Después del tsunami: Zamora y el desafío de gobernar Tigre con el enemigo íntimo

Después del tsunami: Zamora y el desafío de gobernar Tigre con el enemigo íntimo

Massa y Galmarini rodearon al intendente, que resistió con su candidatura pero entregó la lista de concejales. El distrito fue un polvorín. Todos ganaron y perdieron. 

Por FACUNDO COTTET.

El intendente de Tigre, Julio Zamora, buscará la reelección por el Frente de Todos en acuerdo con su ex nuevo socio, el líder del Frente Renovador,Sergio Tomás Massa. El jefe comunal sobrevivió a la presión que ejerció el FR para bajarlo, pero tuvo poca injerencia en la confección de la boleta que lo acompañará para el Concejo Deliberante, que quedó plagada de candidatos y candidatas que responden a Malena Galmarini. Cercado, el alcalde de la Miami bonaerense hizo un raid de declaraciones celebrando el acuerdo, pero quedó parado sobre un puente por debajo del cual pasaron aguas turbulentas. Su desafío, ahora, es gobernar después del tsunami con la manzana rodeada.

Eran las 00:30 del domingo 23 de junio y todavía había versiones cruzadas sobre quién sería el candidato o candidata a la intendencia de Tigre por el Frente de Todos. No se trataba de cualquier distrito: Tigre fue el km 0 del Frente Renovador, el partido político que armó Massa cuando en la segunda mitad del año 2012 decidió romper con el kirchnerismo al que ahora, casi siete años más tarde, vuelve a acercarse producto de la urgencia electoral y el angostamiento de la ancha avenida del medio. Y, en el medio, quería recuperar parte de lo que había perdido.

Zamora fue uno de los primeros intendentes del peronismo que pidieron unidad amplia y el primer massista que tuvo un gesto en ese sentido: abrió el gabinete a dirigentes y concejales del kirchnerismo.

Pasaron cosas. Zamora fue uno de los primeros intendentes del peronismo que pidieron una unidad amplia y el primer massista que tuvo un gesto en ese sentido: abrió el gabinete a dirigentes y concejales del kirchnerismo. Cuando todavía se lo reconocía como un soldado del FR, el jefe comunal empezó a acercarse a la estructura del peronismo K. Miraba encuestas y notaba que la imagen de Cristina crecía y Alternativa Federal, el combo fundado por Massa, no despegaba. En febrero blanqueó su pase. Fue cuando participó del Congreso Partidario del PJ bonaerense en La Matanza.

Profundizó su llamado a la unidad y aumentó la frecuencia de sus fotos con intendentes, sobre todo de la Primera sección electoral, entre ellos, Gustavo Menéndez, de Merlo, y Leonardo Naridni, de Malvinas Argentinas. Cuando se conoció que Massa y Alberto Fernández iban a tomar un café, Zamora empezó a inquietarse. Sabía que, si avanzaba el acuerdo, el líder del FR pediría la boleta de Tigre para que la concejala Malena Galmarini fuera la única candidata. Ahí fue cuando todo pendió de un hilo y el intendente se encadenó a una interna. 

Aunque también atendió el llamado del flamante compañero de fórmula de Mauricio Macri, Miguel Ángel Pichetto, que a horas de sumarse a Juntos por el Cambio intentó seducirlo para que pegue el salto y compita con la boleta de María Eugenia Vidal. El intendente dijo que no. Faltaba días para el cierre de listas y mientras lanzaba declaraciones explosivas, como las que le dijo a este medio a 11 días de la presentación de la lista. Sin eufemismos disparó que el Frente Renovador quería proscribirlo. 

Zamora se negaba a ceder su candidatura. Esperó a que el PJ saliera a su auxilio y fue a buscar una foto con Alberto Fernández. Ese gesto molestó a su antecesor. Massa creyó que Zamora se tenía que juntar con él para arreglar las cosas y no presionar con una foto con el precandidato presidencial. Alberto F. casi que no tenía injerencia en las listas bonaerenses. De esa empresa se ocuparon Massa y el diputado nacional Máximo Kirchner.

El mismo sábado, Zamora y Massa volvieron a verse las caras para definir puntualmente qué hacer con Tigre. Había opciones varias. Zamora pedía la interna, Massa quería a Galmarini como candidata única. A ambos les ofrecían un lugar de acceso seguro como diputado/a por la Primera sección electoral. Nadie quería aceptar esa oferta. Massa jugó a fondo y hasta último momento con imponer a Malena. Cerca de la una de la mañana del domingo llegó la certeza: Zamora iría por la reelección y Galmarini sería la segunda candidata a diputada provincial por el Frente de Todos.

En los días previos al cierre, Massa tenía definido pedir dos lugares en la lista de la Primera sección electoral para la Legislatura. Necesitó un seguro para los suyos. El kirchnerismo se lo respetó y el líder del Frente Renovador terminó anotando allí a Galmarini y a su presidente del bloque en la Cámara baja, Rubén Eslaiman, que terminó firmando en el quinto casillero, con posibildades de renovar su banca por otros cuatro años. A priori, el Frente Renovador seguirá con vida en el parlamento bonaerense 2019-2023.

LISTA GANADORA. Zamora será candidato a intendente, pero ¿ganó? En el entorno de Galmarini hacen un balance positivo del resultado de la batalla. La lista final, con una fuerte carga renovadora, terminó rodeando a Zamora. Aunque, en definitiva, el intendente irá por la reelección.

La boleta de candidatos a concejales del Frente de Todos la encabeza Micaela Ferraro. Se trata de una ex senadora provincial del Frente Renovador. Es mano derecha de Malena y siempre trabajó junto a la esposa de Massa. Fue subsecretaria de Desarrollo Social. Militante feminista y peronista, Micaela es Malena.

El segundo lugar sí es para Zamora. Lo ocupa Rodrigo Molinos. Cuando todo era unidad en el Frente Renovador, Molinos era orgánico. Ex presidente del Club Atlético Tigre y con línea con Massa, Galmarini y Zamora, terminó inclinándose por el actual intendente cuando las aguas se dividieron. La unidad lo acercó nuevamente al massismo.

Mayra Mariani ocupa el tercer lugar de la boleta. Como Ferraro, Mariani es una leal de Malena y trabaja a la par de Galmarini. En el cuarto lugar aparece Fernando Mantelli, otro renovador puro.

Recién en el quinto lugar se anota Florencia Mosqueda. Actualmente es concejala de Unidad Ciudadana, milita en Kolina y desde hace un tiempo apoya a Zamora, quien le abrió las puertas del gabinete esta organización K, como así también a La Cámpora.

Los puestos seis y siete también son para dirigentes del FR. Rodrigo Álvarez Verónica Camaño. En total, de 12 candidaturas locales en la boleta del Frente de Todos, ocho pertenecen al espacio Galmarini-Massa.

DIPUTADAS DE TIGRE. El tenso cierre de unidad fue, si se quiere, fructífero para el municipio, que puede llegar a tener dos representantes en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires.

Además de Galmarini, que nació en San Isidro pero hizo su carrera política en Tigre, firmó su candidatura en zona expectante para llegar a la Legislatura bonaerense Roxana López. Es de La Cámpora y fue la figura que rubricó el acuerdo de Zamora con el kirchnerismo, ya que era concejala y pidió licencia para asumir en la Secretaria de Desarrollo Social y Políticas de Inclusión.

“Estoy agradecido por el acuerdo al que hemos llegado con Sergio, que tiene que ver con una historia que teníamos en común, con eslabones que se tienen que ir juntando para que tengamos el mejor resultado”, dijo Zamora en declaraciones a C5N una vez sellado el acuerdo. Ahora, deberá recomponer la armonía territorial con el Frente Renovador. Tiene el empuje del sello +A para competir contra el candidato de Vidal, Segundo Cernadas. El propio jefe comunal le había dicho aLetra P que su gestión tenía un 72% de imagen positiva. Como varios otros intendentes, Zamora no tendrá reelección. Galmarini, por su parte, deberá esperar hasta 2023 para pelear por la intendencia.

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