Desarrollan una bolsa plástica para tratar desechos de animales

Desarrollan una bolsa plástica para tratar desechos de animales

Econer comenzó a producir sistemas que permiten convertir desechos en fertilizantes y gas, con el que se puede alimentar cocinas o generadores eléctricos

 

El manejo de los pasivos ambientales en el campo puede resultar un problema para los productores ganaderos. Con esto en mente, Juan Manuel Donate buscó experiencias en el resto del mundo y encontró en México una solución que podía implementarse en el campo argentino.

 

 

Así fue que junto a sus socios fundó la empresa Econer, con la que comenzó a desarrollar una bolsa biodigestora que permite convertir los desechos del ganado en fertilizante líquido y biogás para uso hogareño o para generación de energía eléctrica.

 

 

“La Bolsa Bio que presentamos la semana pasada le aporta una solución al productor. No solo porque permite elaborar un fertilizante líquido orgánico y producir gas metano que luego puede usarse para cocinar o para pequeños grupos electrógenos, sino que, además, disminuye el riesgo de enfermedades e infecciones, y elimina olores y moscas en el ambiente”, explicó Donate.

 

 

El sistema funciona con una bolsa plástica semienterrada en el que el estiércol se mezcla con agua. Allí dentro los desechos se descomponen y generan por un lado el fertilizante orgánico llamado biol y por el otro, gas metano, uno de los principales responsables del efecto invernadero.

 

 

Mediante tuberías de PVC se extrae el metano de las bolsas, que puede usarse tanto como energía térmica (en hornallas o calefones), como combustible para diferentes maquinarias. Los caños no pueden ser metálicos, porque el azufre presente en el metano los corroe. Por ese motivo, se debe conectar directamente al artefacto que se quiera usar.

 

 

“No está pensado el almacenamiento del gas, aunque podría guardarse con otra bolsa como complemento. Sin embargo, lo más normal es que el metano que no se usa se libere a la atmósfera. Usar el gas hace que la bolsa funcione correctamente. De todos modos, si usás el gas al mediodía para cocinar, a la tarde ya se llenó la bolsa de vuelta y podés volver a cocinar a la noche con el metano producido en esas horas”, agregó.

 

 

Según detalló Donate, el equipo más chico tiene 3 por 3,2 metros y se alimenta con los desechos diarios de dos vacas. Con eso se genera suficiente gas para mantener encendida una cocina durante cuatro horas. El equipo más chico se vende en $ 50.000 y hay opciones de hasta $ 200.000.

 

 

“Si tenés un feedlot con 10.000 cabezas se van poniendo distintas bolsas en serie y en ese caso, la producción de gas es bastante importante. Podés generar cantidad suficiente para alimentar un grupo electrógeno que dé electricidad en el campo y eso permite reducir de manera considerable el costo de la energía para el productor”, dijo.

 

 

Sin embargo, el principal activo son los 100 litros de biofertilizante al día que se obtiene de los equipos más pequeños. Se trata, aseguró, de una manera de mejorar el rinde del propio campo con un producto completamente orgánico y natural.

 

 

“Cada bolsa tiene boca de salida y actúa por nivel. Como el fertilizante es totalmente líquido, al abrir la boca, cae y se puede recolectar. Aunque todavía no tenemos datos definitivos, estimamos que cada bolsa bio tiene una vida útil de al menos diez años, aunque es posible que sea más tiempo”, explicó Donate.

 

 

La semana pasada Econer hizo el primer envío de un biodigestor flexible a un productor de la provincia del Chaco. Hasta ahora, habían instalado dispositivos de prueba.

 

 

Donate agregó que Econer es una empresa nueva, que comenzó a trabajar hace apenas seis meses. La semana pasada, la compañía hizo la presentación del sistema de bolsa biodigestora producido en la ciudad bonaerense de Campana.

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