Dictaron la prisión preventiva para los integrantes de la banda que vendía droga en las escuelas

En una reciente resolución del Juzgado de Garantías 1, se dictó la prisión preventiva de los cuatro detenidos acusados de comercializar droga, especialmente entre menores de edad, fuera y dentro de establecimientos educativos, para lo cual también utilizaban adolescentes para mezclarse en la comunidad escolar.

En efecto, el juez José Alberto Moragas convalidó el pedido del ministerio público fiscal y bajó la prisión preventiva para los involucrados, identificados como Leandro Agustín Benítez, Franco Enrique Rizzi, José Ignacio Olano y José María Fernández.

A los citados, que permanecerán detenidos hasta la instancia del juicio, se los considera coautores penalmente responsables de los delitos de “Comercialización de estupefacientes fraccionados en dosis destinadas directamente al consumidor, agravado por ser cometido sirviéndose de menores de 18 años y en perjuicio de éstos”, por el número de intervinientes en forma organizada y por ser cometido en inmediaciones de un establecimiento de enseñanza.

Cabe consignar que la medida de coerción (privarlos de su libertad) se corresponde con la punibilidad prevista, estimándose una pena de seis a veinte años de prisión, por lo que no corresponde el otorgamiento de la excarcelación bajo ninguna de las hipótesis previstas por el código.

 

La acusación y los roles

Según reza la oportuna acusación fiscal y consiguiente resolución del Juzgado de Garantías, quedó debidamente justificado al entender de los investigadores que en el lapso comprendido entre el mes de marzo de 2013 y el 6 de junio de 2014, al menos seis personas, entre ellas un menor de edad, en forma organizada comercializaron en diversos lugares, entre los que se encuentran establecimientos educativos y sus cercanías, sirviéndose en ocasiones de menores de edad, estupefacientes fraccionados en dosis destinadas directamente al consumidor.

Según reza en el expediente, se consignó que José María Fernández acordaba desde su lugar de detención la compra de estupefacientes, disponiendo que José “Grandote” Olano en algunas oportunidades retirara la encomienda que contenía la sustancia ilícita en la Terminal de Omnibus de la ciudad, en la cual se le consignaba a éste un destinatario, y la entregara a Franco Rizzi, quien se encargaba de realizar la venta al menudeo, sirviéndose en ocasiones de un menor de edad para tal fin.

Asimismo, respecto al dinero obtenido por la actividad, Fernández disponía que Olano realizara depósitos en cuentas bancarias o en entidades del rubro, y en otras ocasiones solicitaba a éste y a Franco Rizzi que realizaran la entrega directamente en mano a personas que previamente eran identificadas.

Por otro lado, Leandro Agustín Benítez, alias Leo, participaba en la comercialización de la droga al menudeo junto a Rizzi, quienes además poseían otro proveedor oriundo de Mar del Plata, identificado en la causa como Rubén Eduardo Díaz.

 

La investigación

Como oportunamente se detalló en este Diario, la Delegación Departamental de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas logró desarticular la banda que era manejada por un preso (Fernández) desde la unidad penitenciaria de Barker.

Las detenciones se concretaron tras realizar ocho allanamientos, dos órdenes de requisa personal en Tandil y una orden de allanamiento para el pabellón 6 de la Unidad Penal Carcelaria 37 de la vecina localidad.

Las órdenes de allanamiento se realizaron en el marco de la Investigación Penal Preparatoria 01779/13 de trámite por ante la Unidad Funcional de Instrucción Temática de Estupefacientes 22, a cargo del ayudante fiscal Fabio Adrián Molinero. Las mismas fueron libradas por el juez de Garantías José Alberto Moragas, titular del Juzgado de Garantías 1 de esta ciudad.

La investigación se había realizado durante unos 15 meses, cuando personal policial tomó conocimiento de que operaba una organización destinada a la venta de droga, la cual actuaba básicamente dentro de los establecimientos educativos de primaria y en plazas situadas en inmediaciones a las escuelas, como la del Tanque y la del centro.

Luego de haber ejecutado todas las tareas inherentes a la obtención de elementos que respaldaran estas sospechas (un sinfín de escuchas telefónicas, seguimientos, filmaciones y fotografías, además de testimonios) la fiscalía de intervención solicitó al doctor Moragas las correspondientes órdenes de allanamiento para los sitios utilizados por esta banda, como así también las órdenes de requisa personal de los dos punteros principales.

Así, se interceptó a uno de los sospechosos, que entre su ropa poseía marihuana fraccionada en dosis y destinada a consumidor final, y se encontraba en compañía de un menor de edad, por lo que ambos fueron conducidos a la Oficina de Drogas Ilícitas de Tandil.

Horas más tarde, se detuvo a una segunda persona, que también poseía marihuana fraccionada entre sus pertenencias.

Posteriormente se llevaron a cabo seis allanamientos en domicilios de las calles Formosa al 200, Thomas al 300, San Lorenzo al 200, 25 de Mayo al 100, Montiel al 200 y Lavalle al 400, procediendo en estos domicilios al secuestro de marihuana, la que se encontraba dispuesta en gran medida ya fraccionada y lista para ser comercializada.

Asimismo, se logró el secuestro de elementos de producción, estiramiento, comercialización y embalaje, como también dinero en efectivo, constituyendo éstos una prueba fundamental en cuanto a la infracción a la Ley de Drogas.

Al día siguiente se realizaron dos allanamientos más en Tandil y se diligenció además la orden de allanamiento para el pabellón 6 de la UPC 37.

En ellos también se secuestraron elementos de gran valor probatorio en cuando al ilícito investigado.

En total se secuestraron alrededor de 2 kilos y medio de marihuana, además de todos los elementos que aportan a probar los distintos pasos de una organización en cuanto a la venta: la parte de la preparación, la división de la materia, los envoltorios y las plantas en proceso de secado.

Para la realización de estas diligencias colaboró personal de la Sub DDI Tandil, de la Delegación de Reunión de Información para la Prevención del Delito Azul, de la Jefatura Departamental Tandil y de la Subdelegación de la Policía Federal de Tandil, además de la totalidad del personal de la Delegación de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas.

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