El ingreso y egreso a San Luis por Avenida del Fundador sufrió, tal vez, la última jornada de caos y estrés esta mañana, mientras los trabajadores municipales terminaban con la remoción de los “Reductores de velocidad” que se habían instalado hace algunos meses frente al Centro Cultural Puente Blanco.

Más que el sol brilló la desinformación en los cortes, un solo inspector municipal por puesto de desvío no daba abasto entre recibir insultos y tratar de indicar el  recorrido que se debía tomar para poder, por fin, llegar al centro de la ciudad.

 

“Lindo caracol el que armaron”, gritó Héctor desde la ventanilla de un Volkswagen Bora. Para él el desafío de ir hacia la ciudad recién comenzaba.

Julieta, ávida de información le consultaba a cualquier peatón que se cruzara frente a su Peugeot,  cuál era el mejor recorrido para llegar al Hospital.

Para sumarle una dificultad a la mañana, una camioneta que tenía paso, perdió desde la caja del vehículo un bidón de 200 litros repleto de lavandina que al caer al asfalto se destapó y vertió la mitad de su carga. En pocos minutos el aroma penetrante del químico agudizaba el malestar y hasta hacia entrecerrar los ojos.

 

Uno de los más aliviados con la quita de los Lomos de Burro será Federico, un taxista que este jueves comenzó una mañana para el olvido. Pasó a las 9:30 por el sitio donde se encontraba un reductor (el corte empezó después de las 10), y rajó un costado de la cubierta delantera derecha con un fierro oculto entre los escombros. “La cambié y seguí, ahora tengo que hacer plata porque no tiene arreglo y la dueña del coche me la va a cobrar a mi” contó con fastidio.

 

No solo por esa cubierta se lamenta Federico, en su auto particular el joven destruyó el cárter a sólo dos días de que instalaron los Reductores.  “En la Municipalidad nadie me da respuestas, eso no estaba ni señalizado y yo me lo tragué”.  El auto es un Chrysler Caravan lo que le dificultó mucho más la compra de un repuesto por eso optó por soldarlo.

 

 

Paradójicamente uno de los desvíos de egreso de la ciudad se hace por la calle Paso de los Libres, que parece más una sensación  por dejar el largo atolladero de autos y tomar la ancha avenida rumbo a la Ruta Provincial Nº 20,  que el nombre de una calle.

Otro inspector municipal, cansado de recibir agravios pero sin perder el sentido del humor se quejó de la función que le asignaron: “Me insultan a mí que no tengo nada que ver, acá tendrían que estar los encargados poniendo la cara”.

 

Las veredas se tornaron peligrosas a lo largo de los 500 metros de corte sobre Avenida del Fundador, motociclistas y ciclistas circulan por las aceras relegando al peatón.

 

En el cruce de calle Catamarca con Avenida del Fundador, las filas de autos llegan hasta el club ASEBA, la mayoría respeta el semáforo por más que por la avenida los autos llegan a cuentagotas, sólo los que salen del centro cultural Puente Blanco.

 

Cerca del mediodía, la situación se agravó en la vía de escape de la ciudad, Las colas llegaban desde la Jefatura de Policía  hasta el Hospital.

Las obras están avanzadas, para la tarde, casi con seguridad la Avenida del Fundador recuperará la fluidez que supo tener hace algunos meses y el ingreso y egreso sólo tendrán las demoras lógicas de las horas pico.