Deuda: se gesta la quita para dólares y los pesos amenazan

Deuda: se gesta la quita para dólares y los pesos amenazan

Si el Gobierno se para frente a los bonistas y les dice: la quita es de 40%, tómela o déjela, la pelea podrá prolongarse.

 

¿Está la propuesta argentina para los bonistas? No. ¿Va a estar antes de fin de mes? Si. ¿La Argentina caerá nuevamente en default? El Presidente Alberto Fernández quiere evitarlo pero se desconoce la dinámica de la negociación.

Son sólo algunas de las preguntas y respuestas que se formulan los operadores de un mercado financiero local que navega en un mar de incertidumbre que, a su vez, forma parte de un océano internacional en medio del tembladeral que genera el peligro de la expansión del coronavirus y sus consecuencias sobre la economía mundial.

 

Un muestra de lo incierto del momento lo reflejó la sorpresiva baja de medio punto que dispuso la Reserva Federal de los EE.UU sobre la tasa de referencia que ahora está en en el rango 1% - 1,25% para contrarrestar los efectos recesivos del coronavirus.

Pero, a pesar de esa medida de aliento a la actividad económica, la bolsa de Nueva York se mantuvo en caída y terminaba el martes con números en rojo de más de 2%. La incertidumbre pudo más.

En la Argentina, la detección del primer caso de coronavirus hizo saltar una alerta que dio por tierra con la idea peregrina de que el país podría quedar al margen de contagios.

La noticia llegó en el arranque del mes de definiciones para la deuda y en un contexto agitado por las reuniones del Gobierno con el Fondo Monetario y con los bonistas para la gestación de una propuesta que todavía no aparece.

El ministro Martín Guzmán, además de los encuentros con los delegados del FMI, comenzó encuentros individuales con representantes de algunos de los principales fondos de inversión acreedores de la Argentina (Pimco, Blackrock, Fidelity, Templeton, entre otros).

En general se habló de lineamientos pero poco de números. El ministro repitió la idea del presidente Alberto Fernández del domingo sobre que la solución para la deuda debe desembocar en un esquema "sostenible" que permita el pago de lo acordado pero que deje margen para que la economía pueda reactivarse. Mucha política. Los acreedores, como en otras oportunidades, suelen responder con formalidades hasta conocer la propuesta concreta.

Entre lo concreto del Gobierno estuvo la designación de Lazar como asesor financiero y de el Bank of América y HSBC como agentes colocadores de la deuda.

Lazar es un experto en el tema y ya tuvo un contrato con la Argentina en tiempos de Roberto Lavagna y Guillermo Nielsen como negociadores. Cuenta la leyenda que después de haber presentado su propuesta, Nestor Kirchner metió la mano en el proyecto en forma intensiva y las relaciones no terminaron de la mejor manera. Pero negocios son negocios y todo habría quedado superado.

Entre otros países, Lazar fue asesor en la renegociación de la deuda de Ucrania en 2015 cuando el gobierno aplicó una quita de 20%, postergó los vencimientos por cuatro años y otorgó un premio a los bonistas atado al crecimiento de la economía.

El presidente Fernández insistió en la apertura del año legislativo sobre que el Gobierno tiene un plan A (que sería pagar lo que pueda) y un plan B que, obviamente no explicitó en un coqueteo con el default.

Un informe reciente de la consultora Ecogo definió el corazón de los compromisos financieros del año: "Los vencimientos en dólares con el sector privado ascienden a US$8.585 millones, de los cuales US$3.500 millones fueron emitidos bajo ley extranjera. Además, hay que hacer frente a vencimientos de capital e intereses por US$ 5935 millones con organismos internacionales".

Y agrega: "La posibilidad de salir pagando mientras se dilata la renegociación no parece un escenario viable".

Economía dejó trascender que por la letra que colocó en el Banco Central tienen los dólares para pagar hasta abril cuando piensa haber concluido la negociación. Un punto a tener en cuenta es que si la negociación es a todo o nada (el Gobierno está siendo más agresivo en el discurso) el tiempo pasa a ser una variable indefinida.

Si el Gobierno se para frente a los bonistas y les dice la quita es de 40%, tómela o déjela. La pelea podrá prolongarse bastante más allá del 31 de marzo fecha en la que el ministro Martín Guzmán se comprometió a emitir el comunicado con el texto del acuerdo.

Otro tema son los vencimientos en pesos que este mes alcanzan a $223.804 millones, un récord para la primera parte del año y para los cuales ni el Tesoro ni el Banco Central explicitaron una política después de la reprogramación compulsiva del AF20 que evitó la emisión de $96.000 millones.

Sobre la noche del martes se definía un esquema para el vencimiento del Bogato 2020 y una letra que ronda en conjunto los $80.000 millones y, nuevamente, la amenaza de tener que "darle a la maquinita" con intensidad.

En medio de una danza de decisiones a primera vista inconexas, el Tesoro sorprendió emitiendo un bono del tesoro (Bonte) 2020 que tiene la particularidad que puede ser usado por los bancos para constituir encajes que son la parte, en teoría, de los depósitos que deben mantener inmovilizados por exigencias del Banco Central.

Ahora parte del efectivo mínimo lo pueden constituir con plata de los depositantes pero, además, con deuda del Tesoro Nacional. Toda una sorpresa.

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