“Me dijo que si lo entregaba a la policía, iba a matar a mis hijos”

“Me dijo que si lo entregaba a la policía, iba a matar a mis hijos”
Romina Leiva, la mujer que estuvo 11 once días secuestrada por su ex pareja y fue liberada en Luis Guillón, aseguró que el hombre la golpeó mientras la mantenía encerrada en un hotel del barrio porteño de Flores, abusó de ella y la amenazó. El acusado Eufemio Cabrera, de 51 años, quedó detenido acusado de "privación ilegítima de la libertad, abuso sexual, lesiones y amenazas".
La mujer que denunció haber estado secuestrada durante 11 días por su ex pareja aseguró ayer que el hombre la golpeó mientras la mantenía encerrada en un hotel del barrio porteño de Flores, abusó de ella y la amenazó con que si lo entregaba a la policía "iba a matar" a sus hijos.

"Pasé días horribles. Cada vez que hablaba con mi hija, él me pegaba", manifestó en declaraciones televisivas.

La mujer explicó que todo comenzó hace 11 días, cuando su ex pareja comenzó a enviarle mensajes de texto a su celular y la convenció para encontrarse con ella porque quería entregarle un regalo de cumpleaños. "Yo al principio lo insultaba y después accedí a verlo, porque venía mi cumpleaños y decía que quería hacerme un regalo. Cuando lo vi, fuimos adonde él estaba parando y cuando me quise ir, ya no me dejó", explicó al canal C5N, donde prefirió evitar mostrar su rostro.

El hombre, llamado Eufemio Cabrera, aparentemente la trasladó hasta un hotel en el barrio de Flores, donde la mantuvo encerrada y atada. "El hotel se llama ‘Yerbal’ y la encargada vio cuando me golpeaba y yo quise salir, y él le dijo que yo estaba empastillada. Me metió para adentro y me volvió a pegar", relató.

Luego, contó que el miércoles, el hombre la sacó del hotel y la subió a su auto, tras lo cual se dirigieron a un templo umbanda. "Fue a ver a una persona que se llama Noemí porque quería saber si yo lo iba a mandar preso. Esa señora le dijo que sí, que no me dejara ir porque lo iba a mandar preso. Entonces salió enojado y empezó a amenazarme", dijo.

"Compró una gillete y me dijo que me iba a cortar toda, que no le importaba nada porque estaba jugado, que iba a matar a mis hijos", explicó.

Minutos después, pasó por donde era su casa y vio que había un automóvil detenido en la puerta con dos hombres adentro y detuvo su marcha para averiguar quiénes eran. "Dijo que quería ver quiénes eran esos boludos e hizo un amague como que iba a sacar una cuchilla de abajo de su asiento. Pero estos chicos se presentaron como policías y me salvaron", agregó.

La mujer contó que se puso detrás de uno de los policías y les explicó que estaba secuestrada por su ex pareja y que quería volver a su casa. Los efectivos la rescataron y detuvieron al hombre.

Días atrás, los familiares de Leiva se habían presentado ante la comisaría 43 de la Ciudad de Buenos Aires para realizar la denuncia por averiguación de paradero, y contaron que sospechaban que su ex pareja de la había llevado cautiva.

"Aportaron la dirección de la casa y, con ese dato y una orden judicial, los efectivos de la comisaría de la Federal concurrieron con nuestro apoyo a la casa del hombre. Y allí los encontramos", dijo el comisario Javier Rodríguez, jefe de la Distrital Esteban Echeverría.

En el interior del vehículo, en tanto, fueron secuestrados un cuchilla de carnicero, un cargador con proyectiles y una cuerda de unos 15 metros de largo, con los que el sindicado captor supuestamente amedrentaba y sometía a la víctima.

Tras la liberación de la mujer, se inició una investigación que está en manos del fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 descentralizada de Esteban Echeverría, Juan Manuel Baloira.

Baloira ordenó pocas horas después de la liberación, la inspección del departamento donde presuntamente se llevó a cabo el cautiverio, donde los detectives encontraron poco mobiliario.

Baloira imputó al detenido los delitos de "privación ilegítima de la libertad, abuso sexual, lesiones y amenazas", y ayer lo entrevistó para escuchar su versión de los hechos.

En tanto, la Justicia estableció que el hombre ya había sido denunciado con anterioridad por Leiva y le habían impuesto una restricción para acercarse hasta una distancia de 300 metros.

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