Las diferencias en el FPV ponen trabas a la reforma electoral

Las diferencias en el FPV ponen trabas a la reforma electoral

El presidente de Asuntos Constitucionales alteró el cronograma de tratamiento acordado por el resto del bloque

Al encendido debate sobre el uso de la polémica Boleta Única Electrónica (BUE) como sistema de votación, la reforma electoral que impulsa el Poder Ejecutivo se sumará esta semana una fuerte dosis de tensión política al interior del bloque del Frente para la Victoria (FPV) en el Senado, en torno a los tiempos de tratamiento del proyecto.

El oficialismo había acordado un cronograma que contemplaba la firma del dictamen para pasado mañana y, sabiendo que el proyecto volverá modificado a la Cámara de Diputados, preveía pedir su debate sobre tablas al día siguiente.

Sin embargo, el kirchnerismo complicó esos planes. En una jugada inconsulta, el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Marcelo Fuentes (FPV-Neuquén), canceló la semana pasada las dos jornadas previstas para escuchar a especialistas opinar sobre la BUE y las reprogramó para el martes y jueves de esta semana.

Foto: Archivo

El motivo que adujo Fuentes fue "la ausencia significativa de legisladores por razones de diversa índole". Sin embargo, sólo había cuatro senadores de viaje presenciando la elección de los Estados Unidos, un número que no afectaba el funcionamiento del plenario de comisiones, que había pasado a cuarto intermedio y no requería quórum para reanudar el debate.

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Esto provocó enojo en el oficialismo. "Vamos a pedir que se firme dictamen el martes próximo", afirmó el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo (Pro-Capital).

Pero la tensión por la movida del kirchnerismo, según pudo saber LA NACION, también provocó malestar en el interior del FPV. "Esta fue una maniobra del kirchnerismo en la que nada tuvo que ver el resto del bloque", afirmó un senador de esa bancada, molesto con el ultrakirchnerista senador neuquino. Esa diferencia de criterios, que ha atravesado a la mayoría opositora de la Cámara alta a lo largo de todo el año legislativo, podría salir a la superficie esta semana.

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Es que los presidentes de las otras comisiones que intervienen en el debate (Justicia y Asuntos Penales, Presupuesto y Hacienda y Banca de la Mujer, todas presididas por el FPV), recibieron la sugerencia de convocar sólo para el martes, desoyendo la cita para el jueves realizada por el Fuentes.

"Si tienen número para firmar dictamen, que lo lleven", desafió el kirchnerista presidente de Asuntos Constitucionales, al enterarse de la contraorden.

Es una batalla en la que Fuentes tiene grandes posibilidades de ganar, ya que cuenta con el apoyo de la gran mayoría de kirchneristas que integran la Banca de la Mujer para boicotear el quórum necesario para firmar dictamen. A esto se suma el malestar que provocó entre los especialistas que se quedaron sin poder exponer la semana pasada, quienes vieron la suspensión como una maniobra del Gobierno para impedirles expresar sus duras críticas a la BUE.

Cambios y mayorías

A pesar de la falta de actividad, la semana que pasó empezó a delinear los cambios que sufrirá el proyecto. Por lo pronto, es un hecho que, tal como anticipó LA NACION, la aplicación de la reforma será gradual y no en todo el país, como pretende Macri.

Una fórmula sería la inclusión de una cláusula transitoria que faculte a la Cámara Nacional Electoral a fijar los distritos o ciudades que usarán el año próximo el nuevo sistema.

Una buena noticia para el Gobierno es que el interbloque UNA (filo massista) mantendrá en el Senado el apoyo a la BUE. "Nosotros vamos a apoyar la boleta electrónica con chip porque ya vivimos en nuestra provincia los problemas que genera el actual sistema", afirmó Alfredo Luenzo (Chubut), que responde al gobernador Mario Das Neves, en referencia al escándalo que se vivió en las elecciones provinciales de 2011.

La postura del massismo no impedirá, no obstante, que el Senado le cierre el camino a la BUE que pretende aplicar el Gobierno. Hay muchas dudas sobre la confiabilidad del chip, por lo que se impondría una fórmula intermedia: boleta impresa mediante el sistema de pantalla táctil parecido al de Salta y Capital, pero sin chip, con algún sistema de conteo rápido (podría ser código QR) y un taxativo conteo manual con control de fiscales en cada mesa, que el proyecto aprobado en Diputados no contempla.

Con menos fuerza, pero todavía tallando en la discusión, hay sectores -como el GEN- que impulsan el cambio por la boleta única de papel, al estilo de las usadas en Córdoba o Santa Fe.

Sin embargo, este escenario de dispersión de propuestas terminaría beneficiando al Gobierno, dado que si los cambios no alcanzan un apoyo de dos tercios en el recinto, podrían ser revertidos en Diputados, siempre que se repita la alianza de Cambiemos y el massismo que permitió aprobarla en ésa cámara. Esta será otra pulseada clave para la suerte de la reforma electoral.

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