Después de un ACV

Después de un ACV
EL PEDIATRA Y CANDIDATO A CONCEJAL POR EL MOVIMIENTO VECINAL SUFRIÓ EL 16 DE SETIEMBRE "UNA TROMBOSIS A NIVEL DEL TRONCO DEL ENCÉFALO". FUE INTERNADO EN TERAPIA INTENSIVA Y DERIVADO A LA CAPITAL FEDERAL. INICIÓ LUEGO UN PROCESO DE REHABILITACIÓN EN SU CASA, CON RESULTADOS MUY POSITIVOS. EN UNA ENTREVISTA CON ESTE DIARIO, REFLEXIONÓ: "CUANDO UNO SE RODEA DE MUCHAS ACTIVIDADES, SE VA POSTERGANDO COMO PERSONA"

El doctor Eduardo Giordano vivió una situación difícil, pero se recupera bien. El 16 de setiembre un accidente cerebro vascular (ACV) le originó un trastorno a nivel motor, por lo cual fue internado en terapia intensiva en nuestra ciudad y luego derivado a la Clínica de la Sagrada Familia en la capital federal. Luego de una evaluación exhaustiva, regreso a su casa para llevar adelante un proceso de rehabilitación cuyos resultados son muy positivos.

En una entrevista concedida a este diario, dijo que "me encuentro bien, le quiero agradecer a toda la gente que se preocupó y manifestó su afecto. Estoy en proceso de recuperación. Fue una trombosis a nivel del tronco del encéfalo, producida probablemente por un pico hipertensivo".

Describió los alcances de la afección. "Se trata de un compromiso de pequeñas arterias que se encuentran en la zona de la protuberancia, que es un órgano del sistema nervioso. Pero no deja secuelas y no tiene que ver con la parte intelectual", explicó.

El pediatra tiene 55 años e integra la nómina de candidatos a concejales del Movimiento Vecinal en segundo lugar. El día que padeció el ACV sintió "como un pinchazo en los ojos y tenía dificultades motoras. No tuve dolor, ni nada por el estilo. No acontece a una persona que no tiene factores de riesgo, como poseía en el caso mío, o una vida sedentaria y con muchas responsabilidades. Es una suma de factores".

En su análisis sobre las causas, consideró que "tenía muchas actividades paralelas que implican responsabilidad y compromiso. De alguna manera llega un momento en que uno no tiene la edad biológica que cree que tiene, piensa siempre que es más joven y pueda tomar todas las responsabilidades y manejarlas. Se puede hacer pero después tiene un precio".

Sonriendo, dejó en claro que "todavía tengo mucho hilo en el carretel" y agregó: "El tema está en ordenar un poquito la vida para poder hacer las cosas de la mejor manera".

Compartió una reflexión vinculada con las prioridades. "Lo que pasa es que generalmente cuando uno se rodea de muchas actividades se va postergando como persona. Entonces las cosas cotidianas de todos los días se las va perdiendo, el hecho de ir a tomar mate con un amigo y perder un tiempo que no es perderlo, es ganarlo, o el hecho de dedicarse a una actividad física. Nosotros los médicos pregonamos siempre sobre lo mismo, pero en realidad -por lo menos algunos- somos malos pacientes", afirmó.

Es que muchas veces, según entiende, "la vida misma te va llevando a que cada vez te comprometas más. Lo mío de alguna manera tiene que ser un llamado de atención para el que haga la vida que llevaba yo, de que hay que frenar un poco y ordenar un poco más. Se pueden hacer muchas cosas pero de manera un poquito más ordenada".

Los afectos

El tratamiento consiste principalmente en "esperar a que el cuadro empiece a ceder y se vaya vascularizando la zona que se lesionó por las pequeñas arterias. El tratamiento en sí es corregir algunos factores de riesgo y dejar que pase el tiempo, que el organismo se vaya recuperando. Estoy con un tratamiento kinesiológico bastante intensivo y tengo todavía consecuencias de lo ocurrido en uno de los brazos".

Planteó que "no es para atemorizarse", si bien observó que es clave "cuidar los factores de riesgo cuando hay una enfermedad predisponente como hipertensión arterial y no hacer una vida sedentaria. Tampoco rodearse de un estrés excesivo, lo que es muy difícil en la vida moderna".

Para Giordano, es necesario no perder de vista que "todo el esfuerzo debe ir dirigido a disfrutar con la familia, con los amigos, con la gente que no quiere. A veces te comprometés tanto con la actividad que te parece que hay que trabajar de manera permanente. Y llegás a pensar que dedicar un tiempo a tu persona tal vez no está del todo bien. Hay que hacerlo. Particularmente lo vivo mucho en Claromecó cuando me siento a mirar el mar y me quedo tranquilo conmigo mismo o comparto con amigos o con la familia que es lo más lindo que uno tiene".

Junto a él están su esposa Roxana y sus tres hijos, Antonella de 22 años que estudia odontología en la capital federal; Sofía, de 17, que el año próximo comenzará la carrera de medicina; y Luciano de 12. "El afecto en estos casos es muy importante", subrayó.

Voluntad

En la Clínica de la Sagrada de la Familia permaneció en una unidad de stroke, a la que definió como "un sector muy moderno donde hay tres o cuatro camas. Estuve muy bien atendido, con profesionales especializados en accidentes cerebro vasculares".

Más allá de la evolución satisfactoria, planteó que "son momentos difíciles, en los cuales te sentís aislado de tus afectos, de tu familia, te transformás en paciente. Ya sabemos que algún día vamos a ser pacientes, pero experimentarlo es bastante duro para un médico. Sabés lo que están haciendo, lo que hablan los médicos. Se supera con fe en Dios y con un gran cariño de la familia".

Hace aproximadamente diez días dejó de utilizar un bastón. "Cuando vine a mi casa había una silla de ruedas que no usé, dije que no la iba a usar nunca -expresó-. Y quería dejar el bastón por la misma ansiedad de intentar recuperarme".

Con satisfacción, afirmó que "en parte estoy retornando a la normalidad. Pienso que voy a poder hacer las cosas como las había planeado en un principio, trabajar en lo mío y brindarme también en la política".

Momentos

Hizo referencia a su participación en el vecinalismo, sobre lo cual dijo que "con el paso de los años entendí que si uno tiene ideas y vocación, es bueno involucrarse políticamente, en este caso con un partido que tiene mucha trayectoria. Me interesa ayudar a que se sigan haciendo las obras y aportar nuevos proyectos".

Argumentó "en la vida hay distintos momentos para cada cosa. La profesión se disfruta, pero a veces se necesita algo más como vincularse a una tarea comunitaria, porque uno cree que puede dar un poco más".

En el cierre de la entrevista, puso de manifiesto que "quiero estar presente, con mi tiempo, en la campaña del Movimiento Vecinal. Lentamente incorporarme". Claro que el "llamado de atención" le servirá para afrontar las actividades de otra manera. La situación que vive es también un aprendizaje y Eduardo Giordano parece que no está dispuesto a olvidarlo.

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