Deuda: bonistas se endurecen y sólo aceptan hasta 20% de quita

Deuda: bonistas se endurecen y sólo aceptan hasta 20% de quita

Bancos y fondos de inversión rechazan la propuesta argentina de un recorte del 40%. Tiempo de descuento en la negociación.

En los momentos previos al lanzamiento de la reestructuración de la deuda por US$ 68.842 millones, las dificultades que está teniendo el Ministerio de Economía para generar una masa crítica de adhesión importante a su canje de deuda empieza a presentar el escenario del default como algo no tan lejano.

Además del atraso que la pandemia del coronavirus generó para concretar los road show que se tenían previsto y que ahora fueron reemplazados por teleconferencias, los fondos y bancos de inversión se muestran más duros para aceptar una quita.

Según comentaron a PERFIL funcionarios del gabinete económico, “sin dudas está costando convencer a los bancos de inversión que la Argentina necesita una quita por lo menos del 40 por ciento”. En los últimos diez días el ministro de Economía, Martín Guzmán, recibió a los representantes de importantes bancos de inversión de Estados Unidos, quienes le comentaron que la quita máxima que podrían aceptar los inversores sería no más allá del 20 por ciento.

“Nosotros necesitamos que haya un mayor esfuerzo por parte de los bonistas, para poder pagar en tiempo y forma, hacer sustentable el capítulo deuda y generar las condiciones de estabilidad y crecimiento necesarias para honrar los compromisos”, fue el comentario de la misma fuente.

Caída. Antes las diferencias, el fantasma del default vuelve agigantarse y los bonos, además, agudizaron sus pérdidas por la caída del mercado. En dólares, perdieron un 15% sólo en lo que va de marzo.

“Nosotros estamos firmes en la postura de un mayor esfuerzo. No creo que se modifique o haya margen para bajar la pretensión de alrededor de un 40 por ciento de quita y tres años de gracia”, agregó la misma fuente consultada. Pase lo que pase en la previa, Economía hará una oferta. Después quedará sólo una semana para que los bonistas la acepten.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) le dio el aval al pedido de un “recorte significativo”. Pero en el contexto de crisis agravada por el coronavirus, en la Casa Rosada plantean que pagarle a los bonistas también tendrá un costo muy alto.

En Washington consideran que Argentina va a contramano de lo que habitualmente se plantea: cerrar primero con el fondo y después con los privados. El plan económico, que reclaman los bonistas, podría allanarse con las auditoría del FMI. En los últimos días, el Fondo puso proa para atender los avances de coronavirus y anunció créditos por US$ 50 mil millones, en especial para las economías débiles o con problemas. En el Gobierno indicaron que no se había pedido una línea para hacer frente a la pandemia.

El Gobierno necesita la adhesión del 75% de los tenedores según las cláusulas de acción colectiva bajo las que se emitieron los bonos, pero también necesitan que entren todas las series, para evitar lo que se conoce como cross default. En ese sentido, ante la caída del precio de los bonos, el mercado sigue con atención la posibilidad de ingreso de los fondos buitre, con compras de títulos que le permitan bloquear el canje de alguna de las series y forzar a la Argentina a un default generalizado.

Casos sospechosos en Economía

En los últimos días, el Ministerio de Economía no escapó a los casos sospechados de haber sido expuestos al coronavirus, según indicaron fuentes del sector gremial.

Hasta el viernes, hubo al menos dos personas que podrían haber contraído el virus: un empleado del cuarto piso del Palacio de Hacienda y otro caso en el séptimo. Hasta el momento no hubo confirmación oficial. En uno de los casos, la persona lo habría contraído a través de un pariente llegado de Europa y estaría dentro de los casos ya confirmados en el país.

En el Ministerio de Desarrollo Productivo, en tanto, durante la semana se fue imponiendo la metodología de teletrabajo y se fueron reduciendo las reuniones presenciales, según cuentan empresarios que recibieron la invitación a hablar por teléfono.

 

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