Descartaron que se esté buscando a Marita Verón en una ex whiskería de Córdoba

Descartaron que se esté buscando a Marita Verón en una ex whiskería de Córdoba
El fiscal Bernardo Alberione a cargo de la investigación, dijo que están tratando “de verificar las denuncias sobre personas desaparecidas, entre las que hay una mujer identificada a quien podría pertenecer el cuerpo hallado”.
El fiscal de San Francisco, Bernardo Alberione, descartó en diálogo con Cadena 3 que estén buscando a Marita Verón en las excavaciones que se realizan en la ex whiskería El Kari, ubicada siete kilómetros al norte de Santa Rosa de Río Primero, en Córdoba.

“Puede ser de Marita como de cuantas otras mujeres han desaparecido porque no tenemos ningún elementos que vincule los restos encontrados con la causa de ella. Hay similitudes, pero desde el ámbito de la desaparición de mujeres, lamentablemente es normal. En este momento, no tiene más sustento que una mera hipótesis”, manifestó Alberione.

Además señaló: “Estoy buscando varias cosas más que tres cuerpos. Se trata de denuncias, entre las que hay un sujeto identificado. Podría ser la persona cuyo cuerpo se ha encontrado, pero no se trata de Marita Verón”.

Por otro lado, confirmó que en el marco de esta investigación “no hay personas demoradas".

"Hubo allanamientos y recolección de pruebas pero no hay nadie imputado y demorado”, añadió.

En relación a esto, dijo que habría un hombre con domicilio en barrio Parque de la ciudad de Córdoba, sospechado de haber tenido algo que ver con uno de los homicidios investigados en la ex whiskería.

Allí, habrían muerto una joven que se llamaría Karina y un policía, cuyos decesos se habrían producido tras una discusión entre el dueño del prostíbulo y otro sujeto.

El sospechoso sería Antonio “El Ñoño” Frosil, quien tendría antecedentes de haber estado vinculado con la trata de personas.

El hombre le habría propinado un fuerte golpe y la mujer habría fallecido por el mismo impacto. Se trataría de la hija del dueño de ese lugar.

El juicio en Tucumán

"Cuando estas mujeres están en los prostíbulos, bajo los efectos de alguna droga, no llegan a distinguir cuando es de día y cuando, de noche. Lo primero que se les roba a las víctimas es su identidad". Con estas palabras, la psicóloga Zaida Gabriela Gatti, explicó el calvario que sufren las víctimas de explotación sexual.

Gatti es la coordinadora del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas damnificadas por el delito de Trata de Personas, del Ministerio de Justicia de la Nación. Durante la jornada de ayer, declaró en el juicio por el secuestro y desaparición de María de los Ángeles Verón.

La experta detalló las características del programa que dirige. Señaló que trabajan con las víctimas desde el momento en que son rescatadas, durante un allanamiento.

La psicóloga indicó que las mujeres son entrevistadas en el lugar donde están siendo explotadas y luego se las lleva a una "casa-refugio" para brindarle sus derechos básicos: asistencia médica psicológica y jurídica gratuita. "Después, debemos acompañarlas cuando deben prestar testimonio, cuando llega el juicio", agregó.

La Ley de Trata de Personas (nº 23.664) fue sancionada en 2.008 y tiene como objeto implementar medidas destinadas a prevenir y sancionar la trata de personas, asistir y proteger a sus víctimas. Desde su implementación, fueron rescatadas 3.423 víctimas.

Según el Protocolo de Palermo (Italia), previo a la sanción de la ley, una víctima de trata debe ser ocultada o trasladada con fines de explotación.

El relato de Gatti permite explicar las dificultades que presentaron durante el debate algunas de las mujeres víctimas de explotación sexual para declarar ante el tribunal.

"Están en estado de shock y presentan alteraciones en la memoria. Aparecen sucesos antiguos respecto de la situación traumática que les paso. Las víctimas necesitan sacarse el peso de la situación traumática que pasaron. A veces es dificultoso reconstruir el relato", señaló ante el tribunal.

La especialista hizo una diferenciación entre una mujer que está en manos de terceros que la explotan y otra que ejerce la prostitución libremente, fuera de un prostíbulo y que se queda con el total de las ganancias de su labor.

"Dentro de los prostíbulos no hay mujeres ejerciendo la prostitución por voluntad propia. La diferencia con la víctima de trata de personas es que no están los elementos de captación y reclutamiento, como es el caso de las menores, pero la explotación se da en ambos casos", manifestó.

En ese sentido, agregó: "En un prostíbulo conviven la prostitución y la trata de personas. Está determinado por el beneficio económico que un tercero obtiene de la explotación".

En cambio, una persona que ejerce libremente la prostitución "está en un domicilio privado obteniendo el ciento por ciento de lo que gana, siempre en el ámbito de lo privado, eso es ejercicio de la prostitución libre".

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