Deuda: cerca de acordar con el grupo ACC, Guzmán sale en busca de aliados de BlackRock

Deuda: cerca de acordar con el grupo ACC, Guzmán sale en busca de aliados de BlackRock

A través del banco UBS, el comité envió una oferta de canje que busca ser puente con otros fondos de los grupos más duros. Ad Hoc y Exchange buscan frenar la jugada. El Ejecutivo apunta a sumar adhesiones antes de formalizar la enmienda en los próximos días

 

 

El Gobierno está cerca de cerrar un acuerdo con el grupo de bonistas menos hostil. Se trata del Comité de Acreedores de Argentina (ACC por su sigla en inglés), que el miércoles envió una nueva contraoferta a través de su asesor financiero, el banco suizo UBS, muy similar a la última versión con modificaciones que el Ejecutivo les había acercado a todos los tenedores mediante el mismo banco. Mientras tanto, el ministro de Economía, Martín Guzmán, buscará este fin de semana traccionar a más fondos pertenecientes a los grupos Ad Hoc y Exchange, liderados por BlackRock y Monarch respectivamente, antes de formalizar la enmienda a la oferta de canje de USD66.200 millones de deuda externa.

La pulseada entró en su recta final y el Gobierno negocia los últimos trazos de la propuesta que enviará los próximos días a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC). De concretarse el acuerdo con este grupo, se sumará a los fondos Fintech, del mexicano David Martínez, Gramercy y Oaktree, que hasta esta semana actuaban en conjunto con el ACC pero que en los últimos días se adelantaron y ya le manifestaron a Guzmán su voluntad ingresar al canje.

Por estas horas el Palacio de Hacienda analiza esta propuesta, valuada en USD54,5 por cada USD100 de valor nominal, es decir, USD1 más que la última versión distribuida por el Ejecutivo. Fuentes oficiales señalaron que el acuerdo con este sector de los bonistas está muy cerca y agregaron que tienen la expectativa de que otros fondos sigan ese camino.

La contraoferta es planteada por el propio comité como un intento de puente para atraer al acuerdo a otros tenedores que forman parte de los grupos más duros, que no solo piden mayores pagos sino que presionan por retrotraer los contratos de los bonos emitidos por Mauricio Macri al marco legal de 2005, que brinda mejores condiciones para litigar contra el país. De hecho, el ACC, que concentraba cerca del 7% de los bonos a reestructurar, bastante menos que los otros dos grupos (en conjunto suman alrededor del 30%), creció en las últimas semanas a raíz de la migración de algunos fondos disconformes con la estrategia de BlackRock y hoy reúne a más de 30 bonistas, según pudo confirmar este diario con fuentes del mercado y del Gobierno.

En ese sentido, desde el mercado algunas voces señalaron por lo bajo que las versiones acerca de una posible ruptura del comité fueron fogoneadas desde las huestes de BlackRock. El Gobierno, que tiene niveles de adhesión aún insuficientes, busca capitalizar esa interna abierta en Wall Street.

Según reportó la agencia Bloomberg en la noche del jueves, los grupo Ad Hoc y Exchange, al tanto de esa intención, rechazarían un intento del Gobierno de avanzar con un acuerdo de deuda bajo la propuesta del ACC. Además, analizan llamar a sus integrantes a un acuerdo de bloqueo para obligar a sus miembros a rechazar esa oferta, en un intento por evitar fugas.

En concreto, el ofrecimiento del ACC acepta dos condiciones legales claves planteadas por Guzmán: que los tenedores de bonos emitidos a partir de 2016 conserven sus mismos contratos y que el Gobierno conserve la potestad de redesignar bonos, es decir, dejar afuera de un primer canje algunas series en las que no consiga las mayorías necesarias para activar las cláusulas de acción colectivas (CAC) y forzar a todos los bonistas a reestructurar. Aunque condicionó esto último a que se consiga una adhesión del 66% del conjunto de los bonos.

En lo económico, es muy similar a las últimas modificaciones incluidas por el Ejecutivo y que recibieron el visto bueno del FMI: un adelantamiento en el pago de los cupones, cuyos vencimientos pasarían de mayo y noviembre a enero y julio, y un premio para los acreedores que entren primero al canje que consiste en reconocer los intereses corridos de los títulos en default hasta el 29 de julio en lugar de hasta el momento en que se presentó la primera oferta. La diferencia: en lugar de una quita del 3% para los bonos Globales más cortos, como proponía el Gobierno, pide bajarla al 2%; en el resto de los Globales sí sería del 3% y en los Discount y Par no habría recorte de capital.

Además de los preacuerdos que busca sellar el Gobierno con los integrantes de los grupos de bonistas, para alcanzar las CAC será clave la venta que hagan los bancos colocadores, el HSBC y el Bank of America, entre los acreedores no agrupados que en conjunto tienen alrededor del 60% de los títulos a reestructurar.

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