La designación de personal divide a la gestión saliente del CAM

La designación de personal divide a la gestión saliente del CAM

En la última sesión, la institución incorporó a Cerisola, Salas y Argiró con la disidencia de los ex consejeros Bustamante y Romano Norri

La gestión 2013-2015 del Consejo Asesor de la Magistratura (CAM) concluyó con diferencias. La mayoría de los ex consejeros avanzó con los nombramientos de Felipe Cerisola como prosecretario, y de Amalia Paola Salas y deWenceslao Sebastián Argiró como encargados mayores pese a que los ex consejeros Antonio Bustamante y Federico Romano Norri consideraron que tales decisiones incumbían a la próxima integración del órgano. Horas antes, José Adle, consejero electo por los abogados de la capital, había planteado dudas sobre los procesos de selección y solicitado al CAM que se abstenga de condicionar a la nueva composición.

Todo fue en vano. A última hora de la última sesión y después de entrevistar a los candidatos, los ex consejeros Regino AmadoAdriana NajarMarcela RuizMartín Tello y Raquel Asís concretaron los nombramientos. La camarista Ruiz intervino en lugar de Eudoro Albo, ex consejero titular por los jueces de la capital, que se abstuvo de firmar porque estaba excusado por amistad con Cerisola (ver nota relacionada). Claudia Sbdar, vocal de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán y presidenta del CAM, tampoco rubricó los acuerdos porque participó de una reunión reservada -sin público- y se retiró un poco después del inicio de la sesión. La presidencia del CAM quedó así en manos de Amado, hoy ministro de Gobierno, Seguridad y Justicia.

Cerisola, que es hijo de Juan Alberto Cerisola, ex rector de la Universidad Nacional de Tucumán, y Salas eran los únicos dos finalistas para los dos cargos con perfil pedagógico (una prosecretaría y un puesto de encargado mayor). Cada uno logró uno, aunque el de mayor importancia jerárquica y salarial quedó en manos de Cerisola. En el supuesto del encargado mayor para el área de gestión, el CAM dejó de lado a las postulantes que habían logrado mejores calificaciones, Paula Pérez y María de las Mercedes Ortiz, y nombró a Argiró. Del mismo modo había procedido el órgano el año pasado, cuando descartó a la ganadora Carmen Fontán para dar la dirección de la Escuela Judicial aFernando Ganami, ex asesor de Sbdar ascendido en forma discrecional a prosecretario. Dicha decisión, que está judicializada, también quebró el consenso que desde 2010 imperaba en el órgano encargado de preseleccionar a los jueces (el ex consejeroRoberto Sánchez -hoy intendente de Concepción- votó por respetar el orden de mérito).

Consultado sobre el porqué de la premura, Amado dijo que debían conducir el CAM hasta el último minuto y así lo hicieron. También expresó que no conocía a los concursantes que fueron nombrados, y que no habían tratado la nota de Adle porque no estaba en el orden del día y porque se estaba inmiscuyendo en asuntos que -aún- no le competían. En una conversación en su despacho, Sbdar explicó que se había visto obligada a retirarse de la sesión del lunes por motivos personales y que se había notificado en forma oficial de la petición de Adle el martes por la mañana. “Decreté que se le dé trámite y ordené la elaboración de un informe sobre los concursos, que tuvieron un desarrollo impecable”, explicó (el documento está disponible en el portal oficial camtucuman.gob.ar).

Por escrito, Tello, que es consejero titular reelecto en representación de los abogados del sur, defendió los concursos de personal. En especial, expresó que estos habían recibido la publicidad adecuada -cuestión que había sido puesta en duda por Adle y por Susana Montaldo, ex jurado de los concursos de Cerisola y Salas-. “Con plena legitimidad y nuestros mandatos vigentes, los consejeros decidimos entrevistar a los concursantes que llegaron a la etapa definitiva y seleccionamos a quienes demostraron la idoneidad técnica suficiente para el cargo”, aseguró Tello.

Por separado, el letrado Bustamante y ex legislador Romano Norri (UCR) se ocuparon de precisar que su disidencia se circunscribía sólo a la oportunidad de la designación y a la convicción de que la decisión debía quedar en manos del nuevo Consejo. Por lo demás, ratificaron la actuación del órgano.

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