"Desde 1983, es la primera vez que un partido oficialista no justicialista tiene plan A y plan B"

El consultor Carlos Germano analiza la situación política actual. Sostiene que Mauricio Macri debe convertirse en “un piloto de tormenta” para conducir los efectos de la situación y llegar en buena forma a 2019. Destaca sin embargo la oportunidad que se le abre de tener el plan Vidal.

“Pese al huracán que vivió y que sigue viviendo la sociedad argentina con respecto a la inflación y la suba del dólar que hace estragos en los bolsillos y en la psiquis de los argentinos, sigue siendo María Eugenia Vidal la dirigente con mejor imagen”, afirma Carlos Germano.

En una entrevista con La Tecla, el consultor político analiza la potencialidad que se le abre a Cambiemos al tener la figura “taquillera” de la gobernadora bonaerense como opción. Insiste con una idea a lo largo de la entrevista. Si Mauricio Macri no llega, la opción de Vidal es atractiva.

“Desde 1983 -tomando los 34 años ininterrumpidos de democracia- es vez primera que un partido oficialista que no es justicalista tiene plan A y plan B. Esto no había pasado nunca en la Argentina y creo que hoy el gobierno de Cambiemos tiene la posibilidad de generar un recambio con una figura política muy taqullera como es la gobernadora Vidal”, sostiene.

-¿Cuál es el principal desafío que tiene el Gobierno?

Es pasar de una coalición electoral como se vino manejando hasta ahora, en la que el PRO llevaba, indudablemente, el norte de la gestión y todas las acciones políticas en la Jefatura de Gabinete. Lo que empieza a plantearse ahora que, de una coalición electoral empiezan a pasar a una coalición de Gobierno. Este es uno de los grandes desafíos. La Argentina no tiene cultura de coalición. La Argentina es un país hiperpresidencialista y a veces uno escucha algunos análisis exigiéndole a la actual condición eso y se olvida que es un gobierno de minorías, es un gobierno que inexorablemente necesita consensuar. Creo que ese fue uno de los grandes errores de este gobierno, quiso actuar como si fuera mayoría. Ahí es donde me parece que se produjo esta situación que hoy se está vivienda.

-¿Se encerró?

-Ha sido un gobierno muy endogámico, muy encerrado, concentrando el poder en pocas manos. Inexorablemente la crisis que se produjo rompió ese esquema y se generó una ampliación en la mesa política de la toma de decisiones en la cual me parece que tanto Vidal como Rodríguez Larreta tuvieron mucha presencia para generar mayor volúmen político.

-¿Cómo analiza el pedido al Fondo Monetario Internacional?

-Mauricio Macri va a tener que transitar por un dato menor que es una palabra que la política argentina la detesta; generar un ajuste, pero que hoy es una realidad. No tiene nada que ver con recurrir al Fondo Monetario Internacional. La agenda que está desarrollando el Gobierno tiene muchos de los pedidos que puede hacerle el Fondo. Es un Fondo que, creo, no puedo pedir mucho más ajuste porque la agenda que está proponiendo el Gobierno pasa por ahí. Pero hay otro dato.Este año vienen a Argentina 19 presidentes. Se reúne el G20. Fue muy importante lo que pasó días atrás con el aval de los cancilleres del G20 hacia el Gobierno. El G20 no va a querer venir a un país con más problemas. Y algo no menor es que, producto de los últimos años, casi un 25% de los argentinos empiezan a plantear que el país gasta más de lo que produce. Y que, inexorablemente, tenemos que empezar a equilibrar las cuentas. Es un dato nuevo que no estaba en la literatura política argentina.

-¿Cómo puede Macri llevar ese ajuste sin dañar sus aspiraciones electorales?

Macri ha tomado medidas como los cambios en la mesa de discusión. Los efectos empiezan a ser tomentas muy fuertes fundamentalmente  en los precios, en tarifas y en alimentos. Mauricio Macri va a tener que demostrar que puede ser o no un piloto de tormentas. Una vez que se defina esa situación es la posibilidad de que sea candidato en 2019 o que Cambiemos pueda generar alguna alternativa diferente. Macri se va a tener que recibir como un gran piloto de tormenta. Va a tener que dejar muchas políticas para dar buenas noticias. Y en este contexto para desmarejar esta situación díficil que tiene la Argentina, la presencia de Vidal toma más dimensión.

-¿Que haya plan B no lastima a Mauricio Macri?

-Hoy para Cambiemos eso es una ventaja.

-¿Y para la figura de Macri en particular?

-Si no quieren hacer gatopardismo y realmente generar cambios estructurales, me parece que Macri tiene una gran posibilidad porque tiene espaldas cubiertas para que el proceso de un proyecto político sea competitivo a futuro. Por eso marco que desde el ´83 en gobiernos no peronistas, nunca había pasado. La necesidad que hay, si quieren una continuidad, es si se animan a profundizarla. En cualquier economía desarrollada pasa así, como en Alemania donde el social cristianismo y la socialdemocracia mantienen hace años una coalición de gobierno. Argentina tuvo un gobierno de minoría y electo por vez primera por balotaje. Ese tipo de situaciones que el país vivió en 2015 son los efectos políticos que hay que pensar con detenimiento hacia el futuro.

-Mauricio Macri acumuló mucha imagen negativa en el último tiempo con las decisiones económicas, ¿es reversible esa situación?

-Es díficil, no imposible. Tiene que ver en cómo puede pilotear esa situación económica. Hay algunas variables que le han estado jugado en contra. Este gobierno va a tener que poner mucho para empezar a revertirlo. No es todavía una crisis terminal con respecto a la imagen de Mauricio Macri. En una situación en la que hay una caida en la imagen del Presidente no solamente en lo personal sino en su gestión, no es capitalizado por ningún dirigente de la oposición. Eso quiere decir que hay un estado de hastío de grandes sectores de la sociedad argentina que no están visualizando ningún dirigente que pueda ser sustituto a Mauricio Macri. 

-En este sentido, ¿qué le cabe al peronismo?

-El peronismo tiene que asumir cambios que la sociedad ya hizo. Sigue con un discurso solamente atado al pasado. Después de tres derrotas, mantiene un discurso que se ata más al siglo XX que al siglo XXI. Le cuesta muchísimo hablar de futuro y no puede generar una propuesta superadora a este Gobierno.

Comentá la nota