Después de 19 años, Dayana tramitó su primer documento

Después de 19 años, Dayana tramitó su primer documento

Recibió el acta de nacimiento y ayer hizo el papelerío en el Registro Civil. Una vida que "comienza", a nivel institucional.

Los apretaba fuerte, los abría, leía y releía y volvía a doblar los papeles. Como incrédula, quería cerciorarse de que lo que veía era cierto: por primera vez en su vida, Dayana Soledad Carrillo tenía en sus manos su acta de nacimiento, y por fin podía comenzar a tramitar su primer Documento Nacional de Identidad.

En su condición de NN, Dayana siempre debió valerse de su mamá para que la acompañara a realizar cualquier tipo de trámite y lograr que todos entendieran por qué ella no poseía documentación.

Ayer, en la delegación local del Registro Civil, la chica de 19 años comenzó a recorrer el camino que la llevará a “ser alguien” para el sistema y a obtener uno de los derechos más preciados que posee cualquier persona: su identidad.

Fue hasta las oficinas acompañada de su madre, Marta Carrillo, quien siempre buscó interceder para lograr que su hija puediera cursar y estudiar, ser una excelente alumna, y abrirse paso sin nada que acredite la identidad de su hija. “Éste es un día que esperé por muchos años, después de una terrible lucha, de angustia y dolor, llegó el día y hoy le estamos haciendo el DNI a mi hija”, relató la mujer.

Luego de años de espera (Ver "Un largo...") ayer llegó al domicilio de Dayana la carta que un amigo envió desde la provincia de Neuquén, donde había nacido en 1995, con el acta de nacimiento que habilita a su inscripción en el Registro Civil para que le asignen un número y registren su identidad.

“Por lo menos ahora ‘ya existo’ con este acta de nacimiento”, dijo con timidez la chica que por fin podrá comenzar a vivir una vida normal y disfrutar como cualquier persona que tiene su documentación para exhibir. “Cuando iba a cualquier lugar tenía que explicar por qué no tenía el documento, y me pedían aunque fuera el número y tenía que decirles que nunca había tenido. Tenía que explicar la misma historia en todos lados, a veces no me creían, eso ya no volverá a suceder”, expresó.

El caso de Dayana sorprendió a todos, incluso a quienes debieron tomarle los datos, registrar su fotografía y huellas en el box 1 del Registro Civil. “Es un caso medio único, porque hemos tenido otras personas que nunca hicieron la renovación de los 14 años o de los 8, pero que ya tenían un número asignado; Dayana no tenía número y ni siquiera partida, por ello es un caso atípico”, advirtió Noelia Páez, jefa de la delegación encargada de registrar a las personas.

La funcionaria expresó que “el sistema es muy riguroso, pero ya cargamos toda la documentación que trajeron y, si todo está en condiciones, debería recibir novedades sobre su documento en unos 25 ó 30 días”.

Puertas que se abren

En su condición de NN, Dayana siempre debió valerse de su mamá para que la acompañara a realizar cualquier tipo de trámite y lograr que todos entendieran por qué ella no poseía documentación. Ahora con el proceso camino a su identidad, la joven podrá acceder a realizar cualquier tipo de inscripción, registro, ingreso al mundo institucional y también a disfrutar de beneficios y estímulos que ganó con esfuerzo pero que hasta ahora no podía disfrutar.

A pesar de no haber contado con la documentación que acreditara su identidad, la joven siempre pudo cursar sus estudios primarios y secundarios en la ciudad y ser una excelente alumna: fue abanderada de niña en la Escuela Nº 43 “Tomás Jofré”, y en diciembre egresó con un promedio de 9,11 como primera escolta de la Escuela Secundaria de Arte Nº 1 “Gaspar Di Gennaro”.

Cuando obtenga el DNI, Dayana podrá por fin recibir los certificados analíticos y los beneficios que ganó con su esfuerzo: cobrar las estampillas de ahorro, acceder a la Beca Puntana al Mérito e iniciar una carrera universitaria. Desde el Ministerio de Educación provincial confirmaron ayer que ambos beneficios (estampillas y beca) están vigentes para la joven y que con el documento podrá acceder a su cobro.

“Con lo que cobre de las estampillas quiero ponerme una tienda, pero también voy a estudiar para ser contadora pública en la Universidad Nacional de San Luis”, relató la chica que con casi veinte años comenzó a recorrer el camino para dejar de ser una NN.

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