencial que salió tercero en 2015 sigue teniendo votos propios pero no son apabullantes.

 

La novedad del congreso del PJ que se celebró el jueves en Ferro fue la interpelación directa a Sergio Massa para que se sume al armado de “unidad” y, si lo desea, compita en las PASO. Tironeado entre la irrupción de Roberto Lavagna, que lo dejó muy desdibujado como precandidato de Alternativa Federal, y los acuerdos tejidos por los gobernadores con el kirchnerismo en varias provincias, en el PJ entienden que el margen de maniobra del líder del Frente Renovador se achica. Hay alternativas concretas de acuerdo que Massa estaría barajando mientras hace de cuenta de  que sigue con su campaña. Ponen un plazo: 60 días. “Vamos a hacer todo lo posible para ganarle a Mauricio Macri”, dicen ahora en el massismo, un mensaje más amigable con la unidad que el que mostraban apenas unas semanas atrás. 

“Reafirmamos el camino de la unidad, llamamos a conformar un gran frente opositor sin exclusiones, e invitamos a Sergio Massa y a los gobernadores peronistas a dirimir roles y candidaturas en las PASO que fija la ley”, escribió el diputado Eduardo “Wado” de Pedro en Twitter al ingresar al microestadio de Ferro. Desde hace años, De Pedro es uno de los dirigentes más cercanos a Cristina Kirchner. Por otro lado, es uno de los armadores del kirchnerismo de diálogo frecuente con Massa, El otro es Alberto Fernández. Como para apurar los tiempos, entre ambos acordaron lanzar la convocatoria pública en coincidencia con el congreso que tenía como punto número uno la aprobación del armado de un frente para derrotar a Cambiemos.

Massa sufrió el impacto del lanzamiento de Lavagna. “Sergio es una persona muy joven, y él sabrá lo que tiene que hacer”, deslizó el ex ministro de Economía en la entrevista de la semana pasada en Perfil. No disimulaba mucho que entendía que, ante su aparición, Massa debía dar un paso al costado. “No teníamos en carpeta las ganas de Lavagna de ser candidato”, reconocen en el massismo. Uno de los datos que la movida deja en evidencia es que el liderazgo de Alternativa Federal está en discusión. Hasta hace poco se daba por seguro que el espacio se movía alrededor de Massa. Ya no es así, hoy es noticia cualquier movimiento de Lavagna. Y eso tiene relación directa, explican en el PJ, con el hecho de que Massa que “no mueve el amperímetro”. Esa expresión que durante años limitó las aspiraciones presidenciales del cordobés José Manuel de la Sota, hoy le cabe también a quien fuera su aliado en las elecciones pasadas. En verdad, en el peronismo dicen dos cosas sobre Massa. Una, que efectivamente está estancado en las encuestas en alrededor del diez por ciento de intención de voto, porcentaje que no aumenta ni siquiera en la provincia de Buenos Aires, donde se supone que está su fuerte. La otra, lo suele repetir Alberto Fernández, que pese a eso es el único de Alternativa Federal que tiene votos propios y no gente que lo elige por descarte, como sucede con otros.

Por eso, creen que incluir a Massa en el frente de unidad terminaría de decidir la elección de octubre. Sería el broche de un proceso que se fue bordando con el armado de listas comunes en varias provincias, algo que tal vez determine un batacazo hoy en Neuquén. Gobernadores que estaban lejanos, como el tucumano Juan Manzur, el entrerriano Gustavo Bordet, el riojano Sergio Casas y el chaqueño Domingo Peppo, ya cerraron o tienen en estudio acuerdos de diferentes tipos con el kirchnerismo, un dato que terminó mandando al freezer a Alternativa Federal. Hoy los gobernadores están dedicados a mantener el poder en las provincias y no hay prevista ninguna reunión del espacio en las próximas semanas. Los únicos que se mantienen tenazmente enfrentados a Cristina Kirchner son el cordobés Juan Schiaretti y el salteño Juan Manuel Urtubey. El resto tiene otra mirada sobre la situación dados los porcentajes de aceptación que muestra la ex presidenta.

“Si Massa no se apura le puede pasar lo que le pasó a Florencio Randazzo, que cuando se quiso acordar ya no tenía ni dirigentes ni votos de su lado”, analizaba uno de los negociadores del peronismo. En el PJ Bonaerense cuentan que los intendentes del Frente Renovador -son unos diez- trabajan codo a codo con el armado que se teje en la Provincia para derrotar a María Eugenia Vidal. “Espero que después de este congreso podamos convocar a Sergio y los gobernadores para unirnos y comprender que tenemos que estar todos juntos para superar este momento”, comentó el intendente de Tigre, Julio Zamora, en Ferro, electo por el massismo. 

Así como están las cosas, para los jefes comunales sería un suicidio enfrentar a Cristina Kirchner y quienes vayan como sus candidatos en territorio bonaerense. En los últimos días se posicionó para la gobernación su ex ministro Axel Kicillof, mientras que la posibilidad de que sea un intendente perdió un poco de fuerza. De acuerdo a un sondeo que circuló esta semana -se lo adjudican a la encuestadora Aurelio- Kicillof está apenas unos tres puntos abajo de Vidal. Pero si se encuesta por binomios Cristina-Kicillof contra Macri-Vidal, la dupla kirchnerista se impone por seis puntos. Massa está a más de 20 puntos de distancia.

Con todo, en el massismo aseguran que no tienen apuro y que su prioridad está puesta en el fortalecimiento del espacio que comparten con los gobernadores, algo que incluso le sería útil en caso de ir a una negociación. Dicen que antes que nada quieren saber si efectivamente Cristina Kirchner será candidata, decisión que todavía se mantiene entre los grandes enigmas del año electoral. Jugando al misterio ellos también, aseguran que todavía habrá algunas sorpresas para los próximos días y que todavía faltan más de tres meses hasta la presentación de candidaturas, aunque prometen un respuesta definitiva antes que eso. Pero el mensaje ya es otro: “Queremos ganarle a Macri y vamos a hacer lo que haga falta para cumplir ese objetivo”.

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