Las elecciones del próximo año marcarán un cambio histórico en la provincia de Buenos Aires, favorecido por la sanción, este martes en la Legislatura, de la ley de paridad de género. A partir de la entrada en vigencia de esta norma, que obtuvo un fuerte consenso en las fuerzas con representación parlamentaria, las listas de diputados y senadores provinciales, concejales y consejeros escolares estarán integradas por un piso de 50 por ciento de mujeres alternadas una y uno con los candidatos varones, lo que marca un cambio sustancial respecto de la ley de cupo, que regía desde 1997 y obligaba a incluir un piso del 30 por ciento de mujeres y, además, sin establecer la posición en la que debían ser incluidas. La norma, entonces, no permitía un correlato cierto entre las listas y la integración de los cuerpos legislativos. De hecho, actualmente, solo el 26 por ciento de las bancas están ocupadas por mujeres en el Parlamento provincial. 

El proyecto, que ya había sido aprobado por el Senado y esta semana, luego de algunos cortocircuitos entre Cambiemos y el Frente Renovador, fue convertido en ley por la Cámara baja. La gobernadora, María Eugenia Vidal,había mostrado su acompañamiento público y obligó a los diputados de Cambiemos a votar la norma. El Frente Renovador buscó llevarse la autoría y para ello preparó una movilización encabezada por Malena Galmarini. Cientos de militantes massistas llegaron a La Plata. 

El objetivo de la iniciativa, que fue presentada por el senador massista Sebastián Galmarini y se incorporó en el punto 2 del orden del día, es "incorporar la participación política equitativa entre géneros para todos los cargos públicos electivos en la provincia de Buenos Aires”. Así se detalla en su artículo primero. 

Y, bajo ese objetivo, obliga a “respetar para los cargos de cuerpos colegiados en todas las categorías una equivalencia del cincuenta (50) por ciento del sexo femenino y otro cincuenta (50) por ciento del sexo masculino”.  Además, detalla que esa porcentualidad debe “cumplir con el mecanismo de alternancia y secuencialidad entre sexos por binomios (mujer-hombre u hombre-mujer)".

En este contexto, el Frente Renovador preparó una fuerte movilización para marcar presencia. Timoneado por Galmarini, el massismo llegó a la Cámara de Diputados con alrededor de 150 mujeres desde los distritos de Cañuelas, Presidente Perón, Tigre, San Isidro, ciudad de Buenos Aires, Ezeiza, Ensenada e Ituzaingó.

En el Senado, la mujer de Sergio Massa también había sido propulsora de la guerra de cartel. De hecho, el día de la sesión, las bancas de los renovadores fueron decoradas con carteles pro paridad. Cambiemos también tuvo lo suyo para no quedar fuera de la foto. 

Este martes se redobló la apuesta y se reeditó la disputa. Sin embargo, en Diputados, el acompañamiento no fue unánime. El oficialista por la Coalición Cívica Guillermo Castello votó en contra de la ley y también se pronunció en contra la izquierda. El diputado Guillermo Kane fundamentó su rechazo al señalar que la iniciativa es "maquillaje" y que ni la vicepresidenta Gabriela Michetti no representa "la liberación de la mujer", como así tampoco la ex presidenta Cristina Fernandez de Kirchner. En tanto, en Cambiemos y en el Frente Renovador hubo legisladores que votaron con poco convencimiento, a pesar de los carteles, las banderas y los cánticos.