Los detalles del expediente confirman la alevosía del crimen de Leda

Los detalles del expediente confirman la alevosía del crimen de Leda
EL LIBERAL tuvo acceso a los cuerpos del voluminoso expediente del asesinato de la maestra jardinera. El hallazgo del cuerpo, las detenciones, los primeros testimonios.
El 14 de junio a las 22.30 aproximadamente, Leda Fabiana Raimundi dio su último suspiro de vida. Mientras Luis Esteban Ledesma y Gabriel Brandán la sujetaban, Lucrecia Ledesma habría tomado un cuchillo y se lo clavó en el cuello. La víctima, que permanecía de rodillas y con una rejilla en la boca, cayó desplomada. En tanto, Mario Rojas habría comenzado a patearla.

Tras dos meses y medio de secreto de sumario, ayer EL LIBERAL tuvo acceso al expediente, destacándose que las últimas horas con vida la mujer recibió un inexplicable maltrato y dejó de existir en la más absoluta soledad.

Finanzas, fanatismo umbanda o venganza por un amor enfermizo. Quizás allí tiende a edificarse el móvil del asesinato, en un escenario con cinco detenidos acusándose entre sí.

Ayer, el abogado Rodolfo Martín Jiménez Soria manifestó que en la indagatoria, “Brandán reveló que la noche del crimen Rojas quería volver a Villa Robles a desfigurar a la chica; a quien antes Lucrecia había apuñalado en el cuello”.

Colaboración

Ahondó: “Brandán (Gabriel) es quien más ha colaborado en la causa, ofreciendo detalles precisos sobre lo ocurrido. Ya está fotocopiándose el expediente y de a poco las partes vamos teniendo copias que nos permitirán ofrecer una defensa óptima”, señaló el abogado, quien junto al doctor Alfredo Daniel Pérez Gallardo comandan la defensa de Brandán.

A continuación, detallamos los aspectos dominantes de la versión de Brandán:

“Días antes me entrevisté con los Ledesma. Era su vecino y amigo. Me contaron sobre un trabajo. Yo andaban seco. Tenía necesidades económicas. La mae me ofreció un trabajo. ¿Qué habrá para mí?, pregunté”, señaló Brandán a la Justicia.

“Será sencillo, me dijo Lucrecia. Es un autorrobo. En esa idea fui convocado. Me dijeron te avisamos el día y el jueves a la tarde me mandan un sms. Ya estaba todo listo.

Fui. Subimos al auto con Pereyra y los Ledesma. Pasamos por tres farmacias porque Lucrecia quería comprar jeringas y guantes”, ahondó Brandán.

“Cuando estábamos en una farmacia me dijeron que pasó Rojas en su remís. Fuimos a la zona del golf. En el camino, pregunté a Lucrecia para qué era las jeringas. Ella me dijo que era por la dudas se ponga difícil el asunto”, acotó.

“Al llegar, le abrí la puerta. Antes, Rojas nos envió un mensaje de texto en que nos avisaba que ya estaba en el lugar. Yo les haré una señal con las luces, nos avisó”, dijo Brandán.

“En el golf encaramos a Rojas y a la chica en el auto. A ella la pasamos al asiento trasero. La chica me decía que no le hagamos daño. No te preocupes. No te pasará nada, le respondí porque yo entendía hasta ahí que era un autorrobo y que la dejaríamos en el monte”, acotó el detenido al juez Ramón Gómez, añadiendo: “Lucrecia le metió una rejilla en la boca que se la alcanzó Rojas”.

“Ya en Villa Robles creo que Lucrecia se sacó, o transformó. Fue cuando la chica quiso sacarse la rejilla. Lucrecia empezó a golpearla. Tomó un cuchillo le clavó en el cuello mientras la chica estaba de rodillas. Ya en el piso ella, Rojas la tomó a patadas. Le gritaba c..., h... de p...”.

Gritos

Posteriormente, “Lucrecia nos gritó para correr el cuerpo hacia un costado. Me puse muy nervioso. Le reproché que no me avisó nada de eso y que no tenía nada que ver con un robo. Quise evitar que la apuñalen de nuevo a la chica”.

Ya de regreso hacia el Mishqui Mayu, “Pereyra esperaba en la ruta. Discutimos con los otros en el auto. Rojas insistía para volver a desfigurar el cuerpo”.

Cuando el juez le mostró la foto del cadáver de Leda, Brandán afirmó: “Así no la dejamos. Me fui a dormir como a las doce de la noche. Al otro día escuché en el noticiero que hallaron un cuerpo desfigurado y pensé que ellos habían regresado a terminar el trabajo”

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